sábado, 12 de abril de 2014

Epitafio

Hace muy poco una bellísima persona ha perdido a su marido tras un año de dura agonía. Han luchado todo lo que han podido pero la enfermedad ha sido más fuerte. Han tenido demasiado tiempo para despedirse, para decirse las cosas que hacían falta y para finalizar su vida juntos.
 
Por eso esta mañana leyendo este epitafio romano me he acordado de ellos
 
 
Extranjero, poco es lo que voy a decirte: detente y lee. Ahí ves el nada hermoso sepulcro de una mujer hermosa. Claudia la llamaron de nombre sus padres, amó a su marido con todo su corazón. Hijos tuvo dos: uno lo deja en la tierra, al otro lo sepulto bajo tierra. Graciosa en el trato, aunque de porte delicado, vigiló la casa, hiló la lana. He dicho sigue tu camino
 
 
 
Me ha parecido bellísimo la forma en la que resume la vida humana. Se nos habla de nuestros afectos, de nuestras desgracias y de las actividades de la vida.
 
Lo dicho Joaquín, sigue tu camino, que la tierra te sea leve.

domingo, 23 de marzo de 2014

Poesía arcaica griega o Safo de Lesbos

Ya se ocultó la luna,
y las pléyades
y media noche pasa,
y se van las horas
y yo me quedo
durmiendo sola
 
Safo de Lesbos

La gran poeta griega del Arcaísmo (el término poetisa, además de horrible no responde a las normas del castellano, por lo que no me pliego a usarlo) o Safo de Lesbos.
 
Originaria de la isla de Lesbos, cerca de Asia Menor es la mayor representante de la lírica monódica. Gracias a ella llamamos lesbianas, por Lesbos, a las mujeres que se sienten atraídas por las de su mismo sexo.
 
La mayoría de sus poemas son cantos de boda o evocaciones a los diferentes estadios del amor, la vergüenza, la soledad. Éste es uno de mis favoritos. La amada se va con la noche, pues es un amor prohibido, y Safo se queda sola, con el recuerdo impregnando las sábanas y evocando las horas pasadas juntas.
 
 
Será que estoy en una fase romántica de mi vida, pero me parece precioso.

Perder las llaves

Me reconozco una persona despistada, no un desastre pero sí despistada. Hace cosa como de un mes y medio me robaron el bolso en el centro. Quedé con un amigo para tomarnos unas cañas (para eso siempre hay tiempo) y al pagar ya no estaba.
 
Y con él se fueron las llaves.
 
Mis primeras llaves me duraron casi 8 años. No soy de las niñas a la que les dejaron llegar tarde a casa de adolescentes, ni de las que tuvieron libertad de salir y entrar, por lo que mis primeras llaves llegaron muy tarde.
 
En el primer juego llevaba casi 10 llaveros, colgantes pequeños de móvil, cocodrilos hechos con bolitas, un colgante largo para llevar las llaves en el cuello. Cuando salía con ellas en la mano jugueteaba con las cosas, me daba mucha pena quitar un llavero y llevaba un manojo de cosas y casi no entraba en el bolso.
 
La primera vez que perdí las llaves me disgusté muchísimo. Todas mis cosas, que llevaban años conmigo estaban allí. Pero tuve que hacerme una copia nueva. Que me ha durado un poco más de dos años.
 
Con el segundo juego ya no puse  tantas cosas, ya no muestras tanto de ti misma ni las llaves significan tanto. El llavero principal era un abrebotellas de Nueva York, recuerdo imperecedero que cómo la sureña ha llegado a nuestras vidas y como se ha impuesto tener un buen abrelatas a mano. Y poco más, aunque recuerdo ese juego de llaves precisamente por ello. Por la de veces que ha estado en las mesas de cualquier terraza de madrid para abrir los cubos de botellines.
 
Pero ese juego también se ha ido. En apenas unos días ya me he acostumbrado a las nuevas llaves. Llaves anodinas como la de todo el mundo. No las identifico con nada...quien sabe cuanto tardaré el perderlas...

martes, 11 de marzo de 2014

10 años después

Continuamente se nos recuerda lo rápido que pasa el tiempo, pero hasta que no pasa algo que marca nuestra vida no nos damos cuenta de la verdad de está afirmación.
 
Hoy hace 10 de años que fue el atentado de Madrid, o el atentado de Vallecas, como yo le llamo, pues fue el barrio donde yo estudiaba donde se vivió la tragedia. Y la vivimos en primera persona, con gente corriendo por la calle, sonidos de bombas desde las aulas del colegio y acordonamiento de calles colindantes a las que veíamos desde la ventana del aula.
 
Si bien he pasado por muchos momentos difíciles para mí será siempre el peor día de mi vida. Nunca podré describir a nadie lo que es tener miedo de verdad, como suena una bomba y cómo te quedas tan paralizado que no puedes pensar. Recuerdo adolescentes asustados, algunos llorando y tratando de llamar con un móvil que no funcionaba porque las torres de telefonía se habían caído por estar demasiado cerca de los trenes.
 
Pasado el tiempo han salido los juicios y tras las luchas políticas hemos podido saber, más o menos lo que pasó. Pero yo no lo recuerdo así: recuerdo el miedo irracional, el que no te deja entender las cosas. Para nosotros, estudiantes encerrados en un aula de instituto no había ninguna lógica. Solo nos sentíamos rodeados por las bombas y teníamos miedo de salir. Esperábamos una siguiente bomba en una autobús, en el metro o en plena calle. En ese momento no te puedes parar a pensar.
 
No obstante hubo mucha gente muy valiente que se acercó a los lugares afectados a prestar su ayuda, con el peligro que eso suponía. Ninguno de nosotros sabía si iban a explotar más bombas a los diez minutos de la primera, y sin embargo hubo taxistas, conductores y trabajadores que iban al trabajo que recogieron personas y las llevaron a los hospitales. Personal sanitario que dobló sus turnos para poder operar a las víctimas, trabajadores del IFEMA que tuvieron durante semanas cadáveres por identificar en sus salas y atendieron a cientos de familiares.
 
Muchas veces digo que me siento orgullosa de mi ciudad. Y este es el mejor ejemplo que puedo poner; Madrid reaccionó como una sola cuando hubo una necesidad, todos demostraron valentía y sobre todo solidaridad.
 
Esta misma mañana he ido muy incómoda en el metro, y reconozco que había parte de ese miedo irracional que nos domina en ciertas situaciones. Estaba leyendo el periódico gratuito donde se entrevistaban a víctimas mientras pasaba por las mismas estaciones a la misma hora que hace diez años cuando explotaron los trenes.
 
Y he vuelto a recordar a todos ellos, y por eso les dedico un post....porque no debemos olvidar lo que pasó y a cuanta gente se le truncó la vida una mañana de hace diez años.

viernes, 28 de febrero de 2014

El Tesoro de Miguel Delibes o Roa-Gamones

Hace casi un mes tuve un congreso en mi universidad sobre Legado de la Antigüedad. Yo hablé de cine histórico y del legado de la película 300 a la historia del cine, pero una compañera habló de este libro. Como me encantó su conferencia lo reservé y después de una odisea, pues es un libro de Delibes muy desconocido, lo he conseguido leer.
 
Nos cuenta la historia de Jero, un arqueólogo de inicios de los años 80 al que le llaman para dar contexto arqueológico a un tesoro de oro que ha aparecido en un pueblo manchego. El tesoro escondido en una vasija ha sido encontrado en un cortafuegos del imaginado pueblo de Gamones por un señorito del pueblo de al lado. Y los ánimos están muy alterados.
 
Jero tiene que excavar junto con su equipo de estudiantes una pequeña cata para localizar una cabaña asociada al tesoro, pero se encuentra con la violenta oposición de los aldeanos que les obliga a salir corriendo.
 
Es un canto al atraso español en los ambientes rurales hasta los tiempos actuales. Al desprecio por la cultura, por el pasado y por todo lo que no forme parte de la vida cotidiana del pueblo. Se ve como se encuentran dos mundos, por un lado los arqueólogos de ciudad, que han de lidiar con las rencillas entre pueblos y las envidias. Lo único que preocupa  a los aldeanos es cobrar la indemnización que les correspondería por el tesoro, y sobre todo que no la cobren los del otro pueblo.
 
También aparece la figura del erudito local, que en este caso es Don Virgilio. Es el sabio popular que ha publicado sus dos articulitos sobre la historia del pueblo y que es respetado por todos. Don Virgilio ya ha fallecido, pero su recuerdo permanece en la memoria.
 
Me ha encantado, no solo por ser un libro excelente sino porque me recuerda mi pueblo Roa de Duero. Fue un castro preromano, una fortificación medieval, sede de la corte en determinados momentos, cabeza de partido y residencia de la familia Beltrán de la Cueva, lugar de ajusticiamiento del empecinado durante la Guerra de Independencia y los años inmediatos y un montón de anécdotas más. Pues bien, estamos ante una visión castellana de Gamones.
 
Todo lo que se sabe del pueblo es porque hace años un hijo del pueblo estudió Historia e hizo una minimonografía que está en el sótano de la biblioteca de mi facultad. En ella se muestra como a lo largo de los años 50 y 60 todo hallazgo arqueológico fue masivamente destruido por los habitantes del pueblo, como una necrópolis visigoda. La muralla, que se conservaba en  buenas condiciones esta a punto de desaparecer, yo, que soy muy joven, he visto partes caerse y sobre todo, no hay mucha preocupación por esos temas.
 
Ahora les han abierto un parque arqueológico, proyecto que ha tardado más de 10 años en consumarse y que tuvo la desgracia de ser atacado por unos vándalos adolescentes de borrachera....
 
Quiero mucho a mi pueblo, pero si bien va mejorando con los años, aún se parece demasiado al Gamones de Delibes.

El hobbit de Tolkien

La saga de El señor de los anillos es la más famosa de la historia de la literatura. Incluso obras mucho más recientes como Juego de Tronos, que han sido best sellers están muy lejos de los ejemplares vendidos por este estudiante de Oxford que se inventó un mundo fantástico.
 
Yo lo conocí cuando se hicieron las películas, era joven, iba al instituto...hace mil años. Y me engancharon. De hecho, confieso que aún a veces llevo mi anillo de plata de El Señor de los anillos y que algún día que me de la neura me compraré un colgante como el de Arwen que he visto en tiendas frikis...
 
A raíz de la segunda saga, que pretende narrar en 10 horas de película un libro que no llega a las 300 páginas (inventando, inventando e inventando) me he animado a leer la precuela al Señor de los anillos, por ello de contrastar y porque de vez en cuando a uno le entra la curiosidad.
 
Ha sido un libro accidentado, lo he empezado como cuatro veces sin pasar de la reunión inicial de la expedición, que es por cierto aburridísima, luego me robaron el ebook por lo que tuve que echar mano del ejemplar de mi hermano y por fin acabarlo.
 
Conclusión; además de las visicitudes sufridas no es más que un cuentecito, y bastante ñoño para mi gusto. Es la historia de la aventura de un hobbit que va a matar a un dragón con un grupo de enanos, al más puro estilo de los cuentos de los hermanos Grimm. Brilla por su ausencia el carácter épico de la saga y la fuerza de los personajes. Los enanos son un batiburrillo de iguales donde ninguno nos dice nada, Gandalf está en su mundo y Bilbo directamente parece un poco corto de miras. Luego tenemos el problema de que el objetivo final, que es matar al dragón se resuelve de una forma un poco ambigua y que no hay un fin claro. ´Desde mi punto de vista ha sido una decepción (pasaran muchos años antes de que me lea el Silmalirion que por lo visto es un relato cosmogónico del la Tierra Media)
 
Ya que he visto las dos primeras películas me acercaré a ver la última (aunque no creo que las vuelva a ver en 3D y a 48 frames)...a ver como resuelven un final tan decepcionante.

viernes, 21 de febrero de 2014

Excurso Eva Luna...y Rubén Darío


Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:

Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.

Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
más lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?».

La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».

Y el rey clama: «¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?.
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!...
El Señor se va a enojar».

Y ella dice: «No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas por el viento
fui a la estrella y la corté».

Y el papá dice enojado:
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver».

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.

Y así dice: «En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».

Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor. 
* * *

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.

Nunca me gustó demasiado este poema...en su momento me pareció ñoño y falto de sentido. Claro que los tiempos eran mejores, el mundo parecía que crecía y, sobre todo, yo era una adolescente.
 
Rubén Darío evocó los países imaginados y los reinos imposibles escapando de la realidad que lo atormentaba, por eso contó un cuento a Margarita. Por eso la princesa sube al cielo y por eso es tan complejo de analizar.
 
Ahora que el mundo vuelve a estar patas arriba parece que evoquemos países imposibles de nuevo, por eso quiero poner el poema de Margarita, por la importancia que tiene en nuestra vida recurrir de vez en cuando al escapismo...