miércoles, 24 de septiembre de 2014

Querido Quería Contarte...de Luisa Young

Estamos ante una novela desgarradora sobre la vida de un muchacho Ridley. En los tiempos previos a la I Guerra Mundial Ridley pasa de ser un don nadie hijo de obrero a ser el protegido de un pintor, Sir Alfred. Haciéndole recados aprende a pintar y pasa sus años de adolescencia en un ambiente que no es el suyo donde conoce al amor de su vida, Nadine.

Con la llegada de la Gran Guerra Ridley no puede hacer más que alistarse y servir a su país en una guerra que se caracteriza por su crueldad, su larga duración y las terribles heridas que sufren los soldados en el centro. Por su parte Nadine ejercerá de enfermera cuidando a los soldados desde la tranquilidad de su ciudad natal.

Esta historia de amor épica se entrelaza con la del capitán Peter Locke, casado con la superficial Julia, obsesionada con envejecer mientras su marido sigue en el frente y su cuñada Rose que trabaja en un hospital para heridos a los que se les ha deformado la cara en el frente. Esta extraña pareja, desalmada y que llega a conmover al lector, son un matrimonio que solía amarse, pero que la guerra ha separado de manera inevitable.

Todas las críticas coinciden en calificarla como una historia de amor de tintes épicos. El amor sufrido, desengañado e intermitente triunfa sobre todas las adversidades pero no me quedo con solo esa parte de la historia.

La narración del desarrollo de la guerra, de la desesperación del frente y del deseo de los jóvenes soldados de librarse de una guerra eterna esta muy bien conseguida. Lo mismo sucede con la descripción de las deformidades en los soldados, provocados por las bombas y la guerra biológica y como la medicina ha de avanzar a pasos agigantados para dar solución a tal problema. Me ha resultado muy interesante y me he sentido enganchada tanto a la historia de Ridle y Nadine, un amor puro y adolescente como al desesperado intento de Julia por hacerse oir entre los traumas de su esposo Peter.

El contenido del silencio de Lucía Etxebarria

Nunca había leído nada de esta escritora, a pesar de ser bastante conocida. Creo que el motivo es que a mi padre, que es el que compra todos los libros, no le debe de gustar mucho y por eso no teníamos nada de ella.

La historia es muy sencilla, Gabriel, un hombre que lleva más de 10 años sin hablarse con su hermana recibe una llamada a Londres diciéndole que su hermana, que vive en Canarias ha desaparecido y se piensa que ha participado en el suicidio colectivo de una secta. 

A partir de este momento Gabriel vuela a Canarias buscando a su hermana Cordelia y trata de resolver el misterio ayudada de la mejor amiga de su hermana, Helena. 

La historia se plantea de una manera muy sencilla y se reviven momentos de la infancia de ambos, que desde el momento en el que se quedan huérfanos solo se tienen el uno al otro. Es una historia llena de misterio pero muy evocadora en los recuerdos de los personajes, que viven en medio de una crisis de identidad. 

Tiene bastante interés como se presenta el mundo de las sectas, como se captan a los miembros de la sociedad que parecen más débiles, y se les introduce en un mundo aislado donde dejan de tener contacto con su familia hasta acabar induciendo a seres humanos a un suicidio colectivo. 

Me ha gustado especialmente como se evoca el personaje de Cordelia, una mujer que parece fascinante sin pronunciar una sola palabra. Se nota que todos los demás personajes quedan encandilados con su sola presencia. Cordelia viaja a las Canarias en busca del pasado de su madre, que a pesar de afirmar ser huérfana conservaba a parte de su familia, con la que no se hablaba desde que emigró a Londres.

Es un misterio tras otro, mentiras que no los son tanto, medio verdades veladas y un buen ritmo de lectura que lo convierte en una novela muy muy entretenida.

Mañanas de locura

Estoy en una de esas mañanas en las que, de tantas cosas que tengo que hacer, se me acumulan en la cabeza y no puedo hacer nada.
En lo que va de día he ido a la facultad, he asistido a dos clases de griego antiguo (dios como odio los verbos polirrizos ¿Por qué tuviste que incluirlos en un idioma tan bello como el griego?) y he ido a arreglar mi ordenador al servicio informático porque no se conectaba a internet.

Pues bien, llevo mas de una hora en mi despacho incapaz de concentrarme y haciendo mil monerías...prevengo una tarde igual de productiva.

domingo, 14 de septiembre de 2014

La deliciosa experiencia de leer El Banquete de Platón

Con el inicio de curso llegan las nuevas lecturas y, en la asignatura de Prosa griega nos han mandado leer el Banquete de Platón.

El curso pasado, en la asignatura de Filosofía, disfruté mucho leyendo diversos discursos de Platón, pero no tuve tiempo de adentrarme en este en particular, que versa sobre el tema del amor.

En un banquete, cada comensal hay un elogido del Amor o de Eros, como se dice en griego Antiguo. Se habla del amor como un dios, como un sentimiento que mueve a los hombres y se exalta por encima de todo el amor homosexual, pues es el menos visceral y el más condicionado por la admiración entre dos iguales.

Pero no es el tema general del banquete el que me ha marcado sino este fragmento cuando Aristófanes no puede tomar la palabra porque le ha entrado hipo y ha de ceder su puesto a otro comensal

Aristófanes respondió: ha cesado, en efecto, y sólo 
lo achaco, al estornudo; y me admira que para restablecer 
el orden en la economía del cuerpo haya necesidad de un 
movimiento como éste, acompañado de ruidos y agitaciones ridículas, porque realmente el estornudo ha hecho cesar el hipo sobre la marcha

Me quedo maravillada al notar que una servidora, al igual que el tal Aristófanes acaba siempre de hipar con un humillante estornudo. Siempre que me entra hipo trato de hacer todos los consejitos de la abuela, dejo de respirar, bebo agua, agacho la cabeza...pero a mí no se me pasa hasta que estornudo, y en mi caso lo tengo que hacer dos veces.  (es que una tiene más de Grecia que lo que quiere reconocer y por muy antiguos que fueran estornudaban como todos, y supongo que también les entraría la risa por ello)


Puertas de Fuego de Steven Pressfield

Antes del día 30 tengo que entregar un artículo sobre el cine de temática histórica, (y si voy fatal) y a propósito de leer sobre este tema empecé a encontrar un montón de críticas positivas sobre este libro. Así que me hice con una copia y, a pesar de ser bastante gordo me lo he leído en apenas una semana.

Es un relato detallado de la batalla de las Termópilas y de la resistencia de los 300 tomando como protagonista un soldado semilibre Xeo, que ha huído de su polis cuando ha sido saqueada por los ciudadanos de Argos.

El libro pasa por la infancia de Xeo en un pueblecito cercano a la ciudad, la pérdida de la autonomía y los años duros del hambre y de la desesperación hasta que se separa de su prima, Diómaca, de la que está profundamente enamorado y decide irse a vivir en Esparta.

El pasado del protagonista se narra en modo de flash back, pues Xeo ha sido capturado vivo después de la batalla y ha de hacer una relación detallada de su vida al Gran Rey persa, impresionado por la resistencia de los espartanos en Termópilas. 

El libro adentra en cuestiones como la organización social espartana, sus leyes y su modo de vida adbocado al combate como único oficio digno. Históricamente es bastante riguroso, si bien se le pilla en algunos renuncios como la fea costumbre de reproducir el mito de que a los muertos se les coloca una moneda para pagar al barquero Caronte (esta costumbre es de época helenística y estamos en este momento dando los últimos coletazos del Arcaísmo)

Por otro lado la lectura es muy amena y muy completa, la batalla de las Termópilas, o Puertas Calientes como decían los griegos ocupa la segunda mitad del libro. La primera esta dedicada a los tiempos de la preguerra, retratando de manera magistral un mundo griego ensangrentado por las luchas entre poleis y que se unen por primera vez para combatir a un enemigo exterior.

Si algo he echado en falta ha sido la visión del otro, se nos habla muy poco del ejército persa y sobre todo del choque cultural que supone con la mentalidad griega. En ese sentido se desaprovecha mucho la presencia de Xeo en el campamento persa. Claramente el interés del autor es hablar del mundo griego, no del persa, pero uno no tiene sentido sin el otro. 

En definitiva, es una lectura muy recomendable para los amantes de la novela histórica, pues es muy precisa y veraz, o para los amantes de los libros de batallas históricas, pues se nos cuenta con pelos y señales lo que supone la formación hoplítica y como un puñado de griegos consiguieron tener en jaque durante casi una semana a un ejército mucho más poderoso en efectivos y recursos.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Nunca me aprendí la lista de los reyes godos de Javier Sanz

Este libro nació como un blog donde un aficionado a la historia volcaba sus impresiones sobre curiosidades históricas. Anécdotas de reyes, animales que intervienen en batallas, origen de expresiones. Es una especie de totum revolutum que cosechó gran éxito en internet.

Un tiempo después se vuelca en este libro en el que cada capítulo no dura nunca más de tres páginas y está dedicado a alguna anécdota.

Es un libro muy fácil de leer, ya que principalmente se encarga de nutrir al lector de curiosidades propias de una charla de cafetería. Me refiero a ese tipo de conversaciones banales que empiezan con un  ¿A que tu no sabías que en la batalla de tal...? Y que se convierten en una competición de erudición morbosa.

He disfrutado con su lectura, porque es muy amena y puede hacerse por partes, pero no es más que una recopilación de historietas sin hilo conductor. Es un libro muy adecuado para gente que no le gusta leer, pero que le gusta que le cuenten cosas. Se puede leer cada día una historia o dos, ya que no hay conexión entre ellas y no se ha de recordar una trama. 

Libro ligero para mentes ligeras pero curiosas.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Te trataré como una reina de Rosa Montero

Siempre me llamó la atención el título de este libro. Quizá por incluir ese chascarrillo un poco pasado de moda pero que ha sido tan castizo durante épocas. Me llamaba tanto la atención que me ha merecido la pena ir a la biblioteca del barrio a por el ejemplar que había allí ( y no nos engañemos, una vez que te pasas al formato electrónico no hay cosa que te de más pereza que leer en papel, por poner un ejemplo diré que me encanta juego de tronos pero hasta que no llegue a mis manos una copia en formato electrónico no lo leeré. Me da urticaria pensar en mis manos sosteniendo ese tocho durante horas)

Bella y Antonia son las dos protagonistas de esta historia. Ambas eran amigas del pueblo en su infancia y se reencuentran en un barrio indefinido en una época imprecisa que pero que se parece a los años 80, en medio de los drogadictos y la degradación de los barrios del ensanche de todas las ciudades españolas.

Bella es una cantante de boleros, ajada con el paso de los años y que trabaja en un bar de barrio de mala muerte donde ver pasar los días a la vez que su cuerpo va adquiriendo proporciones desorbitadas. Traba amistad con el Poco, el puertas del bar, que es un tipo tan misterioso como siniestro.

Por su lado, Antonia, tan oronda como Bella pero con muy poco mundo. Ha vivido todos los años de su juventud como una mujer sola y mantenida por su hermano Antonio, que es el personaje más sibilino de la novela. Llegando a la menopausia no tiene nada que contar de su vida, ni en cuestión de amores, ni en cuestión de experiencias vitales. 

Ambas tratarán de cambiar su vida por un momento, en medio de un ambiente enrarecido en el que ellas juegan sus cartas pero sin conocer las de los demás.

Últimamente estoy en racha, todo lo que leo me parece aceptablemente bueno y disfruto mucho con ello. El libro es muy cortito, pero desarrolla la acción de manera suficiente. La historia no da para más, pero es muy entretenida en sí. Me ha gustado la idea de que las protagonistas sean mujeres gordas, un poco cansadas de vivir y llenas de complejos, con sus sueños rotos y sus imperfecciones. Son exactamente igual que el mundo que les rodea, que es desesperanzador. 

Tenía ganas de leerlo y he disfrutado mucho con su lectura, con el tono desenfadado del narrador y con los diálogos que se intercalan.

Volver al trabajo

En palabras de Panzol el verano es el momento del año en el que vivimos una vida que no es la nuestra y nos planteamos si podríamos vivir así eternamente. ¡Que gran verdad! El año empieza en septiembre...Cuando tenemos que volver a madrugar, a depender de la agenda y a planificar todo el curso.

Llevo  toda la semana pegada a la agenda, agenda que tenía olvidada desde mayo. Reuniones de asignaturas, planificación de idiomas y cursos, incluso volver a apuntar las películas que quiero ver (¿Por qué en verano no se me olvidan y, en cuanto entra septiembre, vuelve mi memoria pez?)

Hay algo morboso en la vuelta al cole. Están los proyectos, las promesas y los propósitos de enmienda. Y los primeros días son durísimos.

Todos somos conscientes de que nuestros abuelos se pegaban un viaje de 8 horas Valencia Madrid en un 600 un 30 de agosto y el 1 de septiembre estaban en el trabajo tan panchos. A nosotros no nos pasa eso, nos cuesta horrores encender el ordenador y mirar los archivos olvidados. ¿Será la globalización? Yo creo que simplemente vivimos mejor, y se nos nota.

El primer día en el gimnasio es la muerte. Vas toda ilusionada y a los 5 minutos en la bici ya estas destrozada y sudando como un cerdo. Vale que hace calor, pero manchar el suelo con tus churretones de sudor es demasiado. Y al día siguiente...no te puedes ni mover. Agujetas en los abdominales, en los brazos, en los muslos. Y ahí esta el momento clave, tras el primer esfuerzo se dividen las personas en dos tipos; los que tiran la toalla y los que siguen. Algunos nunca volverán, hasta enero, por supuesto, la otra época de buenos propósitos. Pero otros volverán al día siguiente, andando desacompasadamente y perjurando por las agujetas, pero cogerán de nuevo el ritmo en el trabajo.

Aquí estoy, el primer viernes del curso, de nuevo con mi blog....bienvenido septiembre, bienvenido nuevo curso.

Nada de Carmen Laforet

Nada fue el primer premio Nadal concedido en España. La autora era una jovencísima Carmen Laforet que escribió un libro titulado así Nada. Nada, como su libro, esperaba Carmen de la España que le había tocado vivir en su juventud.

La acción se sitúa en una Barcelona destrozada por la guerra civil. Estamos en los momentos de los coches de queroseno, de la cartilla de racionamiento y de los nervios a flor de piel. Andrea es una joven que acude a estudiar a casa de su abuela, donde viven sus tíos en completa desarmonía. 

Su decrépita abuela, medio loca y ya sin fuerzas, que trata de poner orden en medio de la desequilibrada familia. Dos hermanos que no se hablan, Juan y Ramón, divididos por la pasada guerra y con demasiadas cosas que echarse en cara, y la última hermana Angustias, que se erige como dueña y señora de una casa en la que la locura se sienta a comer todos los días en la mesa.

Ese es el ambiente opresor e insulso en el que vive Andrea, en medio de las penurias y de la pobreza, al borde de la locura y de la desesperación. Su vida en Barcelona estará marcada por la firme oposición entre lo que sucede dentro de las paredes de su casa y lo que ve en casa de sus compañeros de universidad.

Me ha parecido un libro fantástico, ya que consigue oprimir al lector tanto como se siente su protagonista. El libro destila un olor a rancio, a suciedad y a desesperación. Todo es gris y cuando nos adentramos en sus páginas vemos la sensación de vacío que asola la vida de Carmen. Para mí es una obra maestra, fruto de un tiempo en el que no había nada por lo que luchar y nada era el futuro que deparaba a los jóvenes.

Los personajes más fascinantes están marcados por un estado de semilocura, que les lleva a desvariar en determinados momentos. La violencia, el hambre y la desesperación recorren las páginas de un libro en el que realmente no pasa nada, pero que nos engancha hasta el final.