miércoles, 19 de noviembre de 2014

Proyecto Quijote, por vez primera

Sí, debo de ser la última estudiante de Humanidades del mundo que no se ha leído el Quijote. De hecho, pocos mayores de 40 años, el grado de estudios es indiferente, no lo han leído. Y reconozco que no me llama nada. 

Habré estudiado su argumento unas diez veces, presenciado en la televisión la lectura pública, o al menos el inicio, por el día de Cervantes otras tantas y no, el caballero andante no me llama.

Pero hace un par de fines de semana Emi y yo nos fuimos de escapadita de un día a Alcalá de Henares, cuna de Miguel de Cervantes. Además de disfrutar de la buena compañía y de las tapas, visitamos la casa museo-natal, donde se exhiben copias del manuscrito.

Emi me estuvo tratando de convencer de que era una contradictio in terminis (el vocablo es mío pero adoro los latinajos)  que no lo hubiera leído. Y como yo soy de las que debe comer ajos, porque me pico a la mínima he decidido leermelo.

Así de entrada sigue sin entusiasmarme, pero como orgullo tengo para rato, me lo leeré. Poco a poco, pero lo haré. Luego puedo reclamar al maestro armero...

En fin gracias Emi por chincharme y hacerme leer un clásico de la literatura, porque en el fondo hay mucha razón en tu afirmación de que es una vergüenza que no lo haya leído, aun.


En futuros post mi crítica sobre el libro...

Diamantes, Putas y cante jondo de Luis Gutierrez Maluenda

Novela policíaca llegada a mis manos por casualidad. En general no me gusta nada la novela negra o policíaca. No le veo la gracia ni al misterio, ni al asesino, ni al detective, ni al comisario. Además he tenido la mala suerte de que se ha puesto de moda y hay a patadas. De hecho, he de reconocer que he leído más de una bastante buena. Pero no, hay cosas que, o me doy cuenta a mitad del libro del tipo de género que es, o me da una pereza enorme empezar el libro.

En este caso me hizo gracia el título tan feo, porque mira que es feo el título. Nos narra una historia cruzada en la Barcelona actual en una agencia de detectives donde se investigan simultáneamente un posible caso de infidelidad en una pareja homosexual y un sucio asunto de diamantes, con el patriarca gitano y la mafia rusa de por medio. La agencia de detectives está regentada por dos tipos, el tonto bueno y el listo ratilla, el cual, este último, se mete en el turbio asunto del tráfico de diamantes y tiene que venir su amigo el tontorrón a sacarle del apuro. Mi personaje favorito es la secretaría Mercedes. Contratada por sus generosas curvas y que se dedica a hacerse la imprescindible mientras se lima las uñas y cotillea todo lo que puede.

En general todo el libro va un poco en la línea que se lleva ahora de  combinar el crimen con humor e ironía. El detective no es un tipo listo injustamente tratado en los canales oficiales y por eso obligado a investigar por su cuenta sino que es más bien un simplón de vida fácil que pasa el rato y va obteniendo pistas casi por casualidad. 

Lo mejor del libro está en su primera página. "Escogió España para su exilio porque en este país, según sus propias palabras, la policía era tierna y los jueces gilipollas". He de reconocer que se me saltaban las lágrimas de la risa y me lo puse de estado en Whatssup. No en vano es una afirmación que pega tanto con los tiempos que corren....

No diré que me ha dejado gran huella pero no está mal teniendo en cuenta lo poco que me gusta el género.

domingo, 16 de noviembre de 2014

La tienda de los paraguas de Elin Hilderbrand

Ultimamente me van los libros de títulos raros. Hay escritores que no cuidan el título del libro, lo que me parece un error de marketing. El título es lo que evoca la historia y lo que ha de llamar la atención del lector. Antes los libros nos llamaban desde las estanterías de las librerías. Hoy vemos la portada tan chiquitita en la pantalla del ordenador o del ebook que solo el título nos da una pista sobre la historia. Adoro los títulos absurdos, que no dicen nada o que lo dicen todo, eso según se mire.

Esta historia trata de Marguerite, que fue en su momento una chef de éxito en un pueblo perdido en una isla americana. Pero hace años que, tras la muerte de su mejor amiga se encerró en su casa y no ha vuelto a cocinar para nadie. En el pueblo tiene fama de loca y de traumatizada pero deberá volver a cocinar una última cena ya que la hija de su amiga muerta, Renata, ha vuelto al pueblo y viene a casa a cenar.

Renata vuelve al pueblo buscando respuestas, huyendo de un padre sobreprotector y tan dependiente de ella que su forma de huir ha sido prometiéndose con un pijo de ciudad al que conoce de hace menos de diez meses. La cena con la amiga de su madre es una excusa para ahondar en el pasado de su madre y determinar lo que ella ha heredado en su subconsciente. 

La historia se intercala con flash black de la vida de los protagonistas, cuando todos eran amigos y el restaurante funcionaba como un lugar de moda en un pueblo de costa. Marguerite es un personaje complejo, muy infeliz en su vida sentimental y un tanto dependiente de sus amigos. Tan dependiente que no consigue superar la pérdida de su mejor amiga.

Me ha gustado mucho. Tanto por la historia como por el ritmo de la misma. La aparente lentitud de Marguerite muestra un conflicto interior a punto de estallar. Su pasado la acosa en un día por primera vez en 15 años y ha de enfrentarse al mismo. Por otro lado Renata denota la frescura de quien no sabe que hacer con su vida y se va equivocando paso a paso en todo. Al ser Marguerite el punto de referencia hay personajes que quedan desdibujados como su antiguo amante o el padre de Renata. Conocemos solo una versión de los hechos, pero eso siempre tiene su encanto. 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Los días que nunca vieron mis ojos de Unai Ramos Fernández

Los días que nunca vieron mis ojos es de esos libros que abres porque un buen día no sabes que leer y te da un poco igual el título, que por otro lado suena bastante pastelero y no nos dice de qué va el libro.

Nos cuenta la historia de Ángel, un famoso escritor de éxito en España, que, tras destapar una trama de corrupción política que lleva a una revolución social, sufre un fatídico accidente y pasa diez años de su vida en coma, para despertar en el 2023 en una sociedad que ha cambiado mucho y sin recordar nada del idilio amoroso que tuvo en sus últimos días con Ana. 

La historia discurre en dos planos, por un lado Ángel trata de recuperar su memoria en una sociedad dominada por el estado y donde se establece un férreo control de la población. Por el otro los capítulos se intercalan con los últimos días de vida de Ángel en el año 2013. Si bien la trama política solo se insinúa, la vida del autor corre peligro en todo momento, pues un grupo radical de derecha se ha propuesto liquidarlo.

Me ha gustado especialmente la parte de ciencia ficción, que es un género al que le voy cogiendo mucho gusto con el tiempo. Se nos apunta una sociedad nueva tras una revolución social, que ha caído en una especie de comunismo social, pero adaptado a las nuevas tecnologías. No existe el dinero y todo se controla con unos identificadores personales que leen los datos. Todo el mundo viste igual y trabaja en lo que el estado determina. La palabra que define este futuro es el color gris. Nada destaca, nada importa. La sensación de desesperanza que afecta al autor se contagia al lector del libro. 

Es muy difícil hacer trepidante una trama cuando sabemos que el personaje principal va a acabar en coma, pero Unai Ramos lo consigue. Todos sabemos que la conspiración va a triunfar, pero no sabemos cual es el momento justo y, si no fuese porque el libro va avanzando, la situación es tan casual que no es fácilmente adivinable por el lector. 

Lo único que no me ha gustado nada es una escena de sexo explícito clarísimamente heredada del éxito de "50 sombras de Grey" porque no pega nada con el tono del libro y, siendo justos, vale que haya sido un éxito de ventas y que los autores quieran vender, pero que todo libro actual tenga una escena de sexo guarro sobra, sobra mucho. 

Muy interesante, entretenido y con gancho. 

Zapatos rojos para saltar en los charcos de Nacho Montes

Novela romántica al canto. Novela para mujeres escrita por un hombre, con buen resultado todo hay que decirlo.

Todo el libro gira en torno a una reunión en un pazo aragonés entre cuatro amigas que llevan comunicándose por teléfono durante años pero que han pasado poco tiempo juntas. Se reunirán en casa de una de ellas para hablar de sus vidas y de sus familias. Todas tienen en común tres cosas; son seguras, están divorciadas o viudas y adoran los tacones rojos. 

Como le dijeron a una de ellas de pequeña "¿Para qué quieres unos tacones rojos? ¿Para saltar en los charcos?"

He disfrutado mucho con la lectura del libro, pues cada una de las cuatro amigas lleva una vida fascinante después de haberse hecho a sí misma. Mi favorita es Clotilde, la más gorda y descarada, de lenguaje obsceno y glotonería impúdica. Es la viuda de un conocido diseñador de ropa interior y la que con más desenfado afronta la vida. 

Un defecto que le encuentro al libro es la necesidad de anular al elemento masculino. Todas han sido mujeres casadas tontamente, bien por negocios familiares, bien por un enamoramiento pasajero y han sido engañadas. La muerte de los esposos es una liberación y supone el inicio de la vida creativa, llena de la holgura económica de la viudedad y de la libertad de no rendir cuentas a nadie. Y yo me pregunto ¿Es ese el único modo de libertad? ¿No se puede ser creativo dentro del matrimonio? ¿Si tan listas y capaces son....que hacían en su vida anterior además de aburrirse? Quizá la visión del hombre es un poco plana, lo que a veces hace poco creíble la historia.

Por lo demás es muy entretenido de leer y las páginas pasan volando. Los flash back a distintos momentos de la historia aclaran puntos importantes y enganchan aún más al lector. 

Cuando se acaba el libro una siente deseos de tener los medios de estas amigas para quejarse de los hombres con la satisfacción del bolsillo bien lleno y de la hacienda bien administrada. Un poco fantasioso pero ameno, sin más.