miércoles, 27 de noviembre de 2013

La sociedad de la grosería, gran texto

Hace unos días me quedé de piedra (me gusta decir se me cayó el culo pero es menos académico) cuando me enteré que cierto personaje de un programa de corazón publicaba un libro. No voy a decir no el personaje ni el título del libro, porque eso es publicidad, y aunque sea negativa no quiero contribuir a ello.
 
No solo me enteré de la publicación del libro, sino que había sido un completo éxito de ventas y la primera edición se había agotado la primera semana.
 
Lo primero que pensé es que vivo alejada del mundo, pues imagino que ha habido una campaña de marketing y luego me sorprendí pues pensaba que los admiradores de este personaje no leerían un libro en su vida...
 
Comentándolo con una amiga me envió este texto de Elvira Lindo que reflexiona sobre la escuela y la mala educación. Elvira Lindo es una de las heroínas de mi infancia, por escribir esos libros que marcaron mi infancia protagonizados por Manolito Gafotas. Pero ahora trata un tema mucho más serio que las visicitudes de la infancia. Aquí os lo dejo:
 
Estamos ante un sistema perverso que ahoga el potencial de igualación social de la enseñanza pública, su misma razón de ser. Se reducen las plazas de interinos, no se aumentan las de fijos, sube la ratio de alumnos por aula y los profesores se ven obligados a aumentar sus horas lectivas, convirtiendo la jornada laboral en una carrera atolondrada de una clase a otra, y a menudo, de un universo a otro, dado que hace tiempo que los niños más tiernos comparten el instituto con alumnos de bachillerato. A los profesores no les llega la camisa al cuerpo y sufren ese desgaste sabiendo que ya no hay bajas que valgan, que las jubilaciones se retrasarán y que una vez que se apague el ruido de las manifestaciones públicas ellos solos habrán de enfrentarse a la precariedad diaria. Así ha sido siempre.
Me pregunto si de verdad somos conscientes de eso. Hablamos de la desaparición de la Filosofía o de las asignaturas artísticas cuando lo cierto es que una parte alarmante del alumnado no sabe escribir o leer con soltura. A eso se suma un asunto más turbio que ha ido complicándose en los últimos años: la mala educación. Abundan los problemas de mal comportamiento. Pero, ¿cómo podría ser de otra manera? No es solo la escuela quien educa, ni tan siquiera son los padres los únicos responsables, es la sociedad misma la que marca el tono: el ambiente que se palpa en la calle; el lenguaje que se emplea en los medios de comunicación; la consideración pública de los educadores; el respeto que los padres muestran hacia el profesorado; la forma en la que nosotros mismos, los que opinamos públicamente, utilizamos ese pequeño poder que se nos presta. Todo eso suma, o resta. Y por lo que oigo, leo y veo no me extraña que, además del recorte de recursos a la escuela, estemos también contribuyendo a su deterioro con un ejemplo generalizado de grosería.
 
Ya he hablado muchas veces de mis opiniones sobre la escuela y los recortes pero lo que me llama la atención no es este texto, sino el turbio asunto, usando las palabras de la autora, que se menciona. Estamos ante la sociedad de la Grosería. Una sociedad que no premia el talento y las buenas maneras, sino lo chabacano y lo retorcido. Hablar a gritos, decir palabrotas y alardear de la ignorancia son cosas que se exhiben y son tomadas como algo positivo, pues todos podemos ser unos catetos pero no todos podemos ser cultos.
 
Por eso temo ante los malos ejemplos que los padres compradores de este libro, asiduos teleoyentes de estos programas están dando a sus hijos, los valores que les regalan y sus quejas ante el sistema. El sistema da asco, pero nosotros nos rebozamos en el fango, una y otra vez.

La cena secreta de Javier Sierra

Hace 10 años estaban muy de moda los libros de sociedades secretas y de conspiraciones sobre un decadente Vaticano que había sido el dominador del mundo y que veía extinguirse los últimos ecos de su antaño lóbrego gobierno. El pistoletazo de salida lo dio Dan Brown con su Código Da Vinci que fue prohibido por la Iglesia, bueno en estos tiempos en los que ya no se da el nihil obstat podemos decir que fue desaconsejado. Pero fue un completo éxito que sentó cátedra de otras mil novelas de igual o peor calidad, no voy a alabar literariamente a Brown porque no lo merece, pero si tiene sentido del ritmo.
 
En unos años todo principiante de Historiador, periodista, ambas cosas o incluso de forma conjunta escribieron libros ambientados en el Renacimiento o en la actualidad pero con la mirada puesta en un Renacimiento conspiratorio donde la Iglesia era muy poderosa, pero muy ignorante de los secretos que se exhibían en sus narices.
 
En estos libros en serie no falta un Leonardo Da Vinci, un Miguel Ángel o un Bernini que a pesar de trabajar para tal o cual papa en el fondo pertenecía a los iluminati, masones o como en este caso, a los cátaros.
 
Y ahora toca explicar por qué ha caído en mis manos este libro, y es que lo compré en el cercanías a un hombre que vendía libros por un euro. Me dio tantísima pena que me llevé dos, y si me compro un libro es para leerlo.
 
El argumento es muy sencillo pero trata de ser intrincado. Un inquisidor va a Milán buscando un predicador apocalíptico, llamado el agorero que le advierte sobre la herejía presente en La última cena que está pintando en esos momentos Leonardo da Vinci. Ya nos podemos imaginar el final...
 
Están presentes todos los prototipos, el gran artista, la sociedad secreta perseguida, María Magdalena y el papa que no se entera de nada.
 
No diré que sea un pestiño de libro, pero tampoco es una joya de la literatura ni te engancha durante horas, se deja leer simplemente. El autor ha recibido varios premios y es experto en conspiraciones de este tipo...
 
Ahí lo dejo, para el que le gusten los libros conspiratorios...uno más.

Fases de memoria pez

Cuando somos pequeños lo recordamos todo, cuantos años tenemos, cuando es nuestro cumple, cuando nos van a llevar al cine...la vida es una serie de datos que almacenamos en la cabeza. Cuando pasan los años aún recuerdas de memoria los poemas de la infancia, las canciones y el nombre de todos y cada uno de tus compañeros de clase...pero no sucede lo mismo con lo que sucede ahora.
 
(Excursus, poema absurdo grabado en la mente desde tercero de Primaria)
 
Gallinita estaba presa en su corral, con la pata atada a un matorral.
Gallinita cose, cose un delantal, para su pollito que no sabe andar.
Gallinita llora, kikirika, se ha quedado ciega de tanto llorar.
Gallinita gira, gira sin cesar, ¡Pobre gallinita! Se va a marear.
 
(fin excursus)

A lo largo de los años cada vez me cuesta más quedarme con los nombres de las personas nuevas, con sus edades y con sus fechas de cumpleaños, mientras que recuerdo perfectamente que el cumple de Alba era el 2 de Enero Ahinoa era el 5 de Abril, el de Esther el 8 de Abril, el de Denia era el 12 de Mayo...y una serie de fechas de personas que no han significado nada en mi vida, ni siquiera han sido amigas mías de verdad y no me sirven para nada esos datos. Y ahora pienso con rabia que recuerdo con dificultad el cumpleaños de mi padre...y no hablemos de los de mis tíos, que con suerte acierto en el mes

Como primera medida ante la falta de memoria hace años que llevo agenda, es una prolongación de mi propia piel donde apunto todo, pero todo todo. Si hay comida familiar, si tengo depilación láser, si hay una conferencia. Apunto cosas con meses de antelación como Congreso Murcia, entrega artículo Alicante, y he llegado al patetismo de poner "aniversario novio" porque seguro que se me olvida.

Ahora estoy atravesando por una fase de especial despiste, en el que en la agenda no está todo y se me van quedando cosas por el camino. Y como persona caótica nada orgullosa de serlo me da una rabia terrible. Rabia por no estar pendiente, por no dar a vasto y sobre todo por olvidar. Por eso es el momento de reflexionar sobre la importancia de dedicar tiempo a las cosas, como si toda la vida dependiera de eso, exactamente igual que hacemos cuando somos niños.

lunes, 18 de noviembre de 2013

El juego de Ender de Orson Scott Card o cómo a veces es mejor ver la película primero

Cómo cualquier avispado ha podido notar, está muy de moda la Ciencia Ficción en el cine. Pero no la Ciencia Ficción tipo Metrópolis, de ciudades llenas de humo y polvo donde siempre está lloviendo, sino una Ciencia Ficción llamada hi tech, donde el paisaje aséptico es la nota dominante.
 
Ahora vemos ciudades de color blanco, con muebles de estilo minimalista y líneas curvas, donde se ha dado la completa deshumanización del ser humano pero la tecnología ha llegado a su límite creativo.
 
También es el momento de rescatar viejas glorias pasadas, best sellers despreciados en el pasado por pertenecer a un género considerado para adolescentes. Éste es el caso de "El Juego de Ender". Se trata de un best seller de los años 80 que ha sido reconvertido en blockbuster.
 
Como no, fui a ver la película el día después del estreno, en eso mi pareja es inflexible y adora la Ciencia Ficción, por lo que tuve que cometer el gran pecado con el que todo puritano clama al cielo....me leí el libro después.
 
La historia es muy sencilla, estamos en un mundo que recuerda a la Guerra Fría del siglo pasado, pero donde se han producido muchos avances tecnológicos y el mundo anda controlado. Además de la guerra de bloques se han producido dos invasiones alienígenas, los insectores que han tratado de dominar la tierra y van a volver. Por ello se ha decidido entrenar a niños en una llamada Escuela de Combate para la guerra que va a venir, buscando el perfecto hegemón que derrote por fin a toda vida externa.
 
En ese momento entra en juego Ender, la última esperanza de la Tierra. Que acumula en sí la cantidad justa de ambición, venganza, compasión y solidaridad para ser el único capaz de llevar a cabo la misión.
 
Si bien esta es la línea general de la obra, el tema que se trata es la deshumanización del ser humano. Cómo llegados a un punto somos capaces de justificar cualquier acción si se considera motivo de casus belli y, sobre todo, lo que supone la pérdida de la infancia en una sociedad belicista.
 
En definitiva es un libro muy influenciado por los coletazos de la Guerra Fría y la creación de numerosas bombas que de ser liberadas acabarían con la humanidad. Heredera de un mundo que justifica la hostilidad y la vida en un permanente estado de preguerra. Un mundo que hemos vivido hasta hace muy poco, y en algunos casos aún vivimos.
 
Pues aunque lo haya hecho al revés, ver la película y luego el libro, reconozco que me ha gustado más así. Todo el libro sucede en la escuela de Combate donde Ender se está entrenando, y eso se hace un poco pesado. La sucesión de pruebas, batallas y juegos no termina y el lector espera ansioso la llegada de la guerra contra los insectores. Eso no me ha pasado a mí, pues ya sabía a qué punto iba a llegar el libro y me ha permitido disfrutar del desarrollo del personaje, de las dudas sobre su humanidad y de la evolución de su mentalidad belicista.
 
El libro se hace pesado a muchos, que no a mí, y  el final es impactante, (por supuesto no lo cuento). Una lectura muy recomendable, incluso para aquellos que no son muy amantes de la Ciencia Ficción. Cómo es sabido tuvo un momento de auge que vio nacer muchas buenas obras que merecen ser leídas al menos una vez en la vida.

Misión Olvido de María Dueñas

Estamos ante el segundo libro de la archiconocida escritora María Dueñas, profesora de filología inglesa de la Universidad de Murcia que se ha hecho con una millonada con su libro "El tiempo entre costuras". Hay que reconocer que tiene mucho mérito que un libro español llegue a la 30 edición  con el auge de los ebook y los formatos digitales.
 
He de decir que parto de la idea de que me encanta como escribe esta mujer. Su uso del lenguaje, de la metáfora y como hila la historia me parecen frutos de una mente muy culta y muy educada. No es Dan Brown escribiendo un libro de la noche a la mañana. La historia es trepidante, pero el lenguaje es paupérrimo.
 
En esta ocasión nos adentramos en la vida de Blanca, una madura profesora de universidad que ve como su marido se va con una mujer más joven y sus hijos empiezan su vida fuera de casa. Para huir de la separación pide una beca en una universidad aislada de los Estados Unidos para rescatar del olvido el legado de un profesor español que acabó su vida allí tras la Guerra Civil. No cuento nada más, mejor descubrirlo por uno mismo.
 
El mundo de la investigación y las luchas interdepartamentales están maravillosamente reflejados, seguramente porque al ser profesora de universidad conoce los tejemanejes de un mundo lleno de envidias y competición, y  pullas guardadas durante más de treinta años. Pero la historia es encandiladora en sí, ya no solo la vida de Blanca, sino la reconstrucción de la vida del profesor español y de su discípulo.
 
También tiene un hueco para pasar por la historia de la fundación de las comunidades religiosas en América, las llamadas misiones, protagonizadas por frailes sin casi cultura ni fundamento pero con una fe ciega. Si bien no es el objeto central de libro, resulta sumamente interesante descubrir cosas desterradas de los libros de Historia.
 
Es un canto a los años perdidos, olvidados y arrinconados en un lugar de la mente que vuelven sin duda en un momento de la vida. Nos habla de que se puede querer huir, y a veces se ha de hacer, pero llega un momento en el que hay que volver a la realidad. Se nos plantean dudas existenciales sobre la importancia de las relaciones pasadas, la necesidad de perdonar y olvidar y la eterna vivencia que tanto nos marcó en el pasado y nos persigue.
 
He de hacer una salvedad, no me ha convencido el final. No quiero destrozarlo, pero tomaré la frase de alguien que hace mucho tiempo comentó que no hace falta que en todas las películas haya un beso. Pues bien, no creo que en todos los libros haga falta tensión sexual, beso y relación futura. No es necesario, las historias de las pasiones humanas pueden ir más allá del amor, y tocar temas que nos conmuevan sin recurrir al eterno tópico.
 
Por ahora parece que a María Dueñas no le esta yendo mal con la venta de este nuevo libro, no tanto como el otro pero parece que se va consolidando como escritora. Fama bien merecida, si se permite una opinión personal.

Textos que marcan, parte II

La semana pasada encontré un texto que me encantó y, además de publicarlo aquí, lo mandé a varios amigos. Y ahí comienza la historia que merece otro post.
 
Tengo una amiga que no está pasando un buen momento, su marido está muy muy enfermo de cáncer y lleva medio año de médico en médico. Pero como es de Filología Hispánica se lo mandé,  y desate el temporal.
 
Me contestó que el estilo no le parecía de Borges sino más de Benedetti, y me dio varios motivos linguisticos, de los que evidentemente yo no tenía ni idea. Se pasó investigando una tarde en un compendio de la obra de Borges y efectivamente no aparecía.
 
Paso siguiente, buscar el autor, lo que no está siendo fácil. Pero en su camino descubrió otro error parecido, en la feria del Libro se publicó un texto presumiblemente de un autor que luego resultó ser otro...en fin que ya ha pasado más veces.
 
Tras publicarlo en Facebook suscitó un debate sobre la importancia o no del autor, o del sentimiento que refleja. ¿Lo habríamos leído igual si no estuviera firmado por alguien como Borges? Puede que sí o puede que no. Yo me quedo con el periplo que ha traído un texto que inicialmente me marcó y al parecer tanto ha gustado a todo el mundo, que más da si es de Borges, es bueno y punto.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Textos que marcan

No puedo estar más de acuerdo con el dicho popular que dice que todo depende del momento en la vida en el que estés. Hay veces que lees algo que no te dice nada y otras en las que te emociona tanto que forma parte de tu repertorio.
 
Hoy una conocida que se ha tenido que ir muy lejos para hacer su tesis ha colgado un Texto de José Luis Borges sobre la importancia de lograr tus propios logros y forjar tu futuro, pues al final todas las compañías son añoradas y anheladas, despreciadas y cambiantes y el futuro es la cosa más incierta que nos espera.
 
Ahí lo dejo, a mi me parece maravilloso...
 
"Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos. Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema. Y aprende a plantar su propio jardín y decorar su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... Y con cada adiós uno aprende.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estas al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.

Con el tiempo también aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo te das cuenta de que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sea como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese único instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, extrañarás inmensamente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Y aprendes que hay 3 momentos en la vida que uno no puede remediar: La oportunidad que dejaste pasar, la cita a la que no asististe, la ofensa que ya pronunciaste.

Con el tiempo también aprendes sobre el dinero... y entonces comprendes que: Puedes comprarte una casa, pero no un Hogar. Puedes comprarte una cama, pero no hacerte dormir. Puedes comprarte un reloj, pero no te dará el tiempo. Puedes comprarte un libro, pero no conocimiento o lo que necesitas aprender. Puedes comprarte una posición, pero no sirve para tener Respeto. Puedes comprarte medicinas y pagar la consulta al médico, pero no te da salud. Puedes comprarte sangre, pero no vida. Puedes comprarte sexo, pero no amor.

Con el tiempo también aprendes que la vida es aquí y ahora, y que no importa cuantos planes tengas, el mañana no existe y el ayer tampoco.

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.

Pero infortunadamente, todo esto lo aprendes sólo con el tiempo…"

Jorge Luis Borges

domingo, 10 de noviembre de 2013

La Maga de Trudi Canavan

Estamos ante la precuela de la trilogía "El gremio de los magos". Como todo lo que tenía en formato papel me lo regalaron hace casi dos años y ni lo había abierto. Considerando el grosor del libro y el peso me resulta muy difícil llevarlo a la facultad, y por eso me ha costado semanas leerlo.
 
Estamos unos cientos de años antes de la gran crisis del Gremio de los magos, por lo que los magos practican la magia negra con sus aprendices y aún no se ha creado un Gremio de magos que acoja a los magos aprendices en un sistema escolar.
 
Se nos cuenta la vida de Tessia, una joven hija de un sanador local que descubre sus capacidades mágicas y es tomada como aprendiz del mago local. Por otro lado está Stava, una kyraliana que viaja a Sachaka a vivir con su padre y se advocada a un matrimonio de conveniencia.
 
Como todo libro de épica fantástica hay en juego una guerra por librar y unos malos malísimo contra unos buenos buenísimos. No hay mas, cara o cruz. Por otro lado, he de reconocer que la autora no escribe del todo mal y está tratando de crear un mundo completo con múltiples países y una historia que va a durar cientos de años.
 
Me parece muy curioso que sus personajes principales sean casi siempre mujeres, cuando la épica fantástica es un mundo dominado por los hombres. Quizá sea por el sexo de la autora pero sus heroínas son adolescentes independientes, poco interesadas en el sexo y en el matrimonio que buscan ayudar a los demás. El dilema moral que siempre se plantea es el abuso de poder en un mundo donde la magia existe en manos de unos pocos y puede ser usada para la destrucción. Es un mundo muy atrasado, donde no se conocen las propiedades mágicas ni como se llega a ser mago. Aún falta mucho camino por recorrer para unificar los conocimientos de magia.
 
Si hacemos un balance diré que su mayor virtud es que entretiene mucho y que el universo está muy bien construido, su mayor defecto es la simpleza de los personajes y que se ve a la legua como van a acabar los libros.
 
Personalmente disfruto mucho con ellos, aunque no llegan a engancharme como para no querer soltar el libro. Pero en mi familia que somos muy fans de la épica fantástica los hemos leído todos...

Huelgas que nos afectan a todos

El jueves estuve en el centro de Madrid con una amiga para tomar algo. Creo que desde el martes se ha convocado una huelga indefinida de limpieza de calles de Madrid, el motivo es el de siempre...recortes.

El centro estaba que daba asco, papeles por los suelos, latas, plásticos y montañas de basura junto a los contenedores. Eso me dio que pensar sobre las muchas huelgas que a día de hoy sufrimos los ciudadanos.

En estos últimos tiempos muchos colectivos se han visto obligados a convocar huelgas por ver empeoradas sus condiciones de trabajo. Creo que desde que empecé la universidad habré vivido 20 huelgas de metro y cercanías, unas 10 de universidad y otras tantas de limpieza. En todas ellas se han convocado los llamados servicios mínimos que no es más que un intento de desmantelar la huelga, pues al final se ha de ofrecer el mismo servicio, especialmente cuando es de transportes.

Al final las huelgas las pagan los ciudadanos, que van a ir al trabajo y llegan tarde, que ven su ciudad llena de basura. No obstante creo que se deben hacer. Aunque los perjudicados seamos nosotros, es la única, y pobre, manera de presión que tenemos.

Recuerdo las huelgas de universidad contra Bolonia, cuando en clase nos teníamos que pegar siempre con la misma persona que quería venir a clase y no hacer huelga. Sorprendentemente mis compañeros del Grado hicieron huelga masivamente, nadie se presentó en clase y fueron a la manifestación. No se puede decir que faltaron por no querer ir a clase, que es lo que se suele decir de las huelgas de estudiantes. En el fondo en menos de 7 años hemos conseguido una universidad el doble de cara, de peor calidad, con menos asignaturas optativas, másteres que cuestan un ojo de la cara y una tanda de nuevos profesores que se han ido a la calle...y no hablemos de la investigación.
 
Las huelgas de transporte son las peores, bueno, para mí que voy en transporte público y no me queda otra opción. Hay gente que coge el coche y forman atascos en todas las carreteras. Lo que sí he notado ha sido la pérdida en el servicio público. El otro día tardé hora y media en hacer un trayecto que hace dos años me costaba 40 minutos. Retrasos trenes llenos donde no entra un alfiler....eso es lo que hemos conseguido en todos estos años.
 
Y en cuanto a la limpieza. Ya no hay campaña de otoño y las hojas se acumulan en las calles, las papeleras están a rebosar y todo está más sucio.
 
Por eso estoy a favor de las huelgas y las manifestaciones que colapsan Madrid, aunque sean incómodas y nos entorpezcan la vida, porque a veces no reconozco mi ciudad de lo mal que la están dejando por toda las cosas que hemos perdido en tan poco tiempo.