viernes, 15 de septiembre de 2017

Animales fantásticos y dónde encontrarlos de J. K. Rowling

El fenómeno Harry Potter, a estas alturas, es de carácter mundial. Si bien siempre he sido una admiradora férrea de su autora no podemos dejar de notar que la historia que se ha vendido de ella no deja de ser del todo incoherente. 

J. K. Rowling fue presentada como una especie de Cenicienta moderna, que tenía en mente un libro de aventuras mágicas y que escribía en la misma cafetería pudiendo pagar solo una consumición diaria, que alargaba durante horas. Si bien no deja de ser una historia romántica y bien es cierto que la autora no andaba en la abundancia en los primeros momentos, estamos ante una licenciada en Literatura en Cambridge, una de las universidades mas prestigiosas, y caras, del Reino Unido. Este dato, no es señalado para despreciar su obra sino para dotar de coherencia a todo el mundo de Harry Potter.

Estamos ante una persona capaz de crear un mundo de mitología complejo y basado en la Antiguedad Clásica. Por ello el chicle puede estirarse hasta el infinito. Animales fantásticos y dónde encontrarlos no es más que un libro de mitología donde se describen algunos seres mitológicos con un regusto clásico y que hacen evocar la saga al lector más acérrimo y constante de la saga. Es un modo de vender más libros, de hacer nuevas pelis (dicen que de dudosa calidad, aún no ha caído en mis manos) y también de demostrarnos cómo este universo salta todos los patrones de lo que hemos considerado tradicionalmente "literatura juvenil". 

Si bien no me ha gustado tanto como "Los cuentos de Beedle el bardo" y considero que solo esta escrito para hacer caja, me lo leí en un viaje de avión entre la ida y la vuelta, y me reí recordando ciertos momentos de la saga. La disposición del libro como si de un diccionario se tratara permite leerlo a trozos, a trompicones y con largos lapsus de tiempo, pues no hay un hilo conductor. Por ello es una gran lectura para los 5 minutos antes de coger el tren y sobre todo nos da mas material de este universo Potter que marcó nuestra infancia.

La flor del Norte de Espido Freire

Tras una adolescencia marcada por la lectura voraz de novelas históricas (tengo un padre coleccionista de libros y por aquella época se hacía colecciones seriadas bajo temas variopintos) no he vuelto a leer de manera masiva trabajos enmarcados en este género. El motivo es quizás que me recuerdan demasiado al trabajo, y por ello me provocan cierta repulsión.
No obstante, últimamente se cruzan en mi camino, por un motivo o por otro. Este verano decidimos hacer un viaje de descubrimiento por la zona de Burgos, juntarnos para vernos, y aprovechar para conocer un poco esa tierra que nos ha visto crecer pero de la que sabemos tan poco. En nuestro viaje, pasando por Covarrubias, teníamos en nuestra ruta una iglesia noruega en medio de la montaña, dedicada a San Olav, patrón nacional del norte. Es una iglesia moderna, hecha de madera y un tanto moderna, inaugurada en 2014. El motivo de su construcción ha sido cumplir la promesa que se le hizo a una princesa de Castilla de la Edad Media, Kristina de Noruega, al que su marido le prometió una capilla a su devoto santo y que nunca consiguió. Al parecer la princesa duró pocos años en España. Su matrimonio es fruto de un trato entre el rey noruego Haakon y Alfonso X el Sabio, pero acabó sus días en Sevilla alejada de la corte.

Cuando nos enteramos de la Historia, como buenos investigadores, queríamos saber más, y descubrimos este libro, que narra no sólo la vida de Kristina en la corte castellana, sino su infancia en Noruega, en una de las cortes que me eran desconocidas hasta este invierno, cuando vi mi primera película noruega sobre un rey medieval, precisamente el abuelo de esta Kristina. 

El libro hace un recorrido desde el lecho de muerte de la princesa, hacieno un flashback de tres generaciones. Desde la abuela Inga, que por la ausencia de leyes de bastardía en Noruega da a luz a un hijo del rey que acaba siendo el legítimo sucesor. La vida en el frío del Norte, el aislamiento y toda una herencia de guerras intestinas hacen que la fría Kristina se críe en el hielo y la rigídez y que acepte ir sola a España a cumplir su destino. 

Si bien la vida en Noruega está muy bien relatada, el libro cojea cuando se centra en la corte castellana. La historia de Noruega es fascinante y muy nueva para el lector y entiendo que se de más protagonismo, pero como historiadora me he perdido entre los parientes de Alfonso X el sabio por la parca explicación, imagino que el lector no especializado tendría aún más dificultades. 

En general me ha gustado, pero no me ha enganchado, y tenía muchas ganas de leerlo. Se queda en una novela pasable, que si satisface la curiosidad sobre el lejano país, pero que con otra estructura que no fuera la de flashback habría quedado más hilado.