lunes, 30 de diciembre de 2013

La prórroga de Gibrat

Tras otra  visita provechosa a la biblioteca de Rivas he vuelto con nuevos ejemplares de cómic. En este caso una edición en dos tomos de un cómic francés.
 
Cuenta la historia de un joven francés de un pueblo periférico que es reclamado para ir a luchar a la guerra contra Alemania en el año 1943. En el tren decide saltar y volver a su pueblo. Tiene la suerte de que el tren es bombardeado y sus documentos son encontrados, por lo que se le da por muerto.
 
El cómic narra un año de su vida escondido en la buhardilla de la casa del profesor, judío y por lo tanto arrestado a inicios de la guerra. La casa da a la plaza del pueblo, por lo que se convierte en un espectador privilegiado de la guerra y de las actitudes de sus vecinos, sin el agobio de sentirse buscado.
 
La historia esta muy bien pero el dibujo es espectacular. El dibujante y guionista usa una especie de acuarela para dibujar a los personajes, que tienen un rostro muy personalizado. Es francamente bonito.
 
Es un cómic en el que no aparece ni un solo uniforme alemán, no se habla de las prisas de la huida ni del angustia del escondite. El protagonista es muy cínico, con un gran sentido del humor y que se aburre muchísimo encerrado durante un año.  Es muy original en su planteamiento, pues habla de cómo un pequeño pueblo francés vive una guerra aislado de todo, con penurias alimenticias y rivalidades por ambos bandos pero muy aislado de las bombas y los tejemanejes de la guerra.
 
Lo recomiendo para los no aficionados al cómic y para los que si les gusta, como mi padre, que ya se ha leído el primer tomo. Cuando no tienes mucho tiempo para leer hay cómics con historias excelentes y que no requieren mucho tiempo.

viernes, 27 de diciembre de 2013

300 de Frank Miller

Me acabo de dar cuenta de que nunca jamás había comentado un cómic en este blog. Y no porque no nos lea pero en más de un año no se había dado el caso...pues aquí viene el primero.
 
Todo el mundo conoce 300 por la archiconocida película americana del mismo nombre. Narra el episodio de la Batalla de las Termópilas (las puertas calientes) a inicios de la segunda Guerra Médica. El rey espartano Leónidas, acompañado de su guardia personal de 300 espartanos, mueren defendiendo el paso y así dan tiempo a los atenienses para que puedan evacuar su ciudad.
 
Miller escribió un cómic de éxito narrando tal episodio, para ello se documentó con fuentes antiguas, como los libros de Herodoto y le dio un toque personal muy de la época. EE.UU. estaba inmerso en numerosas guerras e interesaba ensalzar la imagen del buen soldado.
 
He de reconocer que vi la película en mi último año de instituto y me encantó. Me la habré visto miles de veces, he hecho trabajos en la carrera sobre ella y siempre que sale la oportunidad saco el tema...pero no me había leído el cómic.
 
Por eso aproveché una nueva ponencia sobre el péplum en cine y en series de televisión (para un congreso en la Autónoma en Febrero) para ir a la biblioteca y coger el ejemplar que hay allí. Y me encantó como la película. Ya había oído que la película se basa en el libro, lo que no me podía imaginar era lo fiel que era. Hay escenas exactamente iguales y los diálogos y la narración están tomados del guión del cómic.
 
Es curioso como la historia de una derrota, pues las Termópilas supuso la muerte de uno de los dos reyes espartanos y de buena parte de la nobleza espartana, se haya tomado como ejemplo de la victoria contra el extranjero. Hubo muchas batallas que acabaron mejor, e incluso las tenemos muy bien documentadas, pero el sacrificio espartano ha quedado grabado en nuestras mentes occidentales más que lo que quedó en las griegas. Para los griegos era más deshonroso la pérdida de la Jonia y el saqueo de la Acrópolis ateniense....solo los espartanos grabaron en las Termópilas, en la tumba colectiva de los caídos este mensaje
 
"Viajero, ve y diles a los espartanos que aquí, por la ley espartana,yacemos"
 
Este episodio ha sido fundamental en el discurso europeo del mundo moderno. Leónidas y sus 300 son un modelo de defensa de la identidad cultural griega, que se considera la identidad europea en origen.
 
Y por eso tenemos un cómic, y por eso tenemos una película sobre el tema que casualmente sale en los inicios de la guerra de Irak, cuando se produce de nuevo un choque cultural con la temida Asia...

martes, 24 de diciembre de 2013

La contadora de películas por Hernán Rivera Letelier

Hay libros que caen en tus manos por motivos distintos. Nunca los habrías leído por ti misma y no siempre te gustan. Este es el libro de lectura de mi abuela, que a sus casi 80 años asiste al colegio...y dentro de poco ya no va a poder ir más.
 
Cada año leen un libro todos los alumnos, viene el autor y lo comentan en clase. A mi abuela no le gusta casi ningún libro de los que le mandan. O le parecen aburridos o muy largos y no es una persona que tolere las letras de imprenta chiquititas...Este no le ha gustado especialmente pues dice que no tiene nada pero aún así me lo ha pasado. ( La insistencia de la nieta)
 
Lo primero que llama la atención es lo cortito que es, apenas 100 páginas con capítulos de página y media y media página en blanco. Me duró un trayecto entre Miguel Hernández- Gran Vía en la línea 1 del metro de Madrid, que ya no vuela, y a la mitad de la vuelta se me terminó. De hecho es el motivo por el que me llamó la atención, pues tengo un libro languideciendo desde hace más de un mes en mi mesilla y no tengo tiempo para terminarlo, son casi 600 páginas y no hay manera de llegar al capítulo final, y de escribir una crítica sobre él. Me cautivó un libro que te apaña un viaje en metro de los múltiples que se hacen en estas fechas para ir a cenas en el centro, que no pesa y que se lee con facilidad.
 
Narra la Historia de una niña pobre que vive en la Pampa argentina y cuya madre los ha abandonado a su padre paralítico y a sus 5 hermanos. Como casi no tienen dinero ella es la encargada de ir a ver las películas al cine y contarlas a toda la familia en el salón de casa. Su fama crece y se hace cada vez más buena en su oficio hasta que llega la televisión...y su mundo se transforma.
 
Es un canto a la más mísera pobreza, a la gente sin recursos que sale adelante como puede, al abandono y la soledad. Es una historia de conmueve, muy propia de la literatura latinoamericana.
 
Pese a que estoy con mi abuela en que le habrían hecho falta más páginas para desarrollar de manera más profunda a los personajes a mí si me ha enternecido la historia. Me ha gustado la visión del mundo de la niña, miserable en su poblacho y sujeta a la presión de cualquiera con más poder. Refleja la más mísera pobreza de una manera cruda pero sin obviar el toque de humor que en toda vida humana hay.
 
Ahora toca liar a mi madre, que es la generación intermedia, de que se lea el libro y de su opinión...

viernes, 20 de diciembre de 2013

Cenas navideñas

En estos días proliferan las cenas navideñas; de compañeros del trabajo, de los amigos de la facultad, de los amigos de toda la vida, de los compañeros de la academia...
 
Al final nos juntamos con mil cenas, en las que nos gastamos un dineral y que nos hacen engordar desmesuradamente. Pero todos lo hacemos...¿por qué será? Yo creo que es el deseo humano de reencontrarse con los amigos en las fechas especiales. De ver a aquellos a los que durante el resto del año no les podemos dedicar tiempo. No son nuestros mejores amigos, pues a los amigos de verdad sí les regalamos nuestro tiempo asiduamente, pero es gente que nos cae simpática o que fue importante en un momento de nuestra vida.
 
También hay que ver el lado positivo de la comida. Conocemos nuevos sitios, yo ayer estuve en un griego buenísimo y probamos nuevos platos, pues se suele pedir muchas cosas para compartir. Hay grupos de amigos que siempre hacen las cenas de Navidad en el mismo sitio. Para ellos el ritual no es solo reunirse sino que hay un código en cuanto al sitio. Eso me parece muy aburrido, prefiero la innovación, aunque a veces nos equivoquemos y probemos cosas que no nos acaben de convencer o nos metan un sablazo.
 
Cuando la gente dice que no se ve la crisis en estas fechas porque la gente sale igualmente de cena creo que no estamos tomando en consideración una cosa muy importante: se sale con aquellos a quienes tenemos aprecio, una vez al año, puede ser un esfuerzo, pero es ocasional...¡A la mierda la crisis, reencontrémonos con los amigos de toda la vida, que para eso no los vemos todos los días!
 
Por eso procuro ir a todas las que puedo, aunque acabe derrengada y arrastrada, me cueste horrores volver a casa por los maravillosos recortes en los autobuses nocturnos y luego no pueda dormir todo lo que me gustaría. En el fondo disfruto de ver a aquellos que han sido o son importantes para mí.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Gestionar el tiempo

Hoy he vuelto con una compañero que asiste conmigo a las clases de Batuka en la universidad. Es estudiante de Magisterio y me estaba contando que hace miles de cosas. Además de estudiar Magisterio se está sacando Psicología por la UNED, va a inglés a la EOI y hace deporte como yo.
 
Estábamos hablando de su manera de gestionar el tiempo, de todas las cosas que hace pero que no sabe vivir sin ellas. Me he sentido completamente reflejada en ella.
 
Hay personas que hacen los mismo con 3 actividades que con 20 porque tienen el don de gestionar su tiempo y aprovechar cada instante. A mí me pasa lo mismo, como tenga un minuto libre seguro que surge una cosa que me apetece hacer, y me apunto a algo nuevo.
 
No se si es fruto de mi personalidad, si es un defecto o una virtud, pero adoro hacer cosas. Luego nos quejamos, refunfuñamos y vamos corriendo por la vida, es el lado negativo de todo esto. La compañera me comentaba que echaba de menos leer un libro por placer o ver una película en casa sola. Yo tengo el mismo libro hace dos semanas en la mesilla y lo leo por las noches con una media de 10 páginas por día y tiendo a partir las películas de media hora en media hora.
 
Personalidades diversas, luego hay gente que se agobia de no hacer nada...nosotras nos agobiamos si no hacemos nada.

La comida

En estas fechas se nos acumulan las comidas de empresa, las cenas familiares y los reencuentros con amigos a los que vemos prácticamente solo por Navidad.
 
Debemos reconocer que la comida se ha convertido en una red social, un espacio de comunicación donde nos sentamos a hablar delante de comida.
 
Reconozco que soy de esas personas que comen porque si no se mueren. Me gusta la comida, pero no disfruto del acto en sí. Por eso el otro día, mientras picoteaba de mi tupper sin ningún entusiasmo y haciendo otras cosas me he dado cuenta de la poca importancia que tiene comer cuando estamos solos.
 
Una comida familiar dura varias horas, se elabora la comida y se charla. Cuando comemos solo picoteamos como pavos del tupper, bueno en mi caso, supongo que aún quedan humanos en la Tierra que comen en casa, comiendo lo más deprisa posible, sin saborear la comida. Yo llego a límites extremos, pues me llevo lo primero que pillo y me da exactamente igual. Pero mi actitud cambia el fin de semana, que es cuando tengo más tiempo. En esos momentos sí que disfrutas de la buena comida elaborada por mamá, de la textura y del sabor.
 
No solamente el fin de semana disfrutamos de la comida. Si salimos a comer en una pausa del trabajo con amigos la cosa cambia. De nuevo charlamos, disfrutamos de la compañía ajena y somos capaces de desconectar.
 
Creo que el problema es el tiempo que dedicamos a comer, que cuando tenemos trabajo roza la media de 10 minutos, me pregunto cómo vamos a disfrutar de algo si no le damos tiempo en nuestra vida. Si comemos mientras trabajamos o leemos el periódico, pensamos en la  compra o en otras miles de cosas comer se  convierte en una necesidad y no en una afición. Y comer es necesario: pero también es un placer.

lunes, 2 de diciembre de 2013

La importancia de volver a hacer cocodrilos con abalorios una vez en la vida

Este fin de semana he vuelto a hacer un cocodrilo con abalorios. Sí, con esas bolas pequeñas que te vendía en Pontejos y con los que pasabas las horas muertas.
 
Tras un primer contacto fallido, pues los años han pasado, mi vista no es la misma y necesitaba un flexo para ver los agujeros de las bolas, me planteé recordar como se hacían.
 
Es curioso como recordamos cómo se hacen las manualidades, aunque haya pasado más de una década desde la última vez que las hicimos y no sepamos ni abrir un programa informático que hace seis meses que no tocamos. Quizá sea el afán del ser humano de progresar y olvidar lo que somos, homínidos que trabajan con las manos y no seres civilizados y tecnológicos.
 
He recordado lo mucho que me gustaba, y lo habilidosa que era. Me he dado cuenta del poco tiempo que invertimos en ese tipo de cosas, pero cuando un niño se convierte en la excusa, retomamos viejas aficiones como si no hubiesen pasado los años.
 
No tenemos tiempo, continuamente miramos el reloj, corremos como pollos sin cabeza sin pararnos para volver a ser niños....Dicen que la juventud es el periodo de los posible, pero la infancia es el periodo del disfrute y de las aficiones que duran toda la vida.

Memorias de África de Isak Dinesen

Archiconocida película protagonizada por Meryl Street hace ya unos añitos y con una banda sonora espectacular. Pero la película está basada en una de las novelas publicadas por esta danesa que, bajo pseudónimo cuenta las hazañas de su vida en África.
 
Me encantó la película cuando tuve la oportunidad de verla hace años y un día de estos perdidos en los que paseas por el rastro me encontré el libro, a un precio muy económico y por fin ha llegado el momento de leerlo.
 
Isak nos cuenta su experiencia en África, que no su vida. Apenas se sabe nada de esta danesa que acaba en África por un matrimonio de conveniencia y pasa más de diez años luchando contra la naturaleza para sacar adelante un cafetal y unas vacas lecheras. El libro no va de su vida, va de su experiencia con África. El marido apenas es mencionado, su amante aparece como un amigo especial, que es piloto, pero poco más. El peso lo llevan los kikuyu, los nativos de la granja.
 
Es un libro sobre las diferencias en el matrimonio, en la legislación y en la forma de ver la vida, del amor por el paisaje y los animales salvajes y de los olores de África. Es la vida de una foránea que se va adaptando y con su adaptación aprende a amar el corazón de África.
 
No hay profundas descripciones de la frívola vida de los ricos colonos encerrados en sus palacios y aislados del mundo. Isak es una mujer sola, que vive en su granja y cuyos mejores amigos son los nativos.
 
También es la historia de un fracaso, de un proyecto que acaba por no surgir y que obliga a la protagonista a abandonar el país que ya ama y considera suyo.
 
Me ha encantado la manera de narrar y sobre todo el amor que transmite por el país. No es un libro ordenado pues a veces es una sucesión de anécdotas que buscan la empatía con los nativos y que el lector conozca una sociedad que es antagónica de la suya. Tiendo a imaginarme a aquella dulce anciana que fue Isak Dinesen, que se alimentaba solo de champán y ostras en medio de tal caos, en su salsa, viviendo una ancianidad dorada.
 
Lo recomiendo a todo el mundo, pues todos podemos sacar algo de esa lectura, en parte me ha recordado a las novelas románticas que le gustan a mi madre, en parte a los libros de Ciencia Ficción y a las novelas de aventuras, todo en uno, un gran libro.