domingo, 16 de noviembre de 2014

La tienda de los paraguas de Elin Hilderbrand

Ultimamente me van los libros de títulos raros. Hay escritores que no cuidan el título del libro, lo que me parece un error de marketing. El título es lo que evoca la historia y lo que ha de llamar la atención del lector. Antes los libros nos llamaban desde las estanterías de las librerías. Hoy vemos la portada tan chiquitita en la pantalla del ordenador o del ebook que solo el título nos da una pista sobre la historia. Adoro los títulos absurdos, que no dicen nada o que lo dicen todo, eso según se mire.

Esta historia trata de Marguerite, que fue en su momento una chef de éxito en un pueblo perdido en una isla americana. Pero hace años que, tras la muerte de su mejor amiga se encerró en su casa y no ha vuelto a cocinar para nadie. En el pueblo tiene fama de loca y de traumatizada pero deberá volver a cocinar una última cena ya que la hija de su amiga muerta, Renata, ha vuelto al pueblo y viene a casa a cenar.

Renata vuelve al pueblo buscando respuestas, huyendo de un padre sobreprotector y tan dependiente de ella que su forma de huir ha sido prometiéndose con un pijo de ciudad al que conoce de hace menos de diez meses. La cena con la amiga de su madre es una excusa para ahondar en el pasado de su madre y determinar lo que ella ha heredado en su subconsciente. 

La historia se intercala con flash black de la vida de los protagonistas, cuando todos eran amigos y el restaurante funcionaba como un lugar de moda en un pueblo de costa. Marguerite es un personaje complejo, muy infeliz en su vida sentimental y un tanto dependiente de sus amigos. Tan dependiente que no consigue superar la pérdida de su mejor amiga.

Me ha gustado mucho. Tanto por la historia como por el ritmo de la misma. La aparente lentitud de Marguerite muestra un conflicto interior a punto de estallar. Su pasado la acosa en un día por primera vez en 15 años y ha de enfrentarse al mismo. Por otro lado Renata denota la frescura de quien no sabe que hacer con su vida y se va equivocando paso a paso en todo. Al ser Marguerite el punto de referencia hay personajes que quedan desdibujados como su antiguo amante o el padre de Renata. Conocemos solo una versión de los hechos, pero eso siempre tiene su encanto. 

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