martes, 9 de diciembre de 2014

La princesa Paca: La gran pasión de Rubén Darío de Rosa Villacastín y Manuel Francisco Reina

Rubén Daría tuvo varios amores en su vida, pero al final de la misma se encaprichó de la hija de uno de los jardineros del Campo del Moro, a la que hizo su amante y compañera en lo que le quedó de vida. Rosa Villacastín, como nieta de Francisca, la princesa Paca, cuenta la historia de su abuela y de los años que vivió al lado de Rubén Darío. 

La novela tiene espacio para hablar no solo de la historia de amor sino de las estrecheces por la que pasaron los artistas y poetas en los inicios del siglo XX. Si bien Rubén Darío fue coronado muy pronto como príncipe de las letras y recibía encargos de numerosos periódicos, en muchos momentos sufría penurias. La primera Guerra Mundial se estaba gestando, el mundo era inestable y no había mucho espacio para las letras. A día de hoy cuesta entender los orígenes de Antonio Machado, Valle Inclán o Rubén Darío, que como amigos que fueron trataron de ayudarse en los malos momentos. 

La novela en general me ha gustado aunque creo que tiene un fallo en el tono en el que está narrada. Se nota demasiado que es una heredera orgullosa la que trata de valorar de nuevo el papel de su abuela en la obra de un gran artista, pero a veces las cosas no cuadran.

Según los autores, la pasión de Paca y Rubén Darío es una relación estable que dura años, pero lo cierto es que el artista muere lejos de Madrid, y en varias ocasiones se ausenta. A veces parece que se quiere negar el carácter caprichoso del artista frente a su musa. 

Por otro lado son dos personas culturalmente opuestas, él es un gran poeta y ella es analfabeta. En estos momentos ya hay mujeres reivindicando sus derechos como Emilia Pardo Bazán, que fue amiga de Rubén Darío y que presuponemos mucho más brillante y de personalidad más sólida que la princesa Paca.

En general da una visión bastante interesante de los primeros años del Siglo XX en Madrid y en París, donde se están gestando los ambientes bohemios y los artistas están en un momento de inspiración.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Muchachas de Katherine Pancol

Me declaro fan de la llamada trilogía animal. Con esos títulos un tanto anecdóticos pero con una historia muy interesente por desvelar me leí los tres títulos casi a la vez.

Hace unas semanas cayó en mis manos la nueva trilogía, muchachas y ya he terminado el primer volumen (y busco con ansiedad el segundo) y he de decir que creo que esta saga me gusta más.

La historia gira en torno a las mujeres maltratadas, a la humillación que dura años y acaba por anular a una persona. Los  protagonistas viven en un pueblo pequeño de Francia, uno de esos pueblos que no llegan a ciudad porque todos se conocen, los roles se han establecido y lo bueno y lo malo de cada uno puede salir a reducir.

Ray es el bombero del pueblo, un héroe que ha salido en las noticias en muchas ocasiones por haber salvado niños, que ha recibido medallas y es admirado por todos. Guapo y exitoso hasta en su madurez. Pero lo que todo el mundo sabe pero nadie cuenta es que Ray maltrata a su mujer Leonie desde el noviazgo, no la deja salir de casa y la tiene completamente anulada. Su hija Stella hace años que salió de casa y nunca volvió, pero vive desde entonces con el miedo metido en el cuerpo, pues su padre tiene contactos para vengarse, y está dispuesto a hacerlo.

El miedo que dura años, los secretos de todos los habitantes del pueblo, los trapicheos y las verdades a medias son el mundo que se nos cuenta en esta fascinante novela.

Me enganchó desde el primer momento, y si bien hay un pequeño espacio para los personajes pasados son los nuevos los que fascinan al lector. La tensión está presente desde el primer momento y el lector trata constantemente de averiguar las medias verdades que se insinúan desde el principio.

El personaje de Stella, aunque atemorizado y con un pasado traumático, no duda en ser ella la que intente que las cosas cambien y trata de sacar a su madre del infierno en el que vive. 

También hay espacio para el mundo clasista de la zona rural, los que fueron ricos y ya no lo son pero acumulan los rencores de su abuso de poder, las viejas rencillas y las amistades de siempre. En definitiva, te quedas con ganas de más.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Las ratas de Miguel Delibes

Hace años, en una asignatura de la carrera que se llamaba Historia Actual II y que trataba sobre la historia de España desde el Franquismo al mundo actual nos ofrecieron como práctica comentar una serie de libros que reflejaban la realidad social de España´. Era una lista interminable y solo había que escoger uno. Como soy una enamorada de Miguel Delibes yo hice mi comentario sobre " 5 Horas con Mario" pero me quedé con la copla de varias de ellas.

Las ratas fue un libro bastante escogido por su brevedad, apenas 100 páginas de puro costumbrismo por lo que era muy fácil hacer el comentario. Años después, he buscado los libros de Delibes para volver a retomar esta causa pendiente.

El protagonista de la historia es un niño que vive en un pueblo perdido de Castilla. En un pueblo de esos que tienen cuatro calles de barro, funciona el caciquismo y los crímenes quedan en familia. Todos los veranos una cuadrilla de extremeños trata de repoblar infructuosamente las lomas del bosque, peladas por la acción implacable del viento y el sol. El niño vive en una cueva, con el tío ratero, que se dedica a cazar ratas  a la orilla del río que luego vende en el pueblo. Un pueblo miserable, donde la cosecha se pierde y les arroja a la pobreza es la vista que tienen desde su cueva.

El niño tiene sensibilidad para con la naturaleza, conoce a los animales y a las plantas, es un sabio local, imbuido de una aureola de santidad. El niño predice la lluvia y la helada, conoce a todos pero él decide con quién se relaciona.

Estamos ante el relato de una sociedad enclaustrada en si misma y en su propio retraso, donde los favores se compran y la propiedad es relativa. Es una sociedad que no está preparada para crecer y se ahoga en su propia miseria. 

El pueblo anónimo es uno de esos pueblos que se despoblaron en la década de los sesenta, abandonados a su suerte pues, a falta de trabajo y sustentos, sus moradores emigraron a la ciudad. 

Me ha gustado el retrato de la sociedad miserable, y el aislamiento de sus habitantes con respecto al mundo real. El consumo de ratas es la muestra más evidente de la pobreza y la falta de higiene de una sociedad anclada en un siglo ya pasado y el niño es el vivo retrato de los santos de pueblo que son a la vez alabados y aislados por la fascinación y el rechazo que inspiran a partes iguales.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Proyecto Quijote, por vez primera

Sí, debo de ser la última estudiante de Humanidades del mundo que no se ha leído el Quijote. De hecho, pocos mayores de 40 años, el grado de estudios es indiferente, no lo han leído. Y reconozco que no me llama nada. 

Habré estudiado su argumento unas diez veces, presenciado en la televisión la lectura pública, o al menos el inicio, por el día de Cervantes otras tantas y no, el caballero andante no me llama.

Pero hace un par de fines de semana Emi y yo nos fuimos de escapadita de un día a Alcalá de Henares, cuna de Miguel de Cervantes. Además de disfrutar de la buena compañía y de las tapas, visitamos la casa museo-natal, donde se exhiben copias del manuscrito.

Emi me estuvo tratando de convencer de que era una contradictio in terminis (el vocablo es mío pero adoro los latinajos)  que no lo hubiera leído. Y como yo soy de las que debe comer ajos, porque me pico a la mínima he decidido leermelo.

Así de entrada sigue sin entusiasmarme, pero como orgullo tengo para rato, me lo leeré. Poco a poco, pero lo haré. Luego puedo reclamar al maestro armero...

En fin gracias Emi por chincharme y hacerme leer un clásico de la literatura, porque en el fondo hay mucha razón en tu afirmación de que es una vergüenza que no lo haya leído, aun.


En futuros post mi crítica sobre el libro...

Diamantes, Putas y cante jondo de Luis Gutierrez Maluenda

Novela policíaca llegada a mis manos por casualidad. En general no me gusta nada la novela negra o policíaca. No le veo la gracia ni al misterio, ni al asesino, ni al detective, ni al comisario. Además he tenido la mala suerte de que se ha puesto de moda y hay a patadas. De hecho, he de reconocer que he leído más de una bastante buena. Pero no, hay cosas que, o me doy cuenta a mitad del libro del tipo de género que es, o me da una pereza enorme empezar el libro.

En este caso me hizo gracia el título tan feo, porque mira que es feo el título. Nos narra una historia cruzada en la Barcelona actual en una agencia de detectives donde se investigan simultáneamente un posible caso de infidelidad en una pareja homosexual y un sucio asunto de diamantes, con el patriarca gitano y la mafia rusa de por medio. La agencia de detectives está regentada por dos tipos, el tonto bueno y el listo ratilla, el cual, este último, se mete en el turbio asunto del tráfico de diamantes y tiene que venir su amigo el tontorrón a sacarle del apuro. Mi personaje favorito es la secretaría Mercedes. Contratada por sus generosas curvas y que se dedica a hacerse la imprescindible mientras se lima las uñas y cotillea todo lo que puede.

En general todo el libro va un poco en la línea que se lleva ahora de  combinar el crimen con humor e ironía. El detective no es un tipo listo injustamente tratado en los canales oficiales y por eso obligado a investigar por su cuenta sino que es más bien un simplón de vida fácil que pasa el rato y va obteniendo pistas casi por casualidad. 

Lo mejor del libro está en su primera página. "Escogió España para su exilio porque en este país, según sus propias palabras, la policía era tierna y los jueces gilipollas". He de reconocer que se me saltaban las lágrimas de la risa y me lo puse de estado en Whatssup. No en vano es una afirmación que pega tanto con los tiempos que corren....

No diré que me ha dejado gran huella pero no está mal teniendo en cuenta lo poco que me gusta el género.

domingo, 16 de noviembre de 2014

La tienda de los paraguas de Elin Hilderbrand

Ultimamente me van los libros de títulos raros. Hay escritores que no cuidan el título del libro, lo que me parece un error de marketing. El título es lo que evoca la historia y lo que ha de llamar la atención del lector. Antes los libros nos llamaban desde las estanterías de las librerías. Hoy vemos la portada tan chiquitita en la pantalla del ordenador o del ebook que solo el título nos da una pista sobre la historia. Adoro los títulos absurdos, que no dicen nada o que lo dicen todo, eso según se mire.

Esta historia trata de Marguerite, que fue en su momento una chef de éxito en un pueblo perdido en una isla americana. Pero hace años que, tras la muerte de su mejor amiga se encerró en su casa y no ha vuelto a cocinar para nadie. En el pueblo tiene fama de loca y de traumatizada pero deberá volver a cocinar una última cena ya que la hija de su amiga muerta, Renata, ha vuelto al pueblo y viene a casa a cenar.

Renata vuelve al pueblo buscando respuestas, huyendo de un padre sobreprotector y tan dependiente de ella que su forma de huir ha sido prometiéndose con un pijo de ciudad al que conoce de hace menos de diez meses. La cena con la amiga de su madre es una excusa para ahondar en el pasado de su madre y determinar lo que ella ha heredado en su subconsciente. 

La historia se intercala con flash black de la vida de los protagonistas, cuando todos eran amigos y el restaurante funcionaba como un lugar de moda en un pueblo de costa. Marguerite es un personaje complejo, muy infeliz en su vida sentimental y un tanto dependiente de sus amigos. Tan dependiente que no consigue superar la pérdida de su mejor amiga.

Me ha gustado mucho. Tanto por la historia como por el ritmo de la misma. La aparente lentitud de Marguerite muestra un conflicto interior a punto de estallar. Su pasado la acosa en un día por primera vez en 15 años y ha de enfrentarse al mismo. Por otro lado Renata denota la frescura de quien no sabe que hacer con su vida y se va equivocando paso a paso en todo. Al ser Marguerite el punto de referencia hay personajes que quedan desdibujados como su antiguo amante o el padre de Renata. Conocemos solo una versión de los hechos, pero eso siempre tiene su encanto. 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Los días que nunca vieron mis ojos de Unai Ramos Fernández

Los días que nunca vieron mis ojos es de esos libros que abres porque un buen día no sabes que leer y te da un poco igual el título, que por otro lado suena bastante pastelero y no nos dice de qué va el libro.

Nos cuenta la historia de Ángel, un famoso escritor de éxito en España, que, tras destapar una trama de corrupción política que lleva a una revolución social, sufre un fatídico accidente y pasa diez años de su vida en coma, para despertar en el 2023 en una sociedad que ha cambiado mucho y sin recordar nada del idilio amoroso que tuvo en sus últimos días con Ana. 

La historia discurre en dos planos, por un lado Ángel trata de recuperar su memoria en una sociedad dominada por el estado y donde se establece un férreo control de la población. Por el otro los capítulos se intercalan con los últimos días de vida de Ángel en el año 2013. Si bien la trama política solo se insinúa, la vida del autor corre peligro en todo momento, pues un grupo radical de derecha se ha propuesto liquidarlo.

Me ha gustado especialmente la parte de ciencia ficción, que es un género al que le voy cogiendo mucho gusto con el tiempo. Se nos apunta una sociedad nueva tras una revolución social, que ha caído en una especie de comunismo social, pero adaptado a las nuevas tecnologías. No existe el dinero y todo se controla con unos identificadores personales que leen los datos. Todo el mundo viste igual y trabaja en lo que el estado determina. La palabra que define este futuro es el color gris. Nada destaca, nada importa. La sensación de desesperanza que afecta al autor se contagia al lector del libro. 

Es muy difícil hacer trepidante una trama cuando sabemos que el personaje principal va a acabar en coma, pero Unai Ramos lo consigue. Todos sabemos que la conspiración va a triunfar, pero no sabemos cual es el momento justo y, si no fuese porque el libro va avanzando, la situación es tan casual que no es fácilmente adivinable por el lector. 

Lo único que no me ha gustado nada es una escena de sexo explícito clarísimamente heredada del éxito de "50 sombras de Grey" porque no pega nada con el tono del libro y, siendo justos, vale que haya sido un éxito de ventas y que los autores quieran vender, pero que todo libro actual tenga una escena de sexo guarro sobra, sobra mucho. 

Muy interesante, entretenido y con gancho.