miércoles, 12 de junio de 2013

Llega el verano, se acaba la rutina

A pesar de que cuando uno se hace mayor ya no disfruta de los maravillosos 3 meses de vacaciones como cuando era niño, el verano trae consigo multitud de cambios.

Muchos de nosotros estudiamos idiomas, vamos a clubs, hacemos deporte y un largo etc que nos tiene enganchados de lunes a viernes desde el mes de octubre. Con mayo se acaba casi todo y los últimos coletazos llegan en junio. Luego nos damos cuenta de que tenemos toda la tarde para nosotros. Muchos que trabajaban por las tardes ahora tienen jornada intensiva y otros que no trabajaban recuperan sus tardes.

Al principio todo son promesas de todo lo que se va a hacer, pero nos damos cuenta de una cosa: la vida es rutina y el verano nos la descoloca un poco. Para mi es normal estar liada de lunes a viernes y no concibo quedarme con tiempo libre a diario. Y lo reconozco, hasta que me hago me aburro un poco y no sé ni en que día vivo. No es que no tenga trabajo, es que estoy acostumbrada a hacer otras muchas cosas.

Me dan ganas de apuntarme a actividades para verano, pero tengo que contar con las vacaciones que siempre te rompen todo. Lo bueno del verano es que te permites probar cosas que antes no podías. Por ejemplo, voy a aprender un poco de esgrima y ya tengo planeada una escapadita para hacer tirolinas aprovechando el buen tiempo.

En definitiva es un tiempo de adaptación, cuando podemos dedicar más tiempo a amigos y familiares, pero echamos un poco de menos nuestros idiomas y deportes, por lo menos yo.

En conclusión, nunca llueve a gusto de todos, todo tiene su lado bueno y su lado malo pero hay que saber explotar lo bueno de cada etapa. Por eso ya estoy maquinando todo lo que voy a hacer con mis tardes....seguro que salen cosas buenas de todo esto.

¡Viva el Verano!

Donar sangre con agujas de mala calidad

La semana pasada fui a donar sangre. Desde que tengo 18 años dono de manera periódica, no cada 4 meses, pues después de donar me siento muy débil y me cuesta recuperarme, pero si dos veces al año.

Esta última vez me han hecho más daño que nunca. Normalmente las enfermeras dedicadas a la donación son las mejores, las más amables, las más eficientes, las más simpáticas. Hay mucha lógica en ello pues trabajan para gente que de forma gratuita se deja extraer su sangre sin estar enfermo y la dona. Al sistema sanitario le supone un ahorro considerable aunque aún a día de hoy hace falta comprar sangre.

La enfermera que me tocó era igual de amable que las otras y muy eficiente, pero ha sufrido los recortes. Las agujas de donar sangre son especiales, pues ha de pasar mucha sangre por ellas. Gracias a los recortes han puesto unas baratas, mal diseñadas que no permiten movilidad. La enfermera tiene que dar tirones y luchar por colocarla, con el consiguiente daño al paciente.

La amable enfermera me pidió disculpas y me explicó la situación en la que se ven por la crisis, dentro de poco a lo mejor no tienen ni agua para ofrecer a los donantes, como sigamos a este paso.

Hay cosas en las que no se puede ahorrar, y la calidad del instrumental médico es una de ellas, no podemos sacrificar a todos los donantes que tenemos, a la generosidad y disposición que muestran estas personas. El personal médico ha de trabajar a gusto, pues salva vidas. Podemos ahorrar en la renovación de uniformes y batas, sábanas o colocar menos máquinas expendedoras de alimentos, pero la calidad del material que salva vidas no puede tocarse. Probablemente se haya ahorrado mucho dinero con estas agujas baratas, pero está claro que quien va a donar lo sufre....quizá es que las altas esferas tomadoras de decisiones no son solidarios y no donan su sangre, y por eso no notan la diferencia.

1Q84 de Murakami

Hace un par de años en el bookclub leímos Norwegian Wood, un libro de Murakami con el título homónimo de la canción de los Beatles y traducido al castellano como Tokio Blues.

El libro me encantó y me quedé con la copla del autor, que es el único autor japonés de fama mundial. Hace cosa de un año Sergio me regaló la primera y la segunda parte de este libro, casi 1000 páginas y por Reyes me echaron la tercera. Total 1500 páginas.

En conjunto he de decir que es un libro espectacular. En la imagen de la más pura ciencia Ficción 1Q84 es un mundo paralelo que se identifica por la presencia de dos lunas y por la dominación de la Little People, que mueven nuestras vidas y nos obligan a cometer actos indeseados. Los personajes se mueven en un mundo que no conocen, donde las cosas suceden varias veces y no saben como salir.

Su punto más fuerte es que la acción está narrada por dos o tres personajes pero no es simultánea, sino que el mismo hecho se cuenta desde el punto de vista de otra persona 100 páginas después. Eso hace que el libro sea muy curioso.

La historia es muy original, yo nunca había leído algo así y cuenta con el encanto de que la moral y la infancia de los personajes es muy alejada de la nuestra. Se nos describen platos típicos japoneses, vestidos tradicionales y una seria de cosas que nosotros no conocemos y que nos interesan por sí mismas.

El defecto a señalar es la lentitud y la cadencia del texto. A mi me resulta muy lento, si bien la historia me engancha no soy capaz de leer más de 40 páginas del tirón. En un libro tan largo se convierte en una odisea terminarlo, germina en tu mesita de noche y casi lo acabas como un  triunfo. Y eso que la historia es muy buena, pero muy lenta. No sucede nada en cientos de páginas, las descripciones son un poco insulsas y las conversaciones desprovistas de sentido del ritmo. Comentandolo con otras personas parece ser que es algo bastante habitual en la literatura asiática.

Merece la fama que tiene y lo aconsejo a todo el mundo, eso sí, será un libro difícil de leer y que te llevará mucho tiempo. Apto para unas largas vacaciones de verano en la playa bajo la sombrilla.

martes, 4 de junio de 2013

Empezar una tesis

El sábado pasado me incorporé a la beca de doctorado por 4 años. Tengo todo ese tiempo para elaborar mi tesis doctoral, y me pagan por ello. A lo largo de estos años espero poder irme al extranjero, publicar muchas cosas, aprender idiomas y disfrutar de la oportunidad.

No obstante, me he dado cuenta de lo difícil que es empezar algo que te va a ocupar 4 años. Realmente no sé cual es el primer libro que debería leerme, ni por qué tema debería empezar a divagar. Estoy sola ante el papel en blanco, sin saber muy bien que hacer.

No sé si es porque aún no he cerrado del todo la etapa pasada, tengo que acabar el Trabajo de Fin de Máster y porque tengo otras cosas en mente, una recensión, corregir un artículo, examen de italiano...pero ahora entiendo esa sensación de miedo a lo desconocido, un poco teñida de desesperanza. De una forma o de otra es un gran paso, y poco a poco voy avanzando hacia él.

Así es como termina de Kathleen MacMahon

Nuevo libro recientemente traducido al español y que empecé a leer sin saber de qué iba. En este caso estamos ante un americano cuarentón que se ve despedido en la primera crisis económica de EE.UU. justo antes de las elecciones que dan la victoria a Obama.

Bruno, ese es su nombre, pasa de ser un brooker de éxito a ser un parado sin futuro en una crisis mundial que parece inevitable. Por ello decide viajar a Irlanda, patria de sus abuelos y padres emigrados, a reencontrarse con su pasado. Pronto se da cuenta de que no va a ser tan fácil encontrar a sus familiares y sobre todo conseguir su colaboración. Especialmente de sus primos segundos, Hugh y su hija Addie, que no tienen ningún interés en remover pasados familiares.

Es una historia de amor entre Bruno y Addie, llena de contratiempos y de complejos propios de la madurez. Addie ya no se siente agusto en su cuerpo, lo que aumenta su complejo con respecto a su hermana Della. Hugh es el padre de ambas, un médico de éxito pero con muy poco don de gentes que esta en medio de un proceso que le puede costar la inhabilitación por un problema con un paciente. 
Della es quizá la más alocada, madre de 4 niñas, agotada pero feliz en su matrimonio. Es la figura espontánea, poco lógica pero que da un punto gracioso a la historia. 

Se nos habla de la vida en un pueblo de costa en Irlanda, donde se vive cerca de un mar que es peligroso y que destroza las casas, donde se puede disfrutar del mar en pocas ocasiones. Se nos habla también del crecimiento personal, del reencuentro con el pasado presente en toda la vida de los yankis y que es tan ajena a los que se quedaron atrás.

El libro se hace muy actual en sus comentarios sobre la crisis, preludiando el futuro que nos ha deparado a toda Europa. Es un momento de calma en el viejo Mundo, no así en EE.UU. que ya saben lo que nos espera. En ese sentido es como una tormenta que se avecina y que solo unos pocos pueden contemplar. 

lunes, 3 de junio de 2013

Nuevos proyectos creativos

En los últimos meses se ha despertado en mí un nuevo afán creativo. Siempre ha estado ahí, pero sufre altos y bajos. 

Desde pequeña escribo muchas cosas, buenas y malas, que reflejan mi estado de ánimo y todo lo que hay dentro de mí. Llevaba años sin escribir nada de manera continuada y a inicios de este curso escolar decidí empezar este blog, quizá para animarme un poco en el duro curso que me esperaba.

Gracias a este blog empecé a escribir más a menudo, a tener ganas de contar cosas, escribir incluso microrrelatos para concursos. Algunos de ellos han sido elogiados favorablemente, cosa que me llena de orgullo al ser una escritora tan novel.

Desde hace unas semanas me han entrado deseos de retomar otra vieja afición, la pintura. De pequeña iba a clases de pintura y disfrutaba tanto que me costó una barbaridad dejarlo. Pero la adolescencia y las nuevas aficiones dejaron de lado un viejo hobby, que me ha costado mucho retomar por lo engorroso que es. 

En enero visitando Candem town en Londres vi unas zapatillas tipo converse pintadas a mano. Me encantaron, no tanto las zapatillas como la idea. Llevo dándole vueltas durante meses y he decidido comprarme unas iguales y pintarlas yo misma. Así de simple, con pincel e imaginación. quizá la líe y las deje horribles, pero me apetece volver a intentarlo.  A mi chico le preocupa siempre dejar las cosas peor de lo que estaban, pero yo creo que merece la pena el esfuerzo de intentarlo y disfrutar con ello.

Por eso estoy relativamente contenta con esto, porque creo que de nuevo me apetecen hacer cosas que había dejado de lado con los agobios de la carrera. Cierto es que disfruté muchísimo pero me focalizé tanto que olvidé otras cosas. Este año ha estado lleno de cosas angustiosas y de ansiedades, pero también de reinvención y de nuevos retos, una crisis, al fin y al cabo.

El vals lento de las tortugas

La segunda parte de Los ojos amarillos de lo cocodrilos. Mismos personajes, unos meses después. He de reconocer que me engancha.

He ido cogiendo cariño a los personajes, a sus defectos y la serie de crímenes que enganchan con la historia me parece alucinante.

Hay personas que son como las tortugas, que van poco a poco, que no tienen prisa y se mueven con parsimonia. Esa es Josephine en su camino por la vida, llena de inseguridades y complejos, pero que sabe salir adelante una y otra vez. Por eso me gusta este personaje, porque es muy humano, en un mundo de lobos está el cordero, no por bueno, sino por inocente sufre tanto. 

Como ya he señalado, los títulos originales de los libros tocan mi corazón y me marcan al empezar una historia, aunque luego no tengan mucha relación. Estoy un poco harta de los clásicos "Siempre te amaré" "Fuga por amor" y otros títulos que olvido según leo la portada de un libro. El escritor ha de ser original en su obra y en el título de la misma, al menos es a lo que yo aspiro desde mi modesto blog.

En esta última etapa de mi vida me han entrado ganas de leer novelas sencillas, de historias  de la vida, donde siempre se puede aprender algo bueno sobre las cosas. No son historias de frases elocuentes o muy elaboradas (colecciono esas frases en cuadernos que compro al efecto) pero me provocan una enorme satisfacción.

Aconsejo este libro para el verano que empieza, cuando nos llenamos de proyectos y deseamos hacer muchas cosas. Preparamos las vacaciones, pensamos donde ir y  qué hacer y nos planteamos la vida de otra manera. Es el momento en el que se sacan del armario proyectos enterrados, amparados en nuestro nuevo tiempo libre y nos atrevemos a soñar: aquí os dejo un libro para soñar en las pequeñas cosas de la vida.