domingo, 19 de enero de 2014

Atardecer en París de Nicolas Barreau

De vez en cuando potencio mi lado rosa con las novelas románticas. Sí, esas que venden en oferta de lanzamiento dos por cinco euros todos los septiembres en los quioscos...las adoro. De hecho creo que son las primeras novelas de adultos que leí, esas y las novelas históricas de biografías de personajes notables...de pequeña era cojonuda.
 
Estamos ante la historia de un coleccionista de arte que tiene una galería. Es un hombre joven, de relativo éxito social y de notable éxito con las mujeres. No obstante, no acaba de encontrar a su media naranja. Entre bambalinas y exposiciones de autores contemporáneos recibe una carta de una admiradora secreta. Le propone el juego de escribirse cartas de amor via email. Ella le conoce a él, pero él nunca se ha fijado en ella.
 
Se trata del clásico juego de las seducción, de las medias palabras y de la adivinanza de la identidad oculta de la enigmática mujer que firma como la Principessa. El galerista se siente cautivado por la mujer que oculta su identidad y queda atrapado en el juego y se obsesiona por encontrar a su amada. Mi personaje favorito es Cezanne, el perro adoptado del protagonista con ese nombre de pintor expresionista...
 
El vocabulario es muy simple pero está lleno de evocaciones a sitios de París, como restaurantes y salas de exposiciones, hoteles y rincones de la que ha sido mundialmente declarada la ciudad del amor.
 
Como se ve a simple vista es una historia muy sencilla, donde priman las palabras bonitas y los recuerdos de los sueños adolescentes de las lectoras...pero son una delicia. Todo acaba bien, se cree en el amor y en la concordia, los amigos son amigos y siempre pasa lo que tiene que pasar en el momento justo.
 
Sé que estas novelas han sido minusvaloradas y poco apreciadas por la crítica. Ahora se lleva más la literatura descarnada, de crítica social, o los crímenes impunes o incluso los libros de autoayuda. Ya no hay lugar para los románticos, los que sólo quieren ser especiales para una persona, los que sueñan con cosas simples...Para mí es una cura leer de vez en cuando uno de esos libros "bonitos" como yo los llamo. Son bonitos porque hacen mi vida más bonita, y me encantan.
 
De hecho leer algo así es adictivo, en un mes me meto una panzada de ellos, hago un repaso por el mismo autor y me cuesta coger el hilo con otro tipo de lectura, porque soy una romántica...o pretendo serlo.

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