viernes, 8 de febrero de 2013

La expectación de los viernes

Todos los viernes saben mejor que los otros días de la semana. Quizá sea porque es un día normal de la semana pero que se hace esperar y nos depara cosas positivas. Todos los viernes nos levantamos con una sonrisa, esperando que llegue la tarde y podamos disfrutar del tan merecido tiempo libre. 

Los viernes es un día de planes, de esperanzas, de propuestas y promesas que no siempre llegan a buen puerto. Los sábados saben a la ansiedad de tener que hacer muchas cosas, y los domingos a traición, porque lo bueno siempre se acaba. 

He tenido una semana horrible en el trabajo, porque no me ha salido nada bien y ha sido mi culpa. Sin embargo, esta mañana me he levantado de buen humor porque ya llegaba el descanso y me he puesto a trabajar con otra actitud, incluso todo me ha salido un poco mejor. 

Por eso acojo el viernes con buenas intenciones, con ganas de hacer cosas y de disfrutar, de no obsesionarme con los exámenes y dejar un poco de tiempo para descansar. Este finde mi chico trabaja con lo que pasaré mucho tiempo en casa estudiando, pero me viene bien así. Me concentro mejor y no siento que le dejo de lado.

Ahora a esperar que acabe esta tarde de Máster para poder empezar a disfrutar del descanso que uno se merece después de cinco días de duro trabajo.

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