domingo, 10 de agosto de 2014

El chico sobre la caja de madera de León Leyson

León Leyson es el último superviviente de la llamada lista de Schindler, es decir del grupo de judíos salvados por el empresario corrupto alemán de una muerte segura en la II Guerra Mundial.
La historia de Schindles es de sobra conocida por la película de casi cuatro horas rodada por Spielberg hace ya unos años. Todos nos hemos emocionado con las imágenes en blanco y negro del holocausto y con la humanidad del personaje principal.

León era un niño cuando vivió la II Guerra Mundial y hace un recorrido por toda su vida, no sólo por la guerra. Desde su infancia en un pueblo polaco a su traslado a Cracovia para vivir cerca de su padre que se había empleado en una fábrica. Los años del guetto, del campo de concentración y la vida en la fábrica protegido por Schindler son el cuerpo de la novela, pero no su único tema.

A mi me ha resultado especialmente interesante la narración que hace de los años posteriores al fin de la II Guerra Mundial. Una vez liberados de los campos de concentración los judíos han de decidir cual es su futuro en el mundo. Muchos decidirán emigrar al nuevo estado emergente de Israel, pero otros muchos tratarán de volver a sus hogares destruidos, pasando por campos de refugiados y la espera de visados para emigrar a otros países.

León Leyson acabó en los Estados Unidos, comenzando una nueva vida donde los recuerdos del Holocausto ya no tenían sentido. Por eso mantuvo silencio durante años, hasta que se requirió de su presencia en charlas. Unos meses antes de morir recopiló sus notas en este libro, que esta lleno de agradecimiento al que el considera su salvador. 

A pesar de que me encanta el tema de la II Guerra Mundial no me sentía especialmente atraída por el libro, pues el Holocausto es un tema muy manido en literatura. He de decir que he disfrutado muchísimo con la parte de la posguerra, mucho más que con la guerra en sí, pues sí me ha resultado muy novedoso en su planteamiento. Realmente nunca me había planteado que pasó con los judíos después de su liberación, todas las películas acaban en ese momento y no sabía absolutamente nada más que lo que el cine me había mostrado. 

El tono del libro es quizá un poco vehemente, a veces el estilo está muy contaminado por una traducción latina que le hace ser muy ceremonioso. Pero es una delicia para leer, porque engancha al lector a pesar de conocer el final. En este libro lo que importan son los detalles y las lagunas en la historia. Muy recomendable para los que disfrutaron de la película.

En un rincón del Alma de Antonia J. Corrales

Novelita veraniega. Aprovechando viajes de autobús interminables recurro a los libros...o los libros acuden a mí.

La protagonista es un ama de casa llena de sueños en el pasado, y aburrimiento en el presente. Lo dejó todo ante un embarazo inminente y poco a poco se ha ido distanciando de su esposo. La crianza de sus hijos, las ausencias del esposo, la convivencia con las vecinas y el hecho de que retome de nuevo su afición a la pintura hace que lo deje todo para viajar a Egipto y seguir su destino, sea el que sea.

Es un libro un tanto místico, habla más del reencuentro con uno mismo y del valor de la amistad que de la vida familiar. Lo importante es la consecución de los deseos vitales, no tanto el éxito o la vida que nos ha tocado vivir. 

Esta escrito a modo de carta, destinado a la madre que vive en el pueblo y que nunca entendió a su hija. Es una confesión a la figura materna, con la que la protagonista siempre ha tenido una relación tensa y ciertamente intimidatoria.

Al ser muy cortito se me ha acabado muy pronto y me ha sido muy fácil leerlo. No da grandes saltos en el tiempo, sino que sigue un orden lógico, por lo que es muy fácil de seguir. El punto del miticismo le da originalidad aunque no deja de ser una novela ligera de verano, que pasa por tu vida pero no deja una huella eterna.



viernes, 1 de agosto de 2014

Vivo en Atenas, pero no es Atenas lo que veo, o canto a la nostalgia

"Vivo en Atenas, pero no es Atenas lo que veo" es una frase que pronunció uno de esos famosos viajeros, el nombre aquí no viene al caso, cuando ilusionado por el redescubrimiento de los grandes escenarios de la Antiguedad se instaló en Atenas. ¿Que se encontró? Pues una ciudad parecida a un zoco árabe, en medio de la dominación turca y llena de recobecos.

En lo alto, despuntando el horizonte estaban los restos de la Acrópolis, pero con un partenón convertido en fortaleza y polvorín y con el Erecteion remodelado y usado como harén.

¡Qué lejos estaba de esa Atenas de Pericles, la vencedora de los persas en las Guerras Médicas, la inventora de la democracia y de la Filosofía!

Los viajeros llegaron a inventar teorías sobre la deformación de la raza griega por contacto con los turcos, sobre la degradación del idílico suelo griego, donde ellos pensaban que crecía el trigo como por generación expontánea y ahora solo veían rocas...todo para no ver la realidad ateniense.

Después de dos meses viviendo en Atenas he conocido lo mejor y lo peor. Por un lado esta la Acrópolis, el ágora, el museo bizantino y el museo arqueológico. Por otro están las calles levantadas, el autobús que no llega, los drogadictos y el agua que cae de los aires acondicionados a las calles. A Atenas se la quiere tal y como es. Yo digo cariñosamente que es una Alicante en grande, con sus casas blancas y sus toldos, sus terrazas desordenadas y su aire decadente. Pero la adoro, tal y como es.

Por eso me resisto a cambiar en Facebook mi lugar de residencia a Madrid, por eso hecho de menos la comida griega y mi pisito en la residencia, (por muy cutre que fuese y aunque estuviera en el peor barrio de Atenas). Echo de menos pasear por la noche y ver la Acrópolis iluminada, oir griego por las calles, montarme en el autobús por la puerta que yo quiero, y volver a mi casa dando un paseo y no tras dos horas de metro en buhos interurbanos.  Porque no es Atenas lo que veo...pero me gustaría verla. 

La doctora de Maguncia, de Sara Larks

Esta autora ha conseguido en apenas un año convertirse en una de mis favoritas. Fue mi amiga Feli la que me pasó sus primeros libros, los best seller de "En el país de la nube blanca". Es una autora de novela romántica al uso, con historias de amor atormentado que se prolongan durante décadas y enganchan al lector, eminentemente femenino, hasta el final.

Pues bien, en esta ocasión es una joven expósita, Lucía, la que se ve advocada a ser criada por una familia cristiana de baja estopa mientras es protegida por unos acaudalados judíos. El devenir de la muchacha pasará por el oficio de aprendiza de sastre, moza de taberna, dama judía y doncella de un castillo, en medio de una Europa medieval donde abunda la peste y la quema de los barrios judíos.

La historia es muy sencilla pero es un placer disfrutar de la ambientación de la novela y de los personajes. Las descripciones de la vida cotidiana, de las casas y de las tareas propias del comercio entre los judíos, las justas y el amor cortés nos aportan datos bastante bien situados históricamente. Quizá podríamos criticar la falta de realismo en los caracteres de hombres y mujeres que no pudieron pensar así en la Edad Media, pero la ficción literaria ha de acercarse al lector a través de sus protagonistas, no estamos ante una biografía, sino ante una novela.

Como toda novela romántica los personajes masculinos son un poco denostados, pues a pesar de existir un príncipe azul es la heroína la que lleva a cabo toda la carga dramática. Los hombres están, pero solo de paso. Y si mueren no duele tanto como cuando lo hace una amiga de la protagonista. En definitiva, es una novela por y para damas, actuales o pasadas.

A mi me ha gustado mucho, y reconozco que me ha mantenido enganchada hasta el final, a pesar de ser de considerable volumen. Como muchas veces digo, me dan pereza los libros muy gordos, las llamadas "lecturas de playa" pero no ha sido en caso en esta ocasión. Larks es una autora de libros voluminosos, pero nunca me cuesta comenzarlos, pues consigue que me beba sus páginas.

viernes, 25 de julio de 2014

Mitos griegos inexplicables

Hoy estaba leyendo un libro para la tesis y me he encontrado con el siguiente mito: 

Aedón era la esposa de un artista, Politecno. Eran un matrimonio muy feliz hasta que cometieron un pecado de hybris al compararse en dicha con Zeus y Hera. Los dioses como castigo les enviaron a Discordia, que les insipiró el afán de emulación. Apostaron a que el primero que acabara un trabajo daría al otro una criada. Ganó la esposa y Politecno, enfadado viaja a casa de su suegro y le pide permiso para llevarse a su joven cuñada, Quelidón. En el viaje de regreso la violó, la cortó el cabello y la vistió de esclava, amenazándola de muerte si revelaba el secreto. Pasó un tiempo sin que Aedón se entere de que su nueva esclava es su hermana pero cuando lo descubre ambas traman una venganza: hacen un asado para Politecno cocinando a su propio hijo.
Ellas huyen y el marido las persigue pero el padre de ambas lo captura y lo untan con miel y lo abandonan en el campo.
Aedón se apiada de él y trata de espantarle las moscas, lo que enfurece al padre y trata de matarla.
Finalmente Zeus se compadece y convierte a toda la familia en aves. El padre será un águila marina, Politecto, un pájaro carpintero, Aedón un ruiseñor y la pobre Quelidón en golondrina, para que pueda seguir viviendo entre los hombres

Creo que es evidente a ojos vista que no tiene ni pies ni cabeza
 ¿Por qué la Discordia siempre llega a incordiar?
¿Por qué decide Politecno raptar a la hermana de Aedón con el consentimiento del padre y violarla y raparla?
Por mucho que lleve el pelo rapado....¿No sabes que es tu hermana?
¿Por qué esa manía de cocinar niños?

jueves, 5 de junio de 2014

Viviendo en Atenas: parte 1, situarse

Atenas es una ciudad de contrastes. Por un lado es la cuna de la humanidad y de la civilización europea, vio nacer el estado democrático, la filosofía y el gusto por las artes y las humanidades. Por otro es la capital de un país en crisis, que se cae a pedazos y que no deja de ser acosado por una Unión Europea en la que hay ciudadanos de primera y de segunda clase.
 
Instalarse en Atenas es un poco complicado. Los griegos son maravillosos, pero van a su bola. No entienden lo que es hablar en inglés, contestar a un correo electrónico o reservar un piso en una residencia. Aquí todo se hace de palabra y en griego y si te pica, te arrascas.
 
He tenido suerte, conseguí llegar a la primera a la residencia (barrio chungo como todos los de Atenas, ni un poco más ni un poco menos, con las calles levantadas y coches aparcados donde no se puede) y conseguí mi habitación sola. ¡Me encanta!
 
Estoy en el último piso, tengo una terraza espectacular que da a la calle y mi vecina es una de las españolas del grupo. Por ello hemos hecho una opa hostil contra una guiri que esta a mi lado y que tiene la fea costumbre de pasearse a hablar por el móvil por nuestras terrazas. Hemos colocado una cuerda de tender que la aísla de nuestra parte y vamos a sacar un sofá a la terraza, con su mantita y todo, las sillas del escritorio y una mesita del IKEA que había en una de las habitaciones. (y por las noches vamos a cenar allí, con velas) lo llamamos el proyecto chill-out, por ahora va viento en popa.
 
Para mi sola tengo, una nevera tamaño mediano que hace mas ruido que una barraca de feria, un fregadero y un extractor de humos. La encimera es enorme pero....falta la cocina. Se buscan hipótesis de donde esta. ¿Dónde están las llaves matarile rile rile...?
 
El baño tiene plato de ducha, pero no tiene cortina, eso es algo muy griego, no les molan, a ellos les gusta que todo el agua se desparrame por el suelo. Por eso el siguiente paso fue la llamada "operación mocho" que consistió en ir al super y comprar una buena fregona para recoger el suelo del baño cada vez que me ducho.
 
Y desinfectar el cuarto con lejía, eso por supuesto. No vaya a ser...y eso que yo me lo encontré muy limpio y con un montón de detalles colocados por el anterior inquilino, tengo percheros, detallitos en las cortinas y un dibujo muy mono de un barquito surcando el mar en el cristal del baño....
 
En fin, una pasada, por fin sola y en un sitio que me encanta...próximas entregas limpieza y curso de griego moderno (por fascículos)

sábado, 12 de abril de 2014

Epitafio

Hace muy poco una bellísima persona ha perdido a su marido tras un año de dura agonía. Han luchado todo lo que han podido pero la enfermedad ha sido más fuerte. Han tenido demasiado tiempo para despedirse, para decirse las cosas que hacían falta y para finalizar su vida juntos.
 
Por eso esta mañana leyendo este epitafio romano me he acordado de ellos
 
 
Extranjero, poco es lo que voy a decirte: detente y lee. Ahí ves el nada hermoso sepulcro de una mujer hermosa. Claudia la llamaron de nombre sus padres, amó a su marido con todo su corazón. Hijos tuvo dos: uno lo deja en la tierra, al otro lo sepulto bajo tierra. Graciosa en el trato, aunque de porte delicado, vigiló la casa, hiló la lana. He dicho sigue tu camino
 
 
 
Me ha parecido bellísimo la forma en la que resume la vida humana. Se nos habla de nuestros afectos, de nuestras desgracias y de las actividades de la vida.
 
Lo dicho Joaquín, sigue tu camino, que la tierra te sea leve.