martes, 9 de diciembre de 2014

El asno de oro de Apuleyo

Este año tengo en prosa latina una profesora que es una pésima oradora. Además, irónicamente se dedica a explicarnos retórica por lo que es una contradicción que una persona que no se explica trate de que llegues a la esencia de Cicerón.

Si bien el curso ha tenido momentos duros en este último tema, la novela romana, ha subido el nivel. Aunque nos obliga a leer el Satiricón de Petronio sentí curiosidad por El asno de oro, y gracias a Emi conseguí una copia (tener un novio filólogo tiene ventajas insospechadas...)

He de decir que lo que me llamaba la atención de la novela no era la metamorfosis de Lucio en burro, sus peripecias y su posterior vuelta a su estado humano, sino el relato de en medio de la obra "Eros y Psique".

Lo cierto es que toda la obra esta llena de cuentos e historietas que se intercalan y que nos hacen ver los aspectos mas miserables del ser humano, pero es el relato del Amor y su mujer Psique, a la que no se le permite verle y que vive en un palacio atendida por voces el que más me conmueve. 

Si bien el problema de Psique es que se deja embaucar por sus hermanas y decide ver a su esposo a pesar de que le esta prohibido. La contemplación del dios implica el destierro y la furia de Afrodita que le impone una serie de castigos de expiación.

Todos conocemos la famosa escultura de Canova en la que los amantes se funden en el beso final, pero conmueve leer toda la fábula. 

Dejando de lado mi lado más romántico hay que reconocer que es una novela muy divertida. Las peripecias de Lucio como burro y sus desgracias con sus diversos dueños a veces nos provocan carcajadas.

Es una novela imbuida de los cultos mistéricos propios de un imperio que empieza a decaer, donde el mundo de la magia cobra demasiado protagonismo y hace a los ciudadanos demasiado supersticiosos. Por otro lado los cuentos mágicos son un precedente de toda la literatura medieval y de los cuentos que nos han relatado a todos cuando aún éramos unos niños. 

Recomiendo el libro no solo a los amantes de los clásicos sino a todos en general. No es una obra ni pesada ni alejada de nuestra mentalidad, 

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