jueves, 23 de mayo de 2013

La importancia de cerrar etapas

En la vida hay cosas que vivimos por un tiempo pasajero. Algunas son muy agradables y otras suponen una cuesta insuperable en el largo camino de nuestra vida. Pero si es una etapa se pasa.

Ahora veo muy cercano el cierre de la etapa de este Máster en Formación del Profesorado, Máster que he sufrido y odiado mucho. He disfrutado las prácticas, pero he odiado la docencia. Por ello me provoca una reflexión.

Hoy he dicho por fin adiós a mis alumnos, tras varios intentos he tenido que ir superponiendo visitas al centro pero hoy ha sido la única. Y no lo puedo alargar más porque dentro de poco me incorporo al doctorado y tengo que dedicar tiempo a mi tesis. Por eso me he dado tanta caña con el Trabajo de Fin de Máster, para terminarlo lo antes posible. 

Al final me gusta el trabajo final que he hecho, aunque he de reconocer que muchas cosas las he hecho a trompicones. En el primer cuatrimestre no tenía mucho tiempo, por lo que hacía muchas cosas en el trabajo, aunque las hacía con bastante mimo para lo que es habitual en mí. Me encantaron las prácticas cortas, los dibujitos y me pasé medio cursos con las pinturas Alpino en la mano.

En el Instituto he hecho un trabajo más maduro, de preparar clases, impartirlas, medir el tiempo, pensar, innovar, mantener el orden etc. A pesar de que estaba el contacto con los alumnos ha supuesto mucho más trabajo, pero mucho más ratificante.

Si hago balance tengo ganas de acabar, quizá porque es algo que empecé con pocas ganas y porque me considero timada, pero algo he aprendido. Por eso esta noche propongo un brindis por las etapas cerradas y su importancia, por vivir cosas distintas y por guardar siempre un cartucho y si salen mal las cosas tener otros recursos con los que afrontar la vida.

martes, 21 de mayo de 2013

Canciones italianas

En italiano estamos en el último tema del libro que versa sobre la canción de autor italiana. Para los que tenemos debilidad por una lengua, todo lo relacionando con ella está imbuido de un aprecio especial, pero la canción italiana ha tenido éxito por si sola. Lo sé hasta yo, que tengo un oído musical nefasto, no distingo una nota de otra, canto fatal y, aunque parezca increíble, no suelo escuchar música, dejo siempre escoger a mi acompañante y la mitad de las veces ni la noto.

Yo no pertenezco a los treintañeros actuales, cuyos padres eran fans de Mina, Milva, De André, Franco Batiato y otros cantantes italianos y escuchaban en el coche cassettes grabadas y rebobinadas con un lápiz. Mis padres son más de la generación protesta española, que es un poco posterior.

Por lo tanto ha sido una gran sorpresa descubrir la canción italiana en clase. Es con diferencia el tema que más me ha gustado. Escuchamos canciones, vemos letras y disfrutamos de la música de otra época. Son grandes voces, con canciones llenas de significado. Por eso me gustan, porque son canciones que medio mundo ha cantado, incluida una España franquista incapaz de aprender italiano y tener criterios de censura. Por eso canciones terriblemente reivindicativas y consideradas por lo tanto peligrosas pasaban sin problemas  a nuestro país y sonaban en la radio.

Algunas son muy difíciles de entender, pues el italiano es un idioma normativo que convive con multitud de dialectos no reconocidos pero que forman parte de la literatura y de la música. Así pasa, los estudiantes de italiano a veces nos volvemos locos tratando de descifrar palabrejas que están entre el italiano, el castellano, el francés y el catalán. A pesar de ese inconveniente es una maravilla encontrar una canción que te gusta en el idioma que estudias. Porque estudiar algo que te gusta es un placer, pero no está exento de esfuerzo y encontrar algo que te motive es esencial.

Por primera vez en todo el año dedico tiempo al italiano en casa, escucho canciones, miro la letra y me veo interesada. No solo porque le vea las orejas al lobo en el examen final que está a la vuelta de la esquina, que también veo las orejas eh?

Por eso hoy estoy contenta, por las motivaciones y por disfrutar haciendo algo que nos gusta y por la música italiana, que tanto nos ofrece.

lunes, 20 de mayo de 2013

Graduación

Ahora están de moda las graduaciones en alumnos de Bachillerato. Acaban la larga etapa del instituto y les montan una fiesta en el propio colegio. No se valora el título, en la actualidad el título de bachiller no es más que la antesala para la universidad, y no tiene ninguna traducción a nivel laboral, para la desgracia de los que hacen bachiller y no cursan más estudios. El viernes pasado estuve en la graduación de un primo mio, que dentro de dos semanas se enfrenta a los temibles exámenes de selectividad.

Este tipo de fiesta escolar no es un acto académico sino un acto de finalización de la una etapa y va acompañado de ceremonia, diploma, festín y depende del sitio, muchas mas cosas. En mi antiguo colegio tenemos toga roja, birrete, beca, pin y ceremonia. Dos horas  sentados escuchando discursos que no hacen más que repetir lo mismo, la de años que hemos estado juntos y lo que nos queda por vivir.
 Luego pasamos al cóctel con la familia, en el gimnasio, muy de colegio. Más de doscientas personas apelotonadas en torno a los canapes, y fotos con la cámara y fotos con el móvil.

Por último los homenajeados se van de fiesta y cena, hasta las tantas, vestidos de traje y con vestidos de boda.

Bien es cierto que yo viví la misma graduación, y que no me gustó, quizá por eso pasados los años lo veo aún peor. Un paripé, un exceso, un sin sentido. Lo importante no es vestirse de toga (cosa que no tiene derecho un bachiller si pensamos en el protocolo más estricto) ni la fiesta, ni las abuelas gritando cuando se dan los diplomas, sino acabar la etapa de la enseñanza  escolar y pasar a una nueva, donde ya las cosas no funcionan igual.

Una vez entrados en la universidad las cosas cambian, ya no pueden estar pendientes de tí en época de exámenes, suspenderás injustamente, harás nuevos amigos, saldrás con ellos, te meterás en un mundo en el que eres uno más. Esa es la verdadera fiesta, el paso al mundo de adultos, aunque sea progresivo, donde los esfuerzos se vuelcan a fin de curso y las satisfacciones son propias y no de los padres.

Pero ahora celebramos una fiesta por todo, y no está mal si la disfrutamos, pero no con tanta pompa y sopor de los espectadores del acto, que no podían más que removerse en sus asientos incómodos.

viernes, 17 de mayo de 2013

Lluvia persistente

Son cosas de la primavera, hoy hace sol y calor y mañana llueve. Pero ahora mismo diluvia, y parece que va a durar más de una semana.

Hay algunas personas a las que  les gusta el frío y la lluvia, pero a mi me deprime. Me deprimen los días cortos, la lluvia golpeando los cristales y que no me deja salir, el frío que se mete en los huesos y hace que te duelan las manos. Y parece ser que este año no se va.

Desde el primer día que hace frío empiezo a anhelar el verano, con su calor sofocante, sus terrazas y los vestiditos de verano, con el verano vienen las vacaciones y como dijo Sanzol el verano es el momento en el probamos una vida distinta y nos planteamos si podríamos vivir así todo el año.

Tengo ganas de verano, tantas ganas de sol y playa, de días larguísimos y calor a todas horas, porque a mí el calor no me molesta, por muy sofocante que sea, porque está lleno de vida y me mejora el humor. Necesito librarme del pesimismo invernal y respirar aire puro con olor a campo.

jueves, 16 de mayo de 2013

Mucho trabajo, pocas ganas

Estoy en el tiempo límite para muchas cosas. Dentro de dos semanas tengo que: entregar el Trabajo de Fin de Máster, dar dos conferencias y hacer un viaje de 5 días. Mucha tela, mucha.

No obstante me doy cuenta de las pocas ganas que tengo, no sé si es que el curso ha hecho mella en mí o me ha vencido el virus de la pereza. Pero hay que hacer un planning de acción y ponerse a ello.

Hace tiempo leí una frase que trataba de impulsar a los perezosos a hacer sus acciones. Be stronger than.  your excuses. A veces no me veo capaz de ser más fuerte que mis excusas, y mira que yo soy experta en apuntarme a cosas, y estar ilusionada con ellas. Pero ahora estoy soñando con las vacaciones, con la incorporación a mi nueva vida en los próximos 4 años y me cuesta un poco cerrar este año. Quizá porque ha sido un poco complicado y no exento de dolor.

Me apetece más mirar viajes por internet, que si Egipto, que si Madeira que si un Crucero por el Mediterráneo, que leer en inglés o sobre Pedagogía.
Pero seremos fuertes, mejor darse caña que arrepentirse de no haber hecho la cosas a tiempo.

miércoles, 15 de mayo de 2013

El invierno que nos cambió de Mancio Yena

Otro libro más sacado de la colección de una amiga y sin conocer al autor decido leerlo. El título me recordaba a las novelas románticas de Rosamunde Pilcher que adoro por su visión bucólica de la vida y por ahondar en las mentes femeninas.  Pero no, solo el título evocaba este tipo de novela.

Lo primero a destacar es que no me he llevado una sorpresa satisfactoria como la última vez, es más, lo he terminado porque no suelo dejar libros a medias, no porque me haya gustado.

Narra la historia de un recién licenciado que consigue trabajo en Logroño y se enamora de una chica desconocida dejando una relación de varios años. Hasta aquí todo bien, no es original pero se  puede leer. Lo que me ha parecido que sobra del libro es el sexo explícito copiado y muy mal de 50 sombras de Gray. Pero muy copiado. 

Todas las descripciones, el tipo de sexo que se practica, los diálogos en la cama, todo, todo y todo se parece al best seller que a mi personalmente no me dijo nada. Vale que haya vendido mucho, pero copiar es un fraude. ( todo esto lo escribo suponiendo que este libro es posterior, si es simultáneo hay almas gemelas y si salió antes alguien copió a a alguien). 

Esas escenas de sexo en la que la mujer llega a un orgasmo sublime pueden impactar la primera vez, pero luego cansan mucho, en mi opinión la historia habría ganado sin tanto sexo porque plantea otros temas como la juventud sin trabajo, costearse los estudios y acabar la carrera y no saber que hacer que creo que son más interesantes que el sexo puro y duro.

Pero es mi opinión, quizá a alguien le guste mucho y se convierta en un libro del top ten de ventas.

domingo, 12 de mayo de 2013

La feria de San Isidro

Parece mentira que los madrileños conozcamos tan poco a nuestro patron local, a aquel que nos da días festivos en la comunidad de Madrid y con los que hacemos planes. Yo me confieso poco asidua a estas fiestas. De San Isidro conozco el milagro de los bueyes que le araban mientras iba a misa y que rescató a un niño de un pozo, y esto porque hay un cuadro que relata el milagro. De lo demás, poco o nada.

Recuerdo una vez que fui a la pradera con 16 años con unos amigos, a comer tortilla y bocadillos y a mirar el mercadillo tradicional. Recuerdo la gente sentada en el césped, la fiesta y la feria de los niños, pero no la ermita ni el santo.

Esta vez he acabado allí por mediación de una amiga, ésta sí, muy asidua a la fiesta local. Por primera vez en mi vida he pasado por la iglesia y he visto la cola de la gente que va a rezar al santo o a pedir prebendas, he paseado por los puestos de forma ordenada y me he metido en la fiesta.

El tiempo acompañaba, había mucha gente en la feria pero por el resto de la pradera no había tanta masificación y la crisis ha afectado a los precios reduciéndolos considerablemente. Un  paseo por los alrededores, un sangría al sol en el césped y para casa. No estuvo mal la verdad.

Algunos niños iban vestidos con el  "tradicional" traje de chulapos y chulapas, pongo el entrecomillado porque el traje de chulapo no existe. Bueno, existir existe, como el de Iron Man o el de los pitufos, pero no responde a una realidad histórica ni a un modo de vestir de una época. El traje regional de chulapo lo inventó la Sección Femenina para dar a Madrid un traje propio, ya que no lo tenía y poder así realizar su asignatura de Bailes Regionales con atuendo propio. Repuestos de la decepción de no poder imaginar nunca un Madrid lleno de chulapos y chulapas hemos de reconocer que es un traje bonito, muy extraño pero bonito. Es ajustado por arriba y acaba en una falda con mucho vuelo pero que empieza en la rodilla. No te deja andar bien porque se ajusta a las piernas y el pañuelo te asa de calor. Si llevas dos flores estas soltera, si llevas una, casada. Si eres como yo, que de pequeña mi madre me ponía tres no se sabe.

Pero cuando veo a los niños vestiditos con sus trajes me parecen monísimos, y más cuando bailan el chotis, ese baile tradicional sencillo como el que más que se puede bailar en una baldosa, no hace falta más que rotar sobre ella.