Este sábado logré sacar un momento para ir a ver la película "Los miserables" Hace un par de años pude disfrutar del musical en la Gran Vía. Las expectativas eran altas, no en vano el cartel de actores presenta lo más florido de la industria.
La película es una maravilla de principio a fin. La historia no está para nada resumida pero no se hace pesada, y eso que son casi tres horas. Es casi en su totalidad cantada, todo en inglés. Hubiera sido un crimen traducir las canciones, pero ya que no las traducen, las cuatro frases en prosa no deberían haberlas traducido. Sacan mucho de contexto y queda francamente cutre.
Pero salvo esa salvedad es una película excelente, las canciones son preciosas y se pasa un buen rato.
A la salida comentando la película Sergio decía que le parecía mal que el niño bien que se ha salvado de la matanza vuelva al seno de su tío rico como si nada hubiera pasado. Lo que dije que a mí me parecía bien, pues era el único final posible que Víctor Hugo nos podría haber presentado. Los miserables no son los niños ricos, rebeldes sin causa y llenos de ideales que pronuncian discursos. En la película el futuro esposo de Cosette no peca de cobarde, pues es herido en la lucha, pero milagrosamente salvado, en la honra y en la vida. Pero es el único que escapa a su sino. Todos los demás, pobres desgraciados convencidos para luchar en una revolución que no puede acabar bien, mueren sin remedio. Hasta la pobre muchacha enamorada recibe su castigo. Es una obra de reflexión sobre los grandes perdedores de las batallas, que son siempre pobres, sobre la injusticia y la imposibilidad de luchar por los derechos. Bello y sencillo, y en definitiva una gran obra.
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