martes, 22 de enero de 2013

Futuro Viaje a Londres


Este fin de semana dejo Madrid y me voy a Londres hasta el lunes. Voy a ver a dos amigas emigrantes, Ángela que está viviendo con su novio en Londres y María que está de au pair a un par de horas de Londres.

Vamos solo dos días, del viernes al lunes, pero esperamos aprovechar lo máximo posible ya que Sergio no lo conoce.

 Personalmente adoro Londres. Sus calles, su gente, todo lo que se puede hacer simplemente me vuelve loca. Hay muchos tópicos en torno a Londres y los ingleses que nunca se han correspondido con mi experiencia personal. Los ingleses han sido siempre súper amables conmigo, me han ayudado en todo lo que han podido y me he entendido a la perfección con ellos. Los camareros no son bordes y no te miran raro por ser español. Este tópico corresponde a la época en el que el español más que viajar se dedicaba a dar gritos y molestar, a considerarse el rey en cualquier lugar al que fuera.

En cuanto al tiempo no diré que es bueno, de hecho me va a nevar, pero he tenido siempre relativa suerte. Es verdad que vivir allí debe ser deprimente con tanta niebla y lluvia. Cuando estoy allí siempre me parece que está a punto de anochecer, porque el cielo está encapotado y no brilla nunca el sol, la luz es oscura y un tanto grisácea. Probablemente este clima me afectaría al carácter y me deprimiría a largo plazo.

Pero para mí Londres es un lugar de vacaciones, un lugar al que se va a disfrutar, a ver cosas y a conocer otra ciudad. 

Yo pienso en Londres y me acuerdo de la maravillosa colección del British museum con sus cerámicas griegas, sus mármoles del Partenón y las esculturas egipcias. Pienso en Londres y me acuerdo de la torre de Londres, esa fortaleza medieval donde fueron encarcelados todos los disidentes, incluida una reina inglesa. Pienso en Londres y me acuerdo de mi barrio favorito, escenario de las obras de Charles Dickens y que en la actualidad se ha convertido en un barrio muy moderno, con casas de lujo. Adoro ese barrio por un Starbucks que hace esquina, con una gran cristalera, donde se puede tomar un café con un pedazo de tarta calentito, mirando a la gente que pasa. Pocos lugares del mundo me trasmiten tanto como ese sitio. 

 Londres de mi vida, de vez en cuando he de volver a ti para recordar todas las cosas buenas que tienes y verlas con otros ojos. 

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