Mi presentación del viernes pasado fue una mierda, simple y llanamente. Lo había preparado mucho, pero no supe medir el tiempo y sobre todo la cantidad de información que iba a exponer.
En cuanto empecé me dí cuenta de que las diapositivas se habían desordenado, lo que supone un desastre en una persona con tan poca experiencia como yo. Me puse muy nerviosa, tartamudeaba y no decía más que incoherencias. El nivel era muy alto, y yo no dí la talla. Por fortuna o por desgracia solo es una más. Ya tendré tiempo de curtirme, mejorar los errores y llegar a conclusiones de calidad.
El resto del congreso fue una maravilla. La casa de Velázquez es un palacete lleno de lujo donde estuvimos la mar de agusto. Las comidas y las cenas fueron espectaculares. Aprovecho para recomendar cenar en el Museo del Traje que por lo visto es un local de moda en la actualidad. Es una comida tipo nouvel cuisine, pero sin mezcla de sabores rara y de cantidad está muy bien.
La pijada que me encantó fue la moleskine que venía con la carpeta del congreso, adoro las moleskine que son carísimas. Seguramente la tunearé y la llenaré de las tonterías que tanto me gustan.
Haciendo balance y a pesar de los lagrimones de impotencia, he de decir que me voy sabiendo más de lo que sabía la semana pasada, que es algo que no podemos decir todos los días. Mucho nivel y muy buenos profesionales, justo lo que me hacía falta para animarme un poco más.
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