Este libro llegó a mis manos por mediación de mi amiga Feli, que me manda libros por correo, el título me llamó la atención y lo empezé.
La historia trata sobre un matrimonio con un niño pequeño en el que él se está muriendo de cáncer. Cada uno habla solo, es un libro sin diálogo, todo contado en tercera persona desde la mente de cada uno de ellos. Al niño le ocultan la enfermedad del padre, el padre siente que se le va la vida habiéndola desperdiciado y la mujer está tan perdida que toma un amante.
Es precisamente ella, Elena, que se llama como yo, la que más me ha gustado. Siempre que el personaje de una novela tiene nuestro mismo nombre no podemos evitar identificarnos con él. Es profesora de niños, lectora empedernida y un poco inestable con su físico. Por un lado teme envejecer y rechaza a su marido consumido por la enfermedad. No es nada frívola, sino que encierra una gran complejidad. Ese es precisamente el atractivo del personaje, que no compartes sus acciones, pero ves como las ha meditado con una lógica.
El marido deja bastante frío al espectador, sientes que se muera, pero no te llega al corazón, es más la visión de ella sobre la cerniente parca lo que pone los pelos de punta.
En cuanto al niño vive completamente fuera de la historia, en un mundo infantil carente de significado. Se le niega la verdad y crea su realidad paralela.
Mi veredicto con respecto a este libro es un tanto ambiguo, Me gustó mucho leer la primera parte pero, a pesar de ser muy corto, pierde el ritmo. Quizá es uno de libros que te gustan dependiendo de la fase de tu vida en la que estés. Eso me paso a mi con "Mujer en guerra" de Maruja Torres, que llegó a mi vida en el momento justo. Por eso creo que la enfermedad, al no cernirse en este momento sobre mí, no me afecta tanto como tema literario. Pero puede recomendarse, el estilo está cuidado y hay muchas citas de otras novelas que se traen a colación con la historia.
Eso si, creo que ahora me toca leer algo más alegre.
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