El finde pasado volví a ver el episodio IV de la saga de Star Wars, "Una nueva esperanza".
He de reconocer que aunque ví la saga completa cuando era muy pequeña no recordaba absolutamente nada. Ni siquiera se me hizo raro no oir a Dar Wader con su voz original, y no como la de Constantino Romero que es el doblador español y que ha creado un mito por su potente voz.
Con la pantalla nueva y el sonido 5.1 cualquier película merece un poquito más. Pero esta es extremadamente entretenida.Basada en un ambiente muy romano republicano pero de ciencia ficción se nos presenta una historia muy sencilla; la lucha del bien contra el mal. El punto fuerte de la película...sin duda la ambientación. Se nos presentan los inicios de lo que se supone que será una saga, pues como ella está pensado. Se nos presentan a los personajes, el bueno, la guapa, el galán y los animales variopintos junto con los droides. El villano es muy malvado y está compinchado con el mal, que gobierna en todo el universo. Toda la película es apenas una escaramuza que hace que el malo se de cuenta de que hay un bueno a la vista que le puede hacer sombra. La novedad de la película es la espectacularidad de los planos en el espacio y de las naves, de las luchas con cañones interespaciales y de la famosa estrella de la Muerte, un planeta creado por los malvados y que es capaz de acabar con planetas enteros de un cañonazo.
Los decorados están muy cuidados, de hecho se nota que muchas naves son maquetas, algo de lo que ya nos han privado. No puedo evitar ver el maravilloso encanto que tiene lo hecho a mano, con ese aire casero y limitado. He de decir que no es una opinión formada por mi agudeza visual.
Hace ya unos tres años hubo una exposición en el Canal de Isabel II dedicada a Star Wars. En ella se podían ver reproducciones de los vestidos, a R2D2, a C3PO o los trajes de la princesa Leia. Nunca he sido una gran aficionada de la Guerra de las Galaxias, pero por unas circunstancias que escaparon a mis gustos, un amigo nos invitó por su cumpleaños, acabé allí. Y lo que más me gustó fueron las escenas de rodaje, las maquetas y cómo se rodaron las carreras. La inventiva tenía su lugar, no había nada más que la cámara, la maqueta y un técnico moviendo la mano lo más recto que podía. Los más variopintos muñecos se rodaban con marionetas, con actores reales caracterizados como seres imposibles.
Ahora todo esto se soluciona con ordenador.
Lo peor de la película fueron las escenas remasterizadas de hace quince años, cuando se metieron las primeras escenas de ordenador que hoy se ven muy cutres. Precisamente estas escenas suscitaron un debate en torno a lo efímero que supone cualquier escena que implique ordenador. Las películas hechas por ordenador son impresionantes en el momento, pero envejecen muy mal. Una gran película de interpretaciones siempre se ve igual, pero los efectos quedan rápidamente pasados de moda.
Aún me quedan otras cinco entregas de la saga para opinar...Ya veremos como soportan la segunda vuelta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario