Hoy es el día del fin de las frustraciones, de sentirse inútil, de dejar de lado los sueños para aceptar que el mundo gira sin nosotros.
Por fin se acabó la espera, la angustia y todo ese cúmulo de sentimientos que me han afectado, de forma más o menos latente, durante estos meses.
No se cómo, ni quiero saberlo, me han concedido la beca de doctorado, tras meses en la lista, por fin voy a firmar. con los papeles entregados para la del próximo curso tengo que hacer más papeleo, pero no me importa.
Me esperan cuatro años de investigar, de hacer mi tesis, que es lo que me gusta. Cuatro años para coger ritmo, ser más cuidadosa y hacer algo de lo que esté orgullosa. Me incorporo el 1 de junio, ahí empieza una nueva etapa de mi vida.
Ahora me acuerdo de mis compañeros de camino, otros historiadores excelentes y frustrados, que esperan la beca que no llega y que viven sin saber que hacer con su vida. A todos ellos les envío mis mejores deseos, porque se lo merecen y porque nos están jodiendo ya demasiado.
Pero hoy es un día de celebrar y de ser positiva, porque ahora mi papel es animar al resto y hacerles creer lo mucho que valen, igual que me lo han hecho creer a mí antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario