Esta creadora de un nuevo mundo de épica fantástica se está haciendo con toda una saga, supongo que con un pellizco de dinero también. Primero fue la trilogía de la maga procedente de las barriadas, Sonea, luego una precuela sobre el Gremio de los magos y ahora hay una nueva trilogía situada 20 años después de la primera.
Reconozco que me encanta la épica fantástica, y casi cualquier cosa que salga me va a gustar. De esta saga me gustó como se está describiendo una ciudad medieval amurallada y los tratos de los ladrones, como se produce la decadencia humana y los magos son un islote de gente que vive demasiado bien en comparación con el resto.
Es original en la manera de pintar un mundo que se va expandiendo, del que vamos conociendo poco a poco por unas relaciones diplomáticas propias de un reino poderoso. Los entresijos con el poder tienen que ver con el control de la magia, más que con intrigas palaciegas.
Los magos no son eternamente poderosos, sino que su poder se agota y han de descansar y controlarse. En un combate un mago ha de controlar la fuerza de sus ataques. Eso los hace vulnerables, propicia la astucia y la posibilidad de ser derrotados.
En la nueva saga se nos abre el mundo de Sachana adonde debe ir el hijo de Sonea en calidad de ayudante del embajador. Allí conoce a los Traidores, que son un grupo de rebeldes ocultos, conocedores de la magia negra y que están en contra de la esclavitud.
Por otro lado en Imardin se están produciendo asesinatos de los líderes ladrones y todo parece indicar que la magia negra anda detrás del asunto.
Como todos los demás, engancha desde el principio y promete más en otras sagas.
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