Estamos ante una novela de esas en la que pasan décadas a lo largo de la historia, pero que no es tan larga como las épicas de Rosamunde Pilcher o Barbara Wood.
La protagonista es una muchacha, Lucía que ha de viajar a Londres para trabajar en una editorial. Una más de las tantas que buscan mejorar su inglés e ir haciéndose un hueco en el mundo laboral. Lucía proviene de Lorca, un pueblo de Andalucía donde siempre luce el sol y donde se ha criado con sus abuelos, tras una experiencia traumática con sus padres. En su mundo hay una dicotomía entre dos hombres Michael y Javier, cada uno tiene su momento en la vida pero ambos están presentes en toda la novela. De una forma u otra, hay personas que nos tocan tanto que no podemos olvidar la huella que han dejado en nuestra vida.
Lucía crece, se enamora, se casa y sufre múltiples desgracias en distintos lugares entre Inglaterra y España.
Me ha gustado bastante, la historia tiene mucho ritmo y nos recuerda a las experiencias de tantos jóvenes emigrados en Londres, cuando no conoces el idioma, vives en el peor piso de la ciudad y sueñas con prosperar. Me ha gustado la positividad con la que se refleja el mundo, y a las personas que viven en él a pesar de las desgracias.
No obstante, tiene algunos defectos de forma que se podrían pulir, el lenguaje es muy común, sin recursos literarios que le den belleza al texto.
Mi valoración es muy positiva, me ha entretenido mucho y me he enamorado de la historia, aunque es muy desgraciada, quizá habría querido saber más de todos los años en Londres, de anécdotas del día a día y creo que se desaprovecha un poco el escenario escogido. Apenas se hacen alusiones a espacios emblemáticos y el mundo inglés fuera de Londres no existe. Pero es su primera novela, ha conseguido un muy buen trabajo.
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