Libros cortitos, lecturas amenas.
Si te lees el resumen de atrás del libro quedas un poco confundida. Una joven dueña de un pequeño restaurante en París compra un libro en un día de depresión y descubre que ella es la protagonista del libro. NO porque se identifique con ella sino porque se menciona el nombre de su restaurante y se hace una detallada descripción de su persona y atuendo. Cuando decide contactar con el autor del libro no encuentra más que problemas...
Parece el inicio de una película de ciencia ficción donde hay universos paralelos y paradojas temporales, pero no, no va de eso. Evidentemente el autor del libro ha pasado por su restaurante y se ha inspirado en ella. Pura lógica. A pesar de que el resumen del libro se ha vendido un poco mal a mi me ha gustado. Juega un poco a las confusiones y a los dramones propios del amor a primera vista. A pesar de que es tremendamente predecible es muy agradable de leer y está bastante bien escrito.
Es un historia de amor, de decepción y se adentra en el mundo de las editoriales y de la cocina. Desde mi punto de vista acierta más en el mundo de la editorial, creo que su descripción de la cocina es un tanto pobre pero si me ha gustado mucho el tiempo que ha dedicado a hablar del as firmas de libros por los autores y del proceso de selección de un libro. Se nota que el autor controla más de eso.
El escenario es el París de los pequeños restaurantes y bistrots, de las compras en tiendas pequeñas donde no llegan los turistas y no se siente un barullo inmenso. Nos adentramos en el París de los locales, de los que viven allí y he de reconocer que me han entrado ganas de volver a Parias de nuevo. No por la cocina francesa que siempre he considerado que está sobrevalorada sino por pasear por sus calles y perderme en sus rincones.
La nostalgia del otoño, empieza a llegar el mal tiempo y empezamos a soñar de nuevo con escapadas y vacaciones...