La saga Divergente consta de otros dos títulos más. Como reconozco que me enganché literalmente a la primera parte poco más de un mes después me dispuse a continuar con la historia. Pero no ha cumplido mis expectativas y me he quedad con las ganas de que la historia no continuase
Tras la destrucción del sector Abnegado por parte de los soldados osados controlados por los eruditos Tris ha de huir por la ciudad en ruinas en busca de alguien que les ayude a hacer frente a la destrucción que se acerca. Su amor por Tobías va creciendo día a día y revela los secretos más profundos del alma humana.
Por un lado Tris está decidida a hacer algo por su ciudad y sus compañeros, su deseo de vengar la muerte de sus padres le provoca una doble duda; morir por la causa o tratar de mantenerse con vida para no desperdiciar el sacrificio de sus progenitores.
Poco a poco van saliendo a la luz los secretos de una sociedad que se ha mantenido aparentemente en armonía en un sistema de facciones que controlan al individuo pero que ha explotado en mil pedazos.
En general la historia va decayendo, la emoción va dando paso a la previsión evidente de la falsedad del mundo en el que se han criado los protagonistas.
La nueva facción, compuesta por los expulsados del resto de las facciones, una especie de mendigos armados que pugnan por hacerse con el poder, carece de la armonía y del interés de las antiguas facciones. Es una masa informe desprovista de alma.
Si bien la primera parte del libro me hizo disfrutar de la historia, la segunda no es más que una novela adolescente más, puede entretener, pero no marca demasiado. De hecho, la historia de amor, eje central del libro, va perdiendo poco a poco sus líneas y se desdibuja en medio de la guerra que esta a punto de comenzar.
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