Por fin llegamos a la tercera parte de la saga de Divergente, la que supuestamente resuelve la intriga de la saga y nos hace ver los límites de ese mundo de facciones. (Posteriormente he visto en las tiendas que han sacado una nueva entrega, bajo el nombre del novio de la protagonista, Cuatro, pero no sé si finalmente lo leeré)
Los protagonistas Tris y Tobías, salen del mundo de las facciones para aterrizar en el mundo real. Lo hacen encabezando un nuevo grupo que trata de responder a la petición de ayuda del mundo exterior "los leales". Cuan grande es su sorpresa cuando descubren que han sido objeto de una investigación científica para poder controlar a una parte de la población, que ha sido alterada genéticamente y por lo tanto se considera defectuosa.
En el mundo del laboratorio, de los avances genéticos y de una nueva lucha de facciones (ahora entre los genéticamente puros y los genéticamente defectuosos) Tris y Tobias tendrán que sacar de nuevo toda la valentía que forma parte de su esencia humana.
El problema de esta parte es que era demasiado predecible, a lo largo de las 600 páginas de los otros libros hemos llegado a intuir que los protagonistas iban a acabar en el mundo exterior y que todo iba a ser un montaje. Del mismo modo, las peleas de la pareja llegan a un punto de hastío y pierden el interés.
La batalla final se desdibuja porque se parece demasiado a las otras y no me he quedado con una sensación de que la saga estén bien concluida.
La valoración general es una curva descendente, muy bueno el primero, regular el segundo, dificil de acabar el tercero. Ocurre con muchas sagas, si bien el planteamiento esta muy bien, la historia pierde fuelle.
No obstante, es una lectura muy recomendable para adolescentes, porque tiene todos los datos que les harán disfrutarla y presenta un mundo donde los valores éticos se han perdido.
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