Moccia es un escritor italiano, no demasiado bueno, que tuvo un gran auge con la saga de "A tres metros sobre el cielo" y secuelas similares. Reconozco que me bebí esos libros, que me dejaba mi amiga Sofía en formato de bolsillo cuando estudiaba Historia en la Universidad. El estilo de Moccia es muy simple, con muy pocas descripciones y una trama amorosa que avanza rápido. Aunque sus libros son largos se leen muy fácilmente, incluso en la lengua original, el italiano. Quizá por eso ha gozado de gran éxito.
Después de sus múltiples éxitos adolescentes (Tengo ganas de tí, Perdona si te llamo amor, Perdona pero quiero casarme contigo, Carolina se enamora) los cuales he leido absolutamente todos, se ha pasado a un tipo de novela más adulta, que no obstante, nos recuerda a sus comienzos.
En esta noche dime que me quieres nos presenta la vida de un ricachón, Tancredi, que lo tiene todo, una vida exitosa, un trabajo que le reporta millones y un palacio en cada rincón del mundo, pero le falta la afectividad.
En uno de sus múltiples paseos por la ciudad, porque Tancredi trabaja mucho pero no se le nota, se encapricha de Sofia, una joven profesora de piano que vio su carrera truncada porque su novio se quedó parapléjico en un accidente de moto.
A partir de este momento pasamos al acoso de Sofia por parte de Tancredi, hasta sobornarla literalmente para que pase una semana con él en una de sus múltiples villas.
El tema de las casas es un poco exagerado, Tancredi tiene una casa en cada rincón del mundo que es redecorada cada año por una estilista. Es tan rico que fleta aviones a su antojo, compra empresas....vamos que Moccia ha buscado uno que fuera aún mas que Christian Gray.
Por otro lado el personaje de Sofia es mucho más maduro, un tanto amargo y resulta muy creíble. Si bien se ve donde están sus lealtades se convierte en una persona humana, llena de miedos y dudas.
En general es fácil percibir una evolución en la obra de Moccia a un género más maduro, la historia de amor no es tan plana y esconde las sombras propias del ser humano. Por otro lado la burda imitación del rico Christian Gray (eso si, sin perversiones sexuales) le quita gracia a la historia.
Entretenido, sin más, una lectura de verano, con "A tres metros sobre el cielo" por muy adolescente que fuera, no podía parar de leer.
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