León Leyson es el último superviviente de la llamada lista de Schindler, es decir del grupo de judíos salvados por el empresario corrupto alemán de una muerte segura en la II Guerra Mundial.
La historia de Schindles es de sobra conocida por la película de casi cuatro horas rodada por Spielberg hace ya unos años. Todos nos hemos emocionado con las imágenes en blanco y negro del holocausto y con la humanidad del personaje principal.
León era un niño cuando vivió la II Guerra Mundial y hace un recorrido por toda su vida, no sólo por la guerra. Desde su infancia en un pueblo polaco a su traslado a Cracovia para vivir cerca de su padre que se había empleado en una fábrica. Los años del guetto, del campo de concentración y la vida en la fábrica protegido por Schindler son el cuerpo de la novela, pero no su único tema.
A mi me ha resultado especialmente interesante la narración que hace de los años posteriores al fin de la II Guerra Mundial. Una vez liberados de los campos de concentración los judíos han de decidir cual es su futuro en el mundo. Muchos decidirán emigrar al nuevo estado emergente de Israel, pero otros muchos tratarán de volver a sus hogares destruidos, pasando por campos de refugiados y la espera de visados para emigrar a otros países.
León Leyson acabó en los Estados Unidos, comenzando una nueva vida donde los recuerdos del Holocausto ya no tenían sentido. Por eso mantuvo silencio durante años, hasta que se requirió de su presencia en charlas. Unos meses antes de morir recopiló sus notas en este libro, que esta lleno de agradecimiento al que el considera su salvador.
A pesar de que me encanta el tema de la II Guerra Mundial no me sentía especialmente atraída por el libro, pues el Holocausto es un tema muy manido en literatura. He de decir que he disfrutado muchísimo con la parte de la posguerra, mucho más que con la guerra en sí, pues sí me ha resultado muy novedoso en su planteamiento. Realmente nunca me había planteado que pasó con los judíos después de su liberación, todas las películas acaban en ese momento y no sabía absolutamente nada más que lo que el cine me había mostrado.
El tono del libro es quizá un poco vehemente, a veces el estilo está muy contaminado por una traducción latina que le hace ser muy ceremonioso. Pero es una delicia para leer, porque engancha al lector a pesar de conocer el final. En este libro lo que importan son los detalles y las lagunas en la historia. Muy recomendable para los que disfrutaron de la película.
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