Nuevo libro recientemente traducido al español y que empecé a leer sin saber de qué iba. En este caso estamos ante un americano cuarentón que se ve despedido en la primera crisis económica de EE.UU. justo antes de las elecciones que dan la victoria a Obama.
Bruno, ese es su nombre, pasa de ser un brooker de éxito a ser un parado sin futuro en una crisis mundial que parece inevitable. Por ello decide viajar a Irlanda, patria de sus abuelos y padres emigrados, a reencontrarse con su pasado. Pronto se da cuenta de que no va a ser tan fácil encontrar a sus familiares y sobre todo conseguir su colaboración. Especialmente de sus primos segundos, Hugh y su hija Addie, que no tienen ningún interés en remover pasados familiares.
Es una historia de amor entre Bruno y Addie, llena de contratiempos y de complejos propios de la madurez. Addie ya no se siente agusto en su cuerpo, lo que aumenta su complejo con respecto a su hermana Della. Hugh es el padre de ambas, un médico de éxito pero con muy poco don de gentes que esta en medio de un proceso que le puede costar la inhabilitación por un problema con un paciente.
Della es quizá la más alocada, madre de 4 niñas, agotada pero feliz en su matrimonio. Es la figura espontánea, poco lógica pero que da un punto gracioso a la historia.
Se nos habla de la vida en un pueblo de costa en Irlanda, donde se vive cerca de un mar que es peligroso y que destroza las casas, donde se puede disfrutar del mar en pocas ocasiones. Se nos habla también del crecimiento personal, del reencuentro con el pasado presente en toda la vida de los yankis y que es tan ajena a los que se quedaron atrás.
El libro se hace muy actual en sus comentarios sobre la crisis, preludiando el futuro que nos ha deparado a toda Europa. Es un momento de calma en el viejo Mundo, no así en EE.UU. que ya saben lo que nos espera. En ese sentido es como una tormenta que se avecina y que solo unos pocos pueden contemplar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario