Estoy de vacaciones en el cole, aunque me gustaría trabajar de alguna otra cosa no puedo evitar sentir alivio cuando se acercan las vacaciones escolares y no tengo nada que hacer aparte de relajarme en casa, en casa de mi chico en este caso.
Son unos días para descansar, reflexionar, disfrutar de levantarse tarde y trabajar un poquito, solo un poquito. También es el momento de leer libros y ver películas, visitar museos y conocer lugares nuevos. Hoy me he acercado al museo del Romanticismo, que ya visité hace unos años y que me apetecía volver. Como el horario es tan raro hay que visitarlo cuando se tiene mucho tiempo libre. La visita es reducida y se ve en un rato, pero es muy bonito. Había una pequeña exposición de acuarelas de pintores románticos alemanes.Apenas eran veinte obras pero no ha estado nada mal. El único defecto la completa ausencia de carteles explicatorios, para ese museo con la definición del cuadro y el autor basta.
Luego he completado la tarde con un paseo por Fuencarral y Sol, hasta completar la hora de la salida del trabajo de Serbio.
Aún me quedan unos días para disfrutar del mal tiempo que caracteriza la semana santa y respirar un poco del ajetreado ritmo que llevamos.
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