Ayer fue la fase II de la película, en este caso, con el grupo más problemático en cuanto al sexo se refiere. Su comportamiento fue mucho peor que el del otro grupo, ya que había que mandarles callar todo el rato y comentaban mucho. No obstante, creo que lo entendieron mejor.
Me coloqué de guardia policía entre cinco chicos, para hacerlos callar cada vez que hablaban. Eso me sirvió de excusa para comentar escenas con ellos y llamar su atención. Al final todos habían entendido la película, que no es fácil en absoluto y quedé satisfecha.
Luego me acerqué al resto en grupos y les pregunté qué les había parecido. A muchos no les gustó, pero no contaba con que les gustase. Ahora me voy dando cuenta que no se puede poner en común entre todos un tema, porque no responden y se distraen, pero en pequeños grupos sí lo hacen, incluso tienen opiniones muy inteligentes sobre el tema que me gustan mucho.
Ayer aprendí a cuestionar la didáctica típica y a adaptarme a cada caso, no será lo ortodoxo, pero lo que pretendemos no es seguir la norma sino provocar conciencia en los alumnos. Lección aprendida.
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