Llevo estudiando Italiano seis largos años. Mi pasión por esta lengua fue una decisión personal de mi adolescencia. En un viaje a Italia decidí que la lengua era preciosa y que algún día yo estudiaría Italiano. Tuve que esperar unos cuantos años pero en primero de carrera conseguí entrar en la Escuela Oficial de Idiomas.
He vivido los aumentos de tasas, el cierre de las bibliotecas y he tenido hasta que cambiar de escuela para poder completar los seis cursos. Y aquí sigo. Nadie sabe la pena que me dio cuando, al inicio de curso me dí cuenta que no podía ir a clase porque me coincidía con el horario del Máster. En todos estos meses lo he echado de menos tanto que he sido casi incapaz de tocar una línea. Me daba pena abrir el libro. Sin embargo, aprovechando con el periodo de exámenes he podido volver a clase. El primer día me lo pasé mejor que en una fiesta. Echaba tanto de menos el sonido de esa lengua que me agradaba o irla. Me he dado cuenta de que no he perdido tanto como esperaba y estoy ansiosa de leer, escribir y pensar en Italiano. De nuevo en mis sueños hay gente que me habla en Italiano y conversamos en ese maravilloso mundo onírico.
Ahora no sé si podré ir durante el periodo de las prácticas, pero tengo que hacer todo lo posible por conserguirlo. A veces no nos damos cuenta de lo que nos deprimen ciertas situaciones que no podemos controlar. Por ello quiero terminar mi último curso estudiando la lengua que me atrae desde adolescente y que ya considero mía.
Benvenuto di nuovo alla mia vita, caro italiano
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