Película infantil con historia accidentada, como casi todo lo que pasa últimamente en mi vida. No teníamos mucho tiempo, yo salía de clase a las seis y teníamos que coger el metro, nos perdimos nos pasamos de parada, nos dimos la vuelta y luego salimos por la salida que no era y dimos vueltas por la calle. Conclusión, después de correr como locos llegamos casi a la hora, y como es gratis ya estaba todo lleno. Las entradas se pueden recoger desde las cinco, a esas hora yo estaba firmando en clase. Sin embargo quedaban unos poquitos sitios y nos dejaron pasar en el último momento.
La Academia de cine es un lugar precioso, situado en una casa noble cerca del metro de Alonso Martínez.
La sala no estaba plagada de niños, que es lo que yo esperaba, alguno había, se identificaban por sus risas. La mayoría eran adultos, no se si atraídos por el éxito de la película.
La película me gustó mucho, su humor es muy español y los golpes de gracia realmente son graciosos. La historia es muy simple, Tadeo Jones es un albañil con vocación de arqueólogo que acaba en medio de la selva sudamericana buscando una ciudad perdida. La única pega que le podemos poner es la animación, que es muy inferior a la de otras películas infantiles. Ahí sale la falta de presupuesto español en comparación con Pixar o Dreamworlds.
Tras el buen sabor de boca que deja toda película infantil salimos al lado de la calle Génova, que estaba cortada y toda llena de polícia, Había protestas junto a la sede del PP de ciudadanos indignados por los casos de corrupción y no se podía acceder a toda la calle Génova. Fue curiosa la sensación de ir por una calle tan concurrida solos y rodeados de policía.
Pero esto es solo una anécdota para recordar.
Tengo varias películas infantiles pendientes, la falta de tiempo apremia, pero esta es una que no podía dejar de ver. Es una de esas pelis que echan en la tele y te quedas a verla, cosa que no sucede con muchas películas actuales.
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