Y cómo todo llega, aquí esta mi primera estancia de tesis.
Como a nivel investigador nuestro terruño patrio no tiene ningún prestigio a todos los doctorandos nos toca irnos a hacer las américas ( en este caso las europas) y pasar un tiempo en universidades europeas, para conseguir lo que pomposamente llamamos "un doctorado europeo".
Por ello me veo aquí, en Oxford, en pleno mes de enero, dispuesta a aguantar lluvia, nieve y viento. La verdad es que la ciudad no me ha acogido mal, solo chispeaba y la verdad es que hacía más frío en Madrid.
Mi habitación esta muy cerquita del centro, en un paseo de unos 10 minutos por casitas inglesas de varios siglos. Mi edificio esta lleno de vidriedas, de muebles antiguos y de ese viejo olor a naftalina, pero al menos está limpio.
En mi cuarto tengo lo imprescindible, una cama, un escritorio, un armario y un lavabo (el baño es común con otra chica). Lo más gracioso es que me han dado cacharros de cocina y los tengo colocados en las estanterias, al lado de mi pack de bienvenida de comida, por si ayer al llegar tenía hambre y no me daba tiempo a ir a comprar (para que luego digan que los ingleses no son amables).
Mis primeras visitas han sido el pub donde ser reunían Tolkien, Lewis y compañía y hablaban de El señor de los anillos y de Narnia. El segundo ha sido un pub llamado The Bear, que es el más antiguo de Oxford y que ostenta una gigantesca colección de corbatas de todos los colleges y asociaciones. Al parecer a cambio de una pinta te debías dejar cortar la corbata por el bien de la colección del bar.
A la caída de la tarde nos invitaron a entrar en una iglesia católica para encender una vela, pues era el día de las luces, y podías hacer una petición por tus seres queridos.
Poco a poco espero ir conociendo los recovecos de Oxford y toda su Historia.
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