Este libro fue uno de los libros del bookclub del año pasado. Estaba siendo un éxito de ventas, era un libro relativamente nuevo y se escogió para ser leído por todos. Pero yo no lo hice, y no fue por ganas, sino porque me fue imposible encontrarlo en inglés online. Y si no lo tengo online me cuesta mucho leer las cosas.
Sin embargo, la curiosidad me ha picado en varias ocasiones, lo he visto en librerías y en comentarios, he hablado sobre él y finalmente lo he conseguido en formato EPUB, eso sí, en castellano puro y llano. Como es muy cortito me lo he ventilado en apenas tres días.
Trata la historia de una familia rota por la muerte de una de las hijas gemelas en los atentados de Londres. La otra gemela trata de buscar su espacio, la madre los ha abandonado y el padre se ha dado a la bebida. El narrador de la historia es el hijo pequeño de la familia, que no recuerda a su hermana y por lo tanto no puede echarla de menos. Por ello pone un punto de humor en un drama familiar que les destruye a todos. La presencia de la hermana no deja vivir a la familia, de hecho, la urna con las cenizas de la hermana está sobre la repisa de la chimenea, a la vista de todos.
Desde el punto de vista de un niño se nos habla de la muerte y las dificultades para superarla, de los padres que se olvidan de sus hijos vivos y de cómo los hijos siguen inmersos en sus problemas cotidianos. También se nos habla del racismo, de la rabia y del rencor. El tema es muy delicado, pues narra un suceso muy reciente que puede herir los sentimientos de los afectados pero lo hace de una forma que, sin frivolizar, consigue arrancar una sonrisa del lector.
Me ha gustado por la realidad que muestra, por como entiendes la postura de cada uno de los personajes desde los ojos del niño, pero no sabes como reaccionarías todo. Y sobre todo, porque en el fondo es un canto a la amistad y a la familia, más allá de todas las desgracias que puedan ocurrir.
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