viernes, 21 de febrero de 2014

Eva Luna de Isabel Allende

En mi familia hay una fan incondicional de Isabel Allende, es mi tía Almudena. Ha leído fervientemente todo lo que cae en sus manos de la autora chilena. A los demás también nos gusta, pero no tanto...
 
Si algo me gusta de Isabel Allende es su capacidad narrativa. El momento que evoca en sus historias y el aire místico que rodea siempre a sus heroínas me deja clavada delante del libro. Creo que le hace falta descripción y sosegamiento en la narración. A veces me parece un tanto atropellada.
 
Eva Luna es una joven hija de una criada y de padre semidesconocido que tiene que arreglárselas en la vida como puede tras la prematura muerte de su madre. Le toca vivir en la Sudamérica de principios del siglo XX con las dictaduras y los problemas de razas, la homofobia y los negocios sucios de la prostitución. Se nos presenta un país en construcción, donde las libertades se respetan a ratos, el pueblo esta preocupado en sus quehaceres y no se preocupa demasiado por los demás.
 
El nacimiento de la guerrilla será determinante en el desarrollo de la conciencia social de un pueblo de indígenas analfabetos sin oportunidades.
 
Me han gustado dos escenarios del libro, el mundo de los suburbios y la prostitución, con su absurda falsedad y sus negocios de tapadillo y el mundo de los pueblos perdidos en la selva, donde no hay nada que hace con las habladurías y las oportunidades son las justas.
 
Encuentro un poco fallida la historia de amor de Eva Luna con el hindú del pueblo perdido, pues tras una larguísima introducción se queda la historia inconclusa. Pero así es la vida, a veces esperamos algo tanto que cuando llega no es como esperábamos.
 
Reconozco que cada día me gusta mas Isabel Allende, sobre todo el misticismo que desvelan sus libros. Al principio no me gustaban mucho los ambientes fantásticos, pero con el tiempo he aprendido a saborear el misterio de lo sobrenatural y de lo que no tiene explicación. En eso esta autora me recuerda a Rubén Darío y a los modernistas, con sus deseos de escapismo y búsqueda de la belleza en lugares exóticos. Con la realidad que a veces nos rodea a mí a veces también me gustaría ser Margarita...o Eva Luna.

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