martes, 20 de agosto de 2013

La máscara de Venecia de Gloria Codina

Como en el verano tenemos mucho tiempo las viciadas a la lectura como yo nos duran los libros un suspiro. Y aquí estamos con el siguiente. Ha recibido un premio por la crítica.

La protagonista indiscutible es Constanza, una hija de joyero que vive en Venecia y que desde la más tierna infancia se ve abocada al destino de casarse con un noble por los intereses de su familia. Muy sencillo y muy repetido, pero estamos tratando con una dama muy moderna.

Constanza es una mujer educada en la Música y en la Filosofía, se atreve a pensar y a preguntar por lo que no es considerada una buena hija por sus padres. Piensa en un mundo de igualdad entre hombres y mujeres, donde se puedan tomar cada uno sus propias decisiones.

El libro peca de dar demasiada personalidad al personaje femenino, pues no habla como una mujer de su época sino que es casi una sufragista, no obstante, la literatura es la literatura y le permitimos licencias. 

Me ha parecido especialmente bella la parte del Carnaval, pues se nos explican los festejos en el barrio de Dorsoduro, las cuadrillas de virilidad y otras anécdotas de la Venecia medieval que merece la pena contar. También me parece que refleja muy bien la relación entre padres e hijos durante la época medieval, los intereses de la familia, el problema del dinero, la poca compasión de los padres hacia los deseos de sus hijos...se nos muestra un mundo muy alejado del nuestro pero que fue la moneda común durante siglos.

El libro da mucha importancia al despertar sexual de la protagonista, se nos habla de sus escarceos con los hombres y en un momento se convierte en una perfecta manipuladora que son sus sonrisas y caídas de ojos vuelve locos a los varones. Además de lo completamente antihistórico que supone esto creo que no hace falta darle tanto papel. Soy consciente que las novelas eróticas o que dan mucha importancia al sexo están plenamente de moda, pero los escarceos amorosos de una niña de 12 años me parecen excesivos, y muy cogidos con alfileres.

En conclusión he de decir que me ha gustado mucho la historia, aunque me hubiera gustado que durase un poco más y me contase la madurez de la protagonista, ya que acaba siendo ella muy joven y al ser unas supuestas memorias debería llegar hasta el final. Parece ser que es la intención de la autora publicar una serie de libros con personajes femeninos a lo largo de la Historia, ya veremos como da resultado.

Querida Amanda de Marlena de Blasi

El planteamiento del libro me parece bastante atrayente. Una joven de la aristocracia de Cracovia queda embarazada del hermano de la que fue la amante de su padre justo antes de suicidarse. Su madre, preocupada por el honor de la familia y totalmente incapaz de amar a una hija con sangre de la amante de su marido decide abandonarla en un ambiente dorado en un convento de Francia. La niña nunca podrá ser reclamada, pero vivirá rodeada de lujos.

El bebé de delicada salud es llamado Amanda, recibe los cuidados de las hermanas y en especial de su nodriza Solange. Se nos describe la vida en un convento. El amor que le profesan las monjas y las rencillas internas. Amanda es una niña adorada por todos que ha de ir adaptándose poco a poco al mundo exterior.

Tras pasar su infancia en el convento la hermana Solange decide llevarla a casa de su familia en el norte de Francia. En el camino estalla la II Guerra Mundial con la consiguiente invasión de Francia por las tropas alemanas. La novela cambia por completo y pasa a narrarnos el universo femenino de la Resistencia. Parece bastante argumento si lo comparamos con el título del libro....que me parece un poco ñoño.

Es una historia que atrapa al lector, por la crueldad del mundo que rodea a una niña de corta edad, por las pasiones humanas que encierra y por la ambientación de la época.

Una pega que le pongo es que se olvida el libro con mucha facilidad. Historias del tipo se han contado muchas y pese a que es una delicia leerlo no nos deja mucha huella. Es una novela de verano, de esas que a mi madre le gusta leer en la playa oyendo el ruido de las olas. No es muy extenso y tiene mucho ritmo, típico para el verano.

lunes, 19 de agosto de 2013

La huésped de Stephenie Meyer

Tras la saga Crepúsculo, esta ama de casa de un pueblo perdido de EE.UU. sacó una nueva novela, despreciada en sus inicios por todo aquel que odió las películas, ya que casi ninguno se había leído los libros de Crepúsculo. Reconozco que a mi los libros me encantaron, incluso tengo varios en castellano y en inglés, por lo que no venía con ese prejuicio. El problema fue encontrar el libro el formato digital porque aunque es un libro muy conocido que ha sido llevado al cine el año pasado, me costó meses dar con él.

Se cambia por completo el argumento, en esta novela nos situamos en un mundo futurista, donde unos extraterrestres han invadido la tierra y han ocupado los cuerpos de los humanos para vivir en ellos. Estos nuevos seres son educados, atentos y viven en completa paz, odian la violencia pero han acabado con la especie humana. Apenas hay un pequeño reducto de humanos que lucha por no ser capturado.

La protagonista es Wanderer, una extraterrestre que acaba en el cuerpo de la rebelde Melanie. De manera excepcional Melanie no muere sino que acosa a Wanderer llenándola de recuerdos humanos que le hacen anhelar reencontrarse con su familia rebelde. 

El trasfondo de la historia es si puede haber aceptación y amor entre seres de varias especies, cuando una de ellas ha acabado con la otra. Se habla de si nos podemos enamorar por medio de los recuerdos de otra persona, si es posible cambiar y renunciar a tu raza.

A mi me ha parecido muy interesante y aunque es un libro muy largo mantiene muy bien el ritmo. Me ha parecido una historia más madura, aunque no demasiado. Es apto para un público adolescente pero mucho menos ñoño para los adultos, pues el amor, las caricias y todas esas cosas no es la parte esencial del libro, aunque hay un poco de todo.

No es una novela de ciencia ficción al uso, pues no se recrea en las innovaciones tecnológicas sino que aparentemente el mundo sigue igual, no hay nuevas máquinas, salvo los transportadores de almas. Me ha gustado mucho, lo recomiendo a todo el mundo.

martes, 6 de agosto de 2013

La loba blanca de Teresa Rhevay

Novelas de verano....maravillosas novelas de verano que combinan el amor y la historia y que son protagonizadas por mujeres fuertes, llenas de vida y que conocemos de adolescentes y llegamos con ellas a la edad adulta. Desde que de adolescente descubrí a Rosamunde Pilcher y Bárbara Wood me considero aférrima defensora de este tipo de novelas, por lo bonitas que son y porque nos desvelan los secretos del corazón.

En este caso tenemos la historia de una adolescente de la nobleza rusa que le toca vivir la revolución de octubre y se ve desposeída de su patrimonio y de su familia. Perdiendo a varios miembros consigue exiliarse a Paris y ha de sacar adelante a su familia. Xenia es una mujer fuerte y decidida, muy fría pero amante de su familia. 

Sara es una judía de buena familia, propietaria de unos almacenes de moda y diseñadora de su línea de alta costura, poco a poco irá perdiendo privilegios en la Alemania nazi hasta acabar en un campo de concentración en la II Guerra Mundial.

Y el hombre, como nos podía faltar...Max, fotógrafo y bohemio, reconocido en Alemania tanto antes como durante el régimen nazi trata de ayudar a sus amigos judíos a la vez que vive un idilio amoroso con Xenia que dura toda la vida.

Es una novela muy larga que cuenta con la ventaja de empezar mucho antes que otras novelas que tratan la segunda Guerra Mundial. No se centra tanto en el holocausto y la guerra como en los inicios. La parte de la vida de los exiliados rusos y como muchos de ellos acaban en Francia y Alemania y se ven en medio de otra guerra en la cual no se identifican ni con su nuevo país ni con la rusia comunista.  También me ha gustado especialmente las descripciones de los locos años veinte en Europa, la frivolidad de la mujer, los cabarets y toda la hipocresía que deriva en la crisis económica y acaba llevando a Hitler al poder. Se nos habla de cosas pequeñas, de bordados en los vestidos, de música, de mujeres fumando y de la miseria del refugiado sin nacionalidad. Todo ello en medio de una de las épocas más interesantes de la historia.

Lo recomiendo sin duda, lo he disfrutado mucho.

Estambul y Capadocia

Llevábamos tiempo pensando en ir a este viaje, pero como muchas cosas en la vida se nos salía de presupuesto. Lo único bueno que ha traido las revueltas en el mundo árabe es que se ha contagiado un sentimiento de histeria colectiva y la gente no quiere ir allí. Para muchos da igual Egipto que Tunez, porque realmente no saben donde estan y no lo diferencian.

Por ello encontramos una oferta muy buena, y luego estuvimos con un poco de miedo porque justo estalló la revuelta estudiantil y no sabíamos si iban a cancelar el vuelo o no. Pero el caso es que llegamos.

Desde el primer día nos comimos una media de 10 horas de autobús por día pero vimos muchas cosas. En la Capadocia vimos el parque de Goreme donde estan las iglesias de los primeros cristianos, llenas de santos pintados en las paredes. Son iglesias excavadas en la roca, ocultas de los paganos perseguidores y donde se inició el culto. También vimos los valles del amor, de las palomas y otros muchos mas. Las chimeneas de las hadas son incomparablemente más bellas desde el cielo, por eso cogimos un viaje en globo que nos costó un pastizal pero que mereció la pena.

Luego fuimos al sur y visitamos un montón de yacimientos griegos. Pamukkale es la antigua Hieracómpolis. La ciudad esta suministrada por unas emanaciones naturales que arrastran gran concentración de calizas. Por el arrastre  de esas sustancias han teñido de un blanco glacial las piscinas donde emana el agua. El paisaje es muy parecido a una pista de esquí en plena temporada. El agua sale caliente, la única pega es que no hay mucha y para mojarte te tienes que tumbar en el suelo.

Vimos Efeso y Pergamo, poleis de los reinos helenísticos. Todas estaban tremendamente bien conservadas y se puede pasear por sus calles. El único problema es el calor, que no era tanto como yo esperaba pero que no te dejaba ni moverte. En Éfeso pudimos ver unas casas romanas muy bien conservadas que se situaban en una colina, se conservaban alzados de hasta 3 metros y frescos. 

Y por último la gran Estambul, europea y asiática, musulmana y laica. Es una ciudad de contrastes, donde está el zoco y la calle europea. A pesar de todo pudimos ir a la plaza Tabsin y ver la zona nueva.

Santa Sofia con sus cúpulas y sus sistema de pesos es la entrada más cara, pero al menos una vez en la vida hay que entrar. A pesar de que no pudimos ver el Top Kapi porque cierra los martes dedicamos tiempo a ver más mezquitas y entramos en el maravilloso museo de arqueología que conserva piezas como los sarcófagos de Sidón y el sarcófago de Alejandro.

Algo que me sorprendió fue el ambiente de las mezquitas, sus exigencias respecto al vestido y el silencio pueden ser molestas para los turistas pero permiten conservar el ambiente sacral del templo, lo que para mi es una ventaja. Las paredes de azulejos, los suelos con alfombras y el espacio diáfano me hacen recibir parte de la espiritualidad que rodea un lugar sagrado.

En cuanto a la comida merece la pena que haga una mención a lo delicioso que estaba todo, desde los bocadillos de pescado a orillas del río Gálata en el Bósforo hasta los kebab de las calles. Todo me supo a gloria.

En fin, un viaje para recordar y disfrutar toda la vida, esperemos que sea posible seguir viajando a Estambul.

jueves, 1 de agosto de 2013

Cerrado por vacaciones...y vuelta a abrir

Este año mis vacaciones se han concentrado en el mes de Julio. Por causas de mi pareja, que se ha cambiado de empresa y le quedaban solo dos semanas de vacaciones hemos empalmado todo y ahora que empieza agosto tenemos la sensación de que el verano expira.

Primero hicimos un viaje por Estambul y la Capadocia. Gracias a una oferta de internet pudimos permitirnos un viaje que suele ser muy caro y que llevabamos mucho tiempo queriendo ir. A la ida hicimos una escala de 6 horas en Zurich y como es una ciudad muy pequeña y al lado del aeropuerto fuimos a verla. En muchos sentidos los suizos son mucho mas civilizados.

Estuvimos en un parque comiendo, nosotros y otras cincuenta personas a lo largo de la mañana. Todo el mundo se llevaba sus bocadillos empaquetados, con envases de plásticos, pegatinas y demás. Todo el mundo sin excepción acababa de comer y tiraba los plásticos a la papelera. Cuando estuvo a rebosar la gente apretaba los restos para que entrasen...todo con la intención de no dejar nada en el suelo.

Luego estuvimos dando una vuelta y vimos el tradicional juego de ajedrez, que se hace con piezas gigantes de madera que se guardan en un arcón sin candado y que la gente coge cuando quiere y lo deja cuando acaba....cuando pienso lo que pasaría si fuese así en Madrid.

Lo que no me gustó tanto fueron los precios desorbitados de las cosas. Un menú de comida basura podía costar 20 euros, todo era tan prohibitivo que compramos comida en un supermercado. Aprendí a pedir cerveza en alemán pero no pudimos sentarnos en una de esas terrazas en las que la gente mira a la calle y no se miran entre si...supongo que lo que pasa en la calle es más interesante.

Tras esta prolongada escala conseguimos llegar a Estambul. Pero ese es otro episodio de mi viaje que dejo para más adelante....no podemos forzar a la musa a escribir constantemente.