Simpatíquisimo título que llamó la atención de Cris y mio en la librería del VIPS. Acabó siendo el regalo de cumpleaños de mi tío Agustín, y también una propuesta de lectura conjunta. Nuevo curso, nuevos proyectos.
Estamos ante una novela ligera. La protagonista es Sara, una treinteañera que decide olvidarse de su carrera universitaria y reflotar el negocio que llevaba su abuela, plumista. Comienza a dedicarse a hacer tocados y pajaritas con plumas, intentando ser diseñadora y teniendo muchos problemas. Su novio Roberto es un arquitecto exilidado en Paris, su guapísima hermana se casa con su amor platónico y sus padres parecen divorciarse por la infidelidad de su madre. Una novela loca, donde las situaciones absurdas hacen reir al lector.
El personaje de Sara es identificable con el común de los mortales. Ni guapa, ni especialmente lista, solo es una joven con talento en medio de la crisis española. Su sentido del humor y su cinismo no están lejos de la amargura de una juventud perdida. Sara es fuerte, neurótica y desequilibrada, y por eso la tomamos cariño.
En cuanto al personaje que se idealiza en la novela, su primer amor, Aaron y prometido de su hermana, es un personaje mucho mas etéreo. De tan bueno que es, no nos lo creemos. Cantante compositor de relativo éxito, tio bueno, comprensivo, cariñoso...no le falta de nada a este Ken.
Por último merece una mención la madre infiel, liada después de treinta años de matrimonio con un empleado del zoo de Madrid. Las respuestas de la madre, su interpretación de las situaciones caóticas y el devenir de su historia ha sido de lo que más me ha gustado.
En general puedo decir que he disfrutado con el libro. Me he reído mucho y he tenido muchas ganas de seguir leyendo. A pesar de no tener ningún tipo de complicación me ha ayudado a reflexionar sobre la importancia que le damos a las cosas y lo absurdamente ridículos que parecemos a veces. Sara es el centro de la novela, como ejemplo del común de los mortales, una más en el mundo, a la que le duele lo suyo. La duda que me queda es la mención al karma, presente en el título pero no desarrollado en la novela. porque de gilipollas, si hace un rato la protagonista.
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