La anterior entrada está dedicada a un libro que me ha marcado mucho. Un libro que habla de un país, Afganistán, que solo conocemos por las bombas. Pero Afganistán no ha sido solo el foco de petroléo que lo ha convertido en un polvorín mundial.
Es un país de la ruta de la seda, heredero de miles de culturas. Un país donde los budas milenarios se alzaban sobre las colinas, donde todas las culturas dejaron su huella. Un país donde poetas y artistas crearon y sintieron el amor por su patria.
Hosseini dio este título al libro en honor a un precioso poema de un autor local Kabul- Saib-e-Tabrizi
Aquí os lo dejo:
Ah! Qué hermosa es Kabul, cercada por sus áridas montañas
Y Rosa, que envidia los rastros de espinasSus ráfagas de arena pican levemente mis ojos
Pero la amo, que el conocimiento y el amor mismo han nacido de este polvo
¡Y en la belleza de sus árboles, me ruborizo!
¡Qué brillantes son los ríos de Pul-I Bastaan!
¡Que Alá proteja tal belleza del malvado ojo humano!
Pues sus montañas lo llevaron cerca de los placeres del cielo
Desde la fortaleza con extendidas paredes, un dragón de protección,
Cada piedra es más preciosa que el tesoro de Shayagan
A través los bazares, las caravanas de Egipto pasan
Son incontables las lunas que brillan sobre sus azoteas,
O los mil soles espléndidos que se ocultan tras sus muros.
Sus noches de oscuridad, las reflexiones de brillantes cabellos
Sus ruiseñores melódicos, con pasión cantan sus canciones
Ardientes melodías, que abandonan como encendidas, y caen a torrentes de sus gargantas
Y yo, canto en los jardines de Jahanara, de Sharbara
Y aún las trompetas de cielo envidian sus verdes pastos.
Mi canción exalta sus tulipanes grandiosos
Khizr escogió el camino a Kabul para alcanzar el Paraíso
Cada calle de Kabul es cautivadora al ojo
Su risa temprana disfruta el regocijo de las flores
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