"Ese instante de felicidad" toma de nuevo Roma como escenario y nos cuenta la historia de dos chavales, aunque realmente no merece la pena ni dar sus nombres. Uno de ellos pluriempleado trabaja en un quiosco tras la muerte de su padre por las mañanas y por las tardes vende pisos en una inmobiliaria de lujo. El otro se dedica a tener varias novias a la vez, y ser muy guay, muy muy guay.
El libro nos cuenta unos días del verano en el que se enamoran de dos chicas españolas que van de vacaciones a Roma, todo muy típico, pero con mucho itañol. El no saber sus nombres, el que se vayan y no saber si las van a volver a ver, todo ello aderezado por unas absurdas descripciones sobre lo que comen y beben en todo momento.
Como creo que se deja ver por mi resumen, me ha parecido un libro malísimo. Malísimo no solo por el contenido, que es plano, malísimo no solo por la manera de escribir, que es básica, sino malísimo porque no hay por donde cogerlo. Aparte de que se haga pesado, no engancha en ningún momento.
Por otro lado da una visión de la sociedad italiana (y española por asociación) en el que el hombre se ha de mostrar como un macho alfa, pagador de cenas y agasajador de mujeres cual latin lover, siempre vestido a la última moda y combinando el trabajo con las citas que duran 20 horas. Ellas no hacen nada más que dar vueltas por Roma, están de vacaciones, no pronuncian más de tres frases seguidas y todo les parece bien. Llegando a extremos absurdos. Tan absurdos como que las españolas no hacen más que recibir regalos, citas de ensueño, ellos lo saben todo, ellos les descubren un mundo de lujo "tradicional italiano". Debería haber contado cuantas páginas se dedican a describir lo que piden de comer y de beber....una barbaridad.
¿Realmente es esa la historia que queremos que nos cuenten? ¿Realmente esto responde, aunque sea vagamente a una realidad? Desde mi más profundo pensamiento, espero que no. La vida es mucho más, hay historias de amor adolescente que podrían ser contadas de mejor manera, y ser mas interesantes. Me he quedado sin saber cual es el instante de felicidad del que habla el libro, desde luego que me inviten a cenar no puede ser...
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