No hacen faltas las palabras. Volver de nuevo, gran tango, gran letra
Yo adivino el parpadeo
De las luces que a lo lejos
Van marcando mi retorno
Son las mismas que alumbraron
Con sus palidos reflejos
Hondas horas de dolor
Y aunque no quise el regreso,
Siempre se vuelve al primer amor
La vieja calle donde el eco dijo
Tuya es su vida, tuyo es su querer,
Bajo el burlon mirar de las estrellas
Que con indiferencia hoy me ven volver
Volver... con la frente marchita,
Las nieves del tiempo platearon mi sien
Sentir... que es un soplo la vida,
Que veinte años no es nada,
Que febril la mirada, errante en las sombras,
Te busca y te nombra.
Vivir... con el alma aferrada
A un dulce recuerdo
Que lloro otra vez
Tengo miedo del encuentro
Con el pasado que vuelve
A enfrentarse con mi vida
Tengo miedo de las noches
Que pobladas de recuerdos
Encadenan mi soñar
Pero el viajero que huye
Tarde o temprano detiene su andar
Y aunque el olvido, que todo destruye,
Haya matado mi vieja ilusion,
Guardo escondida una esperanza humilde
Que es toda la fortuna de mi corazón
Volver... con la frente marchita,
Las nieves del tiempo platearon mi sien
Sentir... que es un soplo la vida,
Que veinte años no es nada,
Que febril la mirada, errante en las sombras,
Te busca y te nombra.
Vivir... con el alma aferrada
A un dulce recuerdo
Que lloro otra vez
sábado, 29 de agosto de 2015
lunes, 24 de agosto de 2015
El despertar de la señorita Prim de Natalia Sanmartin Fenollera
Este libro me lo recomendó mi cuñada Isabel, no porque se lo haya leído ella (aún no le ha dado tiempo) sino porque a su vez se lo han recomendado. Tras tanto tránsito de sugerencias literarias me lo he leído en estos días de finales de verano, en el que el aire deja de ser tan tórrido y se puede leer en la terraza.
La señorita Prim acude a un curioso pueblo perdido del mundo para responder a una oferta de trabajo para un puesto de bibliotecaria, lo curioso es que se solicita que la aspirante no tenga formación. La requetitulada Prudencia Prim consigue el trabajo sin apenas proponérselo y queda inmersa en la vida de un pueblo, San Ireneo, que vive de espaldas al mundo.
Prudencia notará pronto que la apacible vida de sus habitantes esta medida al milímetro: los niños no van a la escuela, sino que son educados en distintas casa, las mujeres han formado un club feminista que aboga por el matrimonio y por el trabajo de la mujer solo por las mañanas y, en general, Prudencia ve trastocados todos sus valores. El maestro y fundador de la colonia es su jefe, "el hombre del sillón" que mantiene con Prudencia curiosas batallas dialécticas sobre educación, religión y todo tema que se precie.
Realmente no sé decir si me ha gustado o no. Como pasa con todos los libros recomendados (o al menos eso me pasa a mi) mi expectación es que me encante, pero no ha sido el caso. A pesar de no ser muy largo se me ha hecho un poco pesado, creo que le falta ritmo.
Si bien la colonia de San Ireneo es encantadora no se profundiza demasiado en los orígenes de la colonia, que quizá sea lo más interesante. Todos están dotados de un misticismo del que no se saca partido.
La señorita Prim es un personaje muy común en la literatura, una Rottermeier más joven, muy leída y soberbia que ha de encontrar su sitio en una nueva comunidad pero que se resiste a renunciar a sus valores. Quizá no era mi momento para esto y quizá no he llegado al punto de entendimiento con él...pero lo califico solo de pasable.
sábado, 22 de agosto de 2015
Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión de Mamen Sánchez
Hace un par de años me leí otro libro de Mamen Sánchez "La felicidad es un té contigo" y me encantó. Pese al título ñoño hasta vomitar arco iris de colores me resultó una historia muy interesante.
Por ello he decidido leer más libros de esta autora, porque consigue crear una buena historia sin hacer libros excesivamente largo y sin pretensiones ostentosas.
En este caso la protagonista es Cecilia, una mujer recientemente divorciada ante la evidencia de la infidelidad de su marido que decide rehabilitar la casa de sus abuelos a orillas del Manzanares como una pensión para señoritas estudiantes en Madrid.
Cecilia está en un momento un tanto vulnerable, recién divorciada, de lágrima fácil, lo que más necesita es compañía. Por ello acaba adoptando a un negro kenia de nombre Justice que le hace de jardinero y acoge a tres chicas en su pensión. Noelia, una adolescente decimonónica de buena familia, Ivana, la misteriosa y despampanante rusa y Catalina, una misteriosa adolescente aspirante a escritora de novelas policíacas. Como no podía faltar el misterio, la señora de la limpieza y cocinera, Azucena aparecerá por arte de magia y encaminará a Cecilia en el misterioso asunto de la repentina partida de sus abuelos del pueblo para vivir en un pisito a orillas del Manzanares.
Si bien es un libro sencillo, de lenguaje coloquial, es capaz de captar al lector en su desarrollo. Los personajes son profundos, están bien hilvanados y su historia casa con su personalidad. Si bien Mamen Sánchez es una escritora de personajes femeninos, el constructor de la reforma, Andrés Leal y el keniata Justice, tienen su propio protagonismo en la trama y no quedan desdibujados por lo que podría haber sido un drama solo de mujeres.
"Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión" es un libro sencillo, en el que cada capítulo corresponde a una norma de la pensión que es indefectiblemente saltada a la torera por sus inquilinas y que nos lleva al sencillo mundo del reencuentro con nuestros antepasados tras años de olvido en la "maldita vida moderna".
martes, 18 de agosto de 2015
La tierra de las cuevas pintadas de Jean M. Auel
La saga de los hijos de la Tierra, comenzó su andanza cuando aún yo no había nacido. Una autora decidió recopilar todos los conocimientos que tenemos sobre neandertales y homo sapiens sapiens para dar vida a una mujer Ayla, que vive a caballo entre los dos mundos.
El primer libro lo leí hace mucho años, siendo apenas una adolescente, y pocos años después acabé leyendo del tirón los otros tres libros que componían la saga, sacaron el quinto....y a esperar. Porque Auel saca libros larguísimos...y eso que la protagonista aún no ha llegado a los 30 años.
En esta entrega Ayla vive con su compañero entre los zelandonii, pobladores que habitan en refugios construidos por ellos mismos y que pintan en las cuevas sagradas. Poco a poco se está preparando para ser "una que sirve a la madre" que es una mezcla entre chamán y curandera.
En este libro se especifica más las formas de protocolo entre las tribus, el mundo de los espíritus y las primeras creaciones artísticas. Si bien Auel ha quedado desfasada en determinadas teorías es muy minuciosa en la introducción de nuevos espacios.
Siempre he sido muy fan de esta saga. Si bien los libros son muy largos, el personaje siempre ha dado mucho de sí. Ayla es una mujer que vive con un clan de neandertales, aprende a cazar sola, domestica al primer caballo y al primer lobo, conoce pueblos distintos hasta llegar al sur de Francia junto con su compañero Jondalar. No obstante, creo que es hora de cerrar la saga, pues corre el peligro de quedar inconclusa.
Es un libro muy interesante para aquellos interesados en la vida en la prehistoria, cuando el hombre luchaba contra los elementos y debía cazar para sobrevivir. La primera vida en comunidad, los problemas de convivencia y las relaciones entre grupos son plasmados magistralmente por la autora. Es el mundo de los espíritus, el más allá, lo que preocupa al individuo casi más que su supervivencia. No obstante, es necesario leer toda la saga, los libros no tienen sentido sueltos. Larga lectura, pero muy satisfactoria.
miércoles, 5 de agosto de 2015
La forja de un rebelde 3: La llama de Arturo Barea
Ultimo libro de la saga, la madurez de Arturo. Su llegada de Marruecos a una España republicana, donde las desigualdades no se resuelven en las urnas y en los pueblos empiezan a nacer los odios viscerales.
Arturo se casa con una mujer a la que no ama, Aurelia, y tiene varios hijos con ella. Al mismo tiempo, como casi todos los españoles de clase media, sostiene a una querida María y, para huir de ambas, alquila una casa en un pueblo de la sierra de Madrid.
El primer escenario del libro, el pueblo, lugar de disputa entre los propietarios de tierras y los campesinos. Las primeras protestas acompañadas de la proclamación de la República han provocado que los señoritos se nieguen a dar trabajo a los revolucionarios. El campo muere sin cultivar y los campesinos sin trabajo mueren de hambre.
En Madrid Arturo trabaja en un negocio de patentes, donde los empresarios frenan con todo el poder de la burocracia los grandes inventos que podrían acabar con su negocio. Las huelgas, el descontento y la tensión de los sucesivos gobiernos desembocan en una Guerra Civil.
Es la Guerra Civil donde Arturo casi se vuelve loco. Trabajando en el servicio de censura en el edificio de la Telefónica convive entre bombas y periodistas y conoce a la que será la mujer de su vida, Ilsa. Es el mundo de la desunión, del contraespionaje en el seno del bando republicano y de los problemas que llevan a la pérdida de una guerra, pero no de unos ideales.
Temas como la no intervención, los bombardeos indiscriminados, el exilio y la frustración llenan el último libro de la saga.
Reconozco que aunque toda la saga me ha impresionado quizá sea la obra que menos me ha gustado. Quizá porque sea la que más ha de desagradar al lector. El tema principal es la guerra, la desesperación y la búsqueda del individuo tratando de no volverse loco en una locura generalizada. Madrid llora en el seno de una guerra, pasa hambre y llora a sus muertos mientras que el gobierno se traslada a Valencia a vivir mejor.
Uno de los aspectos más tristes es la descomposición del bando nacional por las rivalidades políticas entre sus miembros, y es que la izquierda nunca estuvo de acuerdo, ni siquiera ante el en enemigo que asediaba sus puertas.
Si algo plantea este libro es la idea de la derrota en un guerra, derrota por la desigualdad en organización, existencias y sobre todo, apoyo de otras potencias, pero el triunfo de unas ideas. Los exiliados, los reprimidos y en definitiva, todos los perdedores, tomaron conciencia de una identidad que ni 50 años de dictadura logró borrar. Esa es la esencia del libro. Arturo se forja como un rebelde por las circunstancias que le tocan vivir, y ni la guerra ni el exilio le hacen olvidar su pasado.
Por ello, en los años 50 decidió escribir esta saga y contar al mundo cómo el veía a la España a la que se había visto obligado a abandonar.
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