MONTAR UNA CASA
Emanciparse, volar del nido, fundar tu propia casa....varias palabras para un mismo concepto. De lo que nadie te informa es de los problemas de arrancar, por muchas ganas que se tengan.
Nunca habría imaginado lo difícil que es elegir los muebles, ajustar colores y ponerte de acuerdo con tu pareja. La parte más desagradable, que ha sido mes y medio para contratar la luz y 300 euros de móvil se lo ha llevado Sergio. ¡Muchas gracias!
Ahora poco a poco va cuadrando, ya tenemos luz, agua, hoy han llegado los electrodomésticos y ayer Sergio encargó la megatele. De una forma u otra, todo va marchando.
Lo que no nos faltan son ganas, la ilusión de mirar cosas, de tratar de hacer un planning el fin de semana que incluya las principales compras y todo lo que es indispensable es algo que se disfruta en pareja. Al fin y al cabo es un proyecto en común.
Luego suceden los pequeños avatares. El domingo tuvimos un percance con la pintura. Digamos que habíamos pensado largo y tendido sobre el color que dar a una pared en el salón y acordamos poner un gris claro. Pues bien, cuando dimos la primera mano el gris claro se convirtió en un gris plomizo. A mí me gusto, pero mi chico casi se muere....
Ahora ha secado y ha quedado más claro. Parece ser que ahora nos gusta a los dos.
Es un anécdota como otra cualquiera sobre los percances que envuelven la vida en pareja. Es un juego de ceder, negociar y exigir. Elegir entre lo que no puedes pasar y lo que te da igual. En definitiva, es una maravillosa prueba de pareja. Si sobrevives a esto, todo saldrá bien...no puede haber nada peor que turnarse una linterna para ir al baño.
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